Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

agosto 24, 2009

Loza, canciones y recuerdos

Estaba lavando la loza anoche, y esuchaba canciones muy diversas, lo que me regalaba la radio aleatoriamente.

Algunas cosas hermosas como Alagados de los Paralamas-do-sucesso; o Dulce Condena de Los Rodríguez.

Para mí Los Rodríguez siempre van a ser Madrid, yo perdida, sola caminando feliz en unas mañanas heladas y energizantes.

Y los Paralamas siempre van a ser mi amiga Dina, en sus días más felices, en nuestra adolescencia estúpida, eufórica, ebria a ratos. Tan perdidas, tan vulnerables, tan frágiles las dos a pesar de tener todo tan fácil, tan disponible o quizás por lo mismo.

Pensaba estas cosas mientras estaba métale esponjita, quix y platos.

Pensaba también en lo extraños que somos los seres humanos. En lo extraña que soy, sobre todo en mi forma de relacionarme con otras personas, en mis posibles formas de llegar a querer.

Paréntesis 1: (querer, que difícil palabra)

Paréntesis 2: (las pocas veces que me decido a salir de mis bloqueos y de mi soledad tan cómoda).

También pensaba en que parece que tengo un imán para la gente rara.

En esa idea estaba cuando apareció en la radio "It could be Sweet" de Portishead, y me transporté de inmediato mentalmente a un bar en Orrego Luco, a un atardecer de primavera hace 1500 años atrás.

Sentada conversando al son de una cerveza tibia, con quién en ese momento yo consideraba el amor de mi vida, amor patológico, infantil, platónico, pero amor a fin de cuentas (me parecen ahora tan ridículas estas palabras juntas): Un hombre bastante niño, probablemente más confundido que yo, más miedoso que yo. Los dos hablando desde una postura, desde una máscara, aunque de a poco el alcohol iba dejando salir el lado más espontáneo, más real.

Y yo tan estúpidamente hablándole de mis afectos (tengo una honestidad compulsiva que me juega muy en contra), de mi obsesión por él, con mi corazoncito en una frecuencia exagerada al borde del infarto. Y él, riéndose como un loco, diciéndome que su problema conmigo era que no sabía cuándo yo le hablaba en serio y cuándo estaba bromeando. Y la verdad es que se equivocaba todo el tiempo, y eso nos causaba mucha gracia.

Le gustaba mi sentido del humor, un tanto irónica, creía que por eso yo sintonizaría mucho con su padre P1 (un escritor a quién admiro bastante) P2 (y yo pensaba entonces por qué estamos perdiendo el tiempo de esta manera, preséntame a tu papá mejor, y pronto)

Y a veces cuando paso por Pedro de Valdivia con 11 de Septiembre me acuerdo de ese atardecer de primavera, de ese atardecer dorado, tan extraño, pero tan lindo.

Pasa el tiempo, pasan más canciones, y los lugares se van cargando de recuerdos. Es curioso como en un par de cuadras, periódicamente me re encuentro con gente que ha sido importante en diferentes etapas de mi vida. Ayer mismo en el cerro, la Dominique, la Jéssica. Y en otros domingos, siempre por ahí cerca, otras personas, todas con su carga.

Son como lugares gravitantes, en los que me reitero con todas mis indecisiones.

Hoy me acuerdo de otros momentos más cercanos, de otros seres humanos extraños, de otros miedosos, de otros confusos (yo incluida por supuesto, me veo desde afuera por micromomentos).

Más recuerdos: Me llegan un par de miradas nerviosas, calientes, cortadas. Una caminata acelerada por Santiago centro. Un mentón temblando ligeramente. Una mano húmeda, como los pensamientos.

Quiero dejar de pensar un rato y Autopista de Javier Barria, me viene demasiado bien, ahora que estoy tecleando, ahora que la loza y los recuerdos mal editados quedan atrás. "Autopista" me identifica en este perezoso mediodía de lunes.

Nos creemos todos tan especiales, tan únicos, y las historias en verdad se parecen tanto. Me llego a atorar de la risa. Me río hasta el cansancio, pero después me da pena, por que me acuerdo de Boris Vian y de su célebre "El humor es la cara civilizada de la desesperación."

Le subo el volumen a mi pantalla del PC, "Cortinas Naranjas" me reconforta enormemente.

agosto 21, 2009

Volví

Volví, regresé.

NO, no es que me haya desaparecido de mi casa de letras para volver con algo nuevo que compartir (por el contrario he estado actualizando bastante seguido, aunque no renueve tanto el repertorio reflexivo, el autodiálogo, etc).

NO, no es que venga regresando de un viajecito más, con mil cosas que contar.

NO, no es que me haya ido a meditar al bosque para retornar cargada de ideas brillantes, emociones puras, renovada y con claridad mental.

Nada de eso.

Cuando digo regresé, quiero decir que volví al 100% de mi energía corporal, que he retomado mi ritmo deportivo, y que de nuevo puedo hacer 2 clases de spinning al hilo, o mi rutina excesiva de ejercicios completa (cardio, pesas y abdominales cantando y todo, obvio!), sin siquiera arrugarme un poquito y creyéndome la muerte por mi estado físico envidiable.

Claro que hace un par de semanas ... iba a baile con suerte (y igual me cansaba) o en spinning pedaleaba un tanto descordinada mucho más atrás que la música.

Nunca he dejado de hacer deporte (digamos que en el último año y medio) por que me viene demasiado bien, y es casi como una droga, todo me da risa y los prolemitas y las penas pasan por el lado, siguen de largo; pero las escapadas fuera de Santiago, las celebraciones y demases pasan la cuenta ... entonces aunque estaba asistiendo más o menos regularmente al gimnasio ya no estaba tan en forma y andaba como lentita, casi que un poco al arrastre (bueno nunca tanto tampoco).

Y no es para menos, hay que darse sus recreos también en la vida (no todo va a ser autoexigirse constantemente).

Entonces bajo este principio me di tiempo para vivir lo siguiente:

  • Un mini amorío loco (aunque el sujeto en cuestión con una honestidad rayando en la mala educación lo haya calificado de "lo que nunca fue nada")

  • Un viajecito a San Pedro de Atacama (con una dieta menos rigurosa de lo habitual, sus Amaretto sour con las amigas y la tentación del Arriero HOT ... pero esa sí que es otra historia)
  • Un par de celebraciones de cumpleaños, una de las cuales era con comida ecuatoriana (patacón pisao incluído)
  • Un par de happy ours y un par de tocatas
  • Un baño de tina para pasar la mini pseudo pena (con late harvest y chocolate rico como corresponde, le hubiera agregado un camembert pero ya hubiera sido exageración máxima)
  • Varias siestas en tardes de lluvia (la mayoría envueltas en papel de regalo)
  • Un par de tras noches con reggetón (Big Yamo y "Una noche en la playa", la llevan, jajajaja)

Pero ahora que he vuelto al RIGOR del acondicionamiento físico, y que tras unas semanas de ajuste / rodaje (así como cuando los autos vienen volviendo de una mantención) me siento excelente, me he puesto una nueva meta: seguir asistiendo a mi querido cerro San Cristóbal pero no más caminando, ahora en BICI. A ver si me la puedo. SOLO PARA VALIENTES. Según yo ... no sé, igual me da nervios, ¿qué pasa si muero en la primera curva?, que plancha ... Según un amigo nuevo: "Obvio, la haces demás, con tu estado físico, con esas piernecitas, ufff".

Paréntesis:

¿Me tendrá tanta fe, o estará tratando de engrupir de a poquitito?

Penúltimo paréntesis:

Que manera de reírme, y por lo mismo ¿qué estoy coreando?, ¿a ver?, ¿a ver? YO TE DOY MIL GRACIAS, LA LECCION ME VINO AL PELO.

Paréntesis final:

Ya oh Cata no me retes, si es para reírnos un ratito.

Cierra Paréntesis:

Feliz fin de semana a todos.

agosto 18, 2009

Cositas pequeñas del día a día

(Hotel Room, de Edward Hopper)

Sigue lloviendo exageradamente. Santiago ya debe estar completamente inundado. Encerrada en la ofi, sin ventana por dónde mirar hacia afuera (es decir estoy sentada frente a una ventana, pero esta da a un pasillo, con luz artificial). Suena deprimente, lo sé, pero en verdad no lo es.

Debo concentrarme en un par de temas (laborales, de momento no ando con ninguna duda metafísica, ¿o quizás sí?), pero les hago el quite un rato.

Saboreo un nescafé gigante. Es malito en verdad esto comparado con el de grano que tomo en la mañana, pero con un poco de leche descremada se arregla bastante.

Escucho canciones de Marcelo Concha Traverso que me resultan muy apropiadas para tooooooda esta lluvia. Son un poco tristes, introspectivas, pero me alegran la tarde. Son muy lindas en verdad.

Mientras las gotas de lluvia y de endulzante se mezclan con la música, me vuelve esa sensación del despertar: esta mañana abrí los ojos convencida de algo, con LA IDEA FIJA. Con una convicción, que sé (no, realmente no sé, pero intuyo que es como lo mismo) en dos meses más me parecerá la hueá más estúpida del planeta, y me reiré hasta decir basta. Pero hoy estoy realmente convencida, pero plenamente, no tengo absolutamente NINGUNA duda de QUE ASÍ ES. No puedo decir que cosa ES ASI, pero sencillamente lo sé.

Por lo mismo lo primero que hago en el día (fuera de lo obvio: ducharse, tomar café de grano, vestirse, tomarse un multivitamínico, comer algo de avena, tomar la micro, etc), lo primero importante que hago es escribirle un mail a la Dani, donde le expongo mi idea. Empiezo por un "Amiguita linda estaré enloqueciendo o qué pero hoy me desperté con la sensación de que" ..., y termino con un "Jajajajajajja sé que suena imbécil, pero fue como una intuición muy fuerte que tuve esta mañana.". Yo y mis intuiciones. Es que necesito compartírselo a alguien, a quién puedo hablarle sin ningún pudor de las cosas más aberrantes de tontas que bombardean mi cerebrito y mi corazón, por que me conoce demasiado bien, y a lo más se va a reír un rato.

Eso, reírse hace bien. Mojarse bajo la lluvia también.

La lluvia me regala un par de recuerdos más bien antiguos (¿o no tanto?, ya me confundo con los tiempos, como con las distancias, me pasa siempre) mezclados con cosas de estos días, pequeñas cosas, y camino por Santiago inundado (aunque esté acá encerrada frente a mi ventana que no da a ninguna parte), sigo caminando y se me ocurren un par de relatos breves que quizás algún día comparta.

Son relatos de lluvia, con parques vacíos, árboles gigantes y perritos huachos. Feo pero lindo. Son relatos con cositas pequeñas del día a día. Cositas que me hacen cosquillas y me sacan sonrisas grandes, aunque llueva, aunque siga lloviendo exageradamente.

*****

La imagen es de Edward Hopper, si seré agrandada y/o tirada con onda (cosa que critico tanto a los demás) pero me gusta un poco (harto) creerme (esta tarde de lluvia) un personaje de Hopper, rodeada de esa aura misteriosa, media solitaria, media reflexiva. Entre decidida, y que no quedó otra, ... y entonces vamos así en la vida y no queremos que se nos note (como dice una canción de fito).

En fin, despertar así, una mañana cualquiera en un hotel, en otra parte del mundo, con la mente repleta de tantas cosas hasta vaciarse.

Este óleo de Hopper pertenece a la colección del Museo Thyssen-bornemisza en Madrid, por lo que tengo la impresión de haber visto la imagen de cerca, realmente, no en una reproducción, cuando anduve por esos lados. Pero no sé si es cierto, o si es un recuerdo inventado, como sea esta tarde (y esta mañana que desperté con mi ridícula convicción) me siento cabalmente así, como el personaje de la pintura. No quiero gastar más palabras pero me siento así, y creo que eso me gusta.

agosto 13, 2009

Magia

(Con Paz en Bar Zero)


El sábado pasado íbamos con Germán por la Alameda en auto, ya estaba oscureciendo y él me hablaba de la arquitectura Colonial en Chile, y de cómo el Museo San Francisco (con su torre inglesa tan nada que ver pero tan caracterísitca) era como el ícono de este tipo de construcción en Santiago.

Pasábamos casi al frente de la torre y repentinamente detuve su blablá para preguntarle con desesperación qué veía en el piso.

¿Qué veo? Vidrio molido, supongo.

Esa fue su respuesta.

Y yo me heché a reír como una loca, por que claro, era vidrio molido, sin lugar a dudas, algún vestigio de un choque, o de una pelea callejera. VIDRIO MOLIDO. Pero yo había visto lucecitas danzantes, un montón de brillitos juguetones que saltaban de un lado para el otro, como cuando los rayitos del sol bailan sobre la superficie de gotitas más ligeras del mar.

Eso, y me dio alegría que viéramos diferentes cosas.

Me encanta que todos los seres humanos percibamos tan diferente todo, y ese recibir / entender distinto, a veces escuchar /dar demasiado, debiera ser lo más natural, pero a veces asusta tanto.

Como por ejemplo: que alguien ya lejano me haya dicho un día que yo parecía como de quince, que lo hacía sentir como que yo tuviera quince años. Como si eso fuera algo complicado, o algo de que preocuparse, algo negativo a fin de cuentas. Y a mi me pareció tan bonito eso. Me parece, todavía, que es lindo mantener la energía, la ilusión y las ganas de vivir, de amar, de reír, que se tiene a los quince, eso debiera durar por siempre.

Y volví de este pensamiento al auto y a lo lindo que es percibir todo diferente. Y me acordé de una idea célebre de Oscar Wilde "Todos estamos en las alcantarillas, pero algunos miramos las estrellas". Vaya uno a saber cómo era la idea original, por que aparece citado de mil formas en todos lados (como alcantarillas, cuneta, fango, etc). Pero la esencia es esa, que no hay que dejar de mirar las estrellas. Aunque se vean poco en Santiago por la contaminación lumínica.

Y le dije a Germán lo de Wilde y las estrellas y le di tema para un par de horas. De Wilde pasó a Kavafis, y de cómo en los dos estaba clarísimo en el texto una emoción homosexual, a diferencia de Borges, en dónde si bien habían claras señas de bloqueos y trancas emocionales, no estaba explicitado un tema homosexual. O algo así. Yo ya estaba viendo de nuevo las lucecitas danzantes del piso, y ya estábamos llegando a Baquedano, mi lugar de destino para esa noche.

En Baquedano me junté con la Cata (siempre pienso escribirle una entrada a esta amiga y nunca lo hago, pero básicamente es para decirle que aunque la trato de exagerada e infantil a cada rato, me ha enseñado muchísimo de la vida en el poco tiempo que nos conocemos).

Desde Baquedano partimos a Santa Isabel, al Bar Zero, invitadas por Paz a una tocata de 4 cantautores nacionales. A Paz la conocí por este medio, por el blog (aunque ella ya abandonó el suyo y se pasó a otros formatos), hemos compartido buena parte de la vida a través de las letras, y el sábado nos conocimos personalmente rodeadas de muy buena música, poesía y alegría, que repletaban el lugar, como la gente y las mesas amontonadas.

Fue lindo ese salto. Todos los saltos son lindos.

Y esta entrada, y la vida en definitiva, es un poco de todo esto: alegría, amistad, saltos, música, liteartura, blogs, reírnos como locos, vivir las emociones sin temores, las lucecitas danzantes, etc.

Todos elementos esenciales de la magia.

Magia: Esa es mi búsqueda irrenunciable.

agosto 07, 2009

¡ Qué miedo !


He estado releyendo mis últimas entradas, la mayoría centradas en mis proyectos de amoríos, en mi sensación de soledad, en mi anhelo de encontrar a alguien inteligente y sensible (súmenle sentido del humor y sexualmente entretenido) con quién compartir un poco la vida, y fue como uff que atroz estoy convirtiendo este espacio de reflexión, de creatividad en algo muy similar a la columna "Treinta y uno" de la revista Ya, en dónde una treintañera sola busca minos, se enrolla y casi siempre se equivoca.

Si a eso le sumamos que yo también me compro productos en Kiehl´s como la autora de esa columna ... (el superbly restorative argan dry oil es lo mejor que existe para el pelo y la piel).

Osea que miedo me di, me estoy convirtiendo en Consuelo Aldunate y todoresplandece se está convirtiendo en "Treinta y uno", jajajajja. Y la Consuelo me saca carcajadas cada vez que la leo, pero no quiero que mi lindo blog al que le tengo tanto cariño se convierta en eso.

Me voy a desaparecer unos días y espero volver con algo más interesante.

Así desaparecida un rato ... de paso aprovecho de despejarme de mil cosas que me rondan (no sólo de mi amigo que me engrupió sin saber que yo era una treintañera atípica) si no también de cosas que me complican referente a mi profesión y a un rollo creativo que no tengo resuelto.

Abrazos a todos, igual sigo leyendo y escribo super luego de nuevo (el lunes o martes probablemente, pero ya con otra energia)

Súper

Hoy estoy súper contenta, hace muy poquito tuve una conversación súper rica con alguien súper(conversación por chat, es súper raro ese formato, pero es súper cómodo) y todo ha quedado súper claro.
Creo que esta conversa tan acertada, tan sincera (en verdad fue reconfortante, me tiene alegre y tranquila) la debiéramos haber tenido como un mes y pocos días más atrás, onda que deberíamos haber hablado todo esto el sábado 27 de Junio, pero de haberlo hecho, no hubiera vivido una serie de cosas que tenía que vivir, y que han sido súper lindas todas.
Mis súper redes ahora se sumergen en otros mares.
Me voy nadando súper feliz.

agosto 06, 2009

Un monje, un mantra y un sueño

Venía durmiendo en la micro, entre dormida y despierta en verdad, canturreando Idilio de Willie Colón. Y en eso, en la bajada de la pirámide se me apareció un monje zen, al parecer para darme un mensaje clave para mi existencia.

El problema es que lo visualizo claramente parado frente a mi, con su mirada serena, con su armonía, cubierto por una túnica color tierra y un paño amarillo encima, pero no recuerdo ni una sola palabra de lo que me dijo.

Cuando desapareció el monje, me puse instintivamente a cantar Co- Star de The Tears, por que absolutamente SIEMPRE tengo esa tendencia a cantar canciones de amor, incluso cuando estoy más sóla que NUNCA, como ahora. Siempre / Nunca, esas palabras diametralmente opuestas me gustan. Mi padre me llamaría la atención si leyera esta parte, por que dice que yo tiendo a clasificar todo en valores antagónicos, siempre / nunca; bueno / malo; positivo / negativo, etc. y que esa es una visión muy racionalista de la vida que me limita.

Mientras pienso esto sigo cantando Co- Star, me gusta esa parte que dice "the planets align ... I burn from the inside" aunque siempre la deformo y canto "The planet is so live", no sé si está correcta la forma de decirlo, si existe esa expresión en inglés, pero disfruto la idea de tener conciencia de que el planeta está tan vivo. El planeta está tan vivo, se puede percibir a cada segundo, que pena que a ratos lo olvidemos, claro que después de ver el amanecer en los Géiseres del Tatio creo que no podré olvidarlo jamás (afortunadamente), esa energía geotérmica irrefrenable, la tierra quemándose desde adentro, el abuelo llorando ... (Tatio en Kunza es "abuelo que llora").

Me bajo de la micro y la corto de cantar, me quedo en silencio, me produce angustia no recordar el mensaje del monje Zen. Camino en silencio todavía angustiada, para bajar la ansiedad que me genera el no recordar, mis labios y mi alma se ponen de acuerdo, y empiezan solitos a cantar un mantra que me enseñó hace 15 años Calcagni. Aldo Calcagni, que ser humano más excepcional, que ideal sería tenerlo de asesor filosófico en este momento de la vida. ¿Por qué me acordé de Calcagni? por el mantra cuyas palabras extrañas (quizás de una lengua extinta) de significado desconocido que no comprendo pero me hacen bien ?, ¿Por que hoy es el aniversario de la bomba en Hiroshima, y una vez tuvimos una conversación reveladora sobre eso?

Ya en la oficina mientras intento escribir esto, mi ofi está invadida por el coordinador de post venta y el fotógrafo que ya terminaron de hablar, lo que tenían que hablar con el jefe de redes, pero siguen acá atrás generando ruido, y hablando puras estupideces que me abruman, que me descomponen. Sí, neurótica total, que me importa a mí, pero es que hay cosas chicas que me molestan tanto. Anoche por ejemplo en la clase de baile había una mina que antes del giro siempre se saltaba un medio tiempo, adelantándose y eso me tenía irritada de sobre manera aunque en verdad, en la práctica no me influía en nada, por que había espacio suficiente como para que ella se equivocara todo lo que quisiera sin interferir en mis movimientos. Entonces, ¿por qué tenía tantas ganas de zarandearla y decirle estúpida atina?.

Claro, parece que estoy alterada e hipersensible, y es simplemente por que hay cosas que quiero entender y no lo consigo. ¿Cómo se percibe a una persona? Para ayudar a mi inconciente, para ver si me aclaro un poquitito, anoche me quedé dormida con dos cartas del Tarot bajo la almohada. No les voy a contar que cartas eran, pero una era del Tarot de Visconti y otra del Tarot de Macondo.

Todas las veces que me duermo sobre un par de imágenes tan potentes, tengo sueños que recuerdo con facilidad, anoche me soñé de niña caminando sola por la cañada hacia la Iglesia de mi infancia. Iba vestida con una solerita calipso hermosa, e iba muy feliz, claro que muy desabrigada para el frío que hacía. Mi atuendo no era apropiado para esa mañana tan helada, el hielo me quemaba los dedos pero yo estaba muerta de la risa. Repentinamente un adulto tomaba mi mano neutralizando el frío y otorgándome una sensación de seguridad incomparable. Un adulto (de 38 años) que es un amigo mío ahora, en este momento de la vida en que se supone que soy adulta aunque a veces no actúe como tal, ja, ja, pero en el sueño coexistían este amigo de ahora con mi yo de la infancia (en el sueño debo haber tenido 7 u 8 añitos como en la foto del perfil del blog). Después yo soltaba su mano y salía corriendo hasta perderme en el horizonte (y veía todo desde afuera como desdoblada). Después reaparecía en el cerro San Cristóbal sola, ahora a mis 30 años, cantando otra canción de Gilberto Santa Rosa (para variar) y auto formulándome un par de preguntas que no tengo tan claras.

Vuelvo a mi amigo del sueño, el que me tomaba la mano siendo tan niña. Creo que el no es muy bueno para recordar sus sueños, pero ¿ soñará ocasionalmente conmigo?.

agosto 01, 2009

Aromas, silencios y preguntas

R se despide, le hago un gesto con la mano desde lejos. Se acerca y me da un beso en la mejilla al que respondo mecánicamente. Me dice que hay un aroma delicioso, que lo cautiva.

Instintivamente acerco a su nariz "El loro de las siete lenguas" de Jodorowsky, que tengo en mis manos. Sonríe y me mira sumamente extrañado. Me dice que estoy loca y que se refería a mi perfume y no a la novela.

Mi cuello, mis muñecas y mi nuca huelen a té verde pero estoy tan habituada a ese aroma que ya no lo percibo. Hago caso omiso del halago a mi perfume. Paso por alto esa sonrisa seductora. Mi mente está en otra parte, en otra situación, sumergida en una sensación de algo inconcluso.

Camino al metro con el libro en las manos, me lo llevo varias veces a la nariz y respiro profundamente. Quiero capturar lo poco que queda de Nag Champa, ese aroma pesado y arrastrado (como una pasión contenida) que aún persiste entre las hojas. Ese aroma que quedó impregnado en el libro, en mi ropa, en mi piel.

Ese aroma me transporta, se mezcla con el recuerdo de la lluvia, con la imagen del parque forestal, con una manzana de adán súper perfumada (armani creo que dijo que era). Saltando de aroma en aroma, mi mente vuelve a B, que en otras entradas he llamado también X (y al final la lera da lo mismo, el caso es que mi mente ha vuelto a él).

Lo veo mirándome fijamente a los ojos y contestándome una pregunta con otra pregunta. Lo veo mirándome fijamente a los ojos y leyendo todos los subtextos de cada cosa que planteo. Un par de veces le pregunté que cómo lo hacía, si tenía la facultad de leerme la mente. Un par de veces me perdí en sus besos y en sus caricias, muy afortunada, sintiendo que él era como sacado de una novela de Marguerite Duras.

Respiro una vez más el Nag Champa contenido en las hojas de Jodorowsky, lo poco que queda, y empiezo a repetir en voz baja como un susurro, como un secreto para mí, unas palabras de Marguerite que intensifican mis recuerdos:

"Las manos son expertas, maravillosas,perfectas. He tenido mucha suerte, es evidente, es como un oficio que tiene, sin saberlo tiene el saber exacto de lo que hay que hacer, de lo que hay que decir."

Una vez más el Nag Champa, antes de cerrar el libro. Lo guardo y bajo corriendo las escaleras del metro. Mientras corro me pongo a cantar una canción que no tarareaba hace años:

"Hay, recuerdos que no voy a borrar / Personas que no voy a olvidar / Hay, aromas que me quiero llevar / Silencios que prefiero callar ... Son dos, las caras de la luna son dos."

Me río un rato mientras espero en el andén, estoy feliz a pesar de todo, aunque todo ha sido muy raro, y cargado de aromas y silencios (a rato incómodos, abruptos), estoy feliz. Siento que en los últimos meses he vivido más que en mucho años, y eso bien vale un par de lágrimas.

Sí, me queda una sensación de desencuentro, una especie de vacío que supongo es natural. Y me llegan a la cabeza más palabras de Marguerite Duras, pero ahora transformadas en preguntas.

¿Yo te doy al olvido esta noche?

¿El olvido empezará por tus ojos?

¿El olvido llegará a tu voz?

¿El olvido triunfará de ti por completo, poco a poco?

¿Te convertirás en una canción?