Pasión - Madurez
Les sigo dejando citas, próximamente los aburriré con alguna de mis historias repetidas.
¿Y ustedes qué tan jóvenes?, ¿Qué tan maduros?, ¿Qué tan apasionados son?
Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.
Les sigo dejando citas, próximamente los aburriré con alguna de mis historias repetidas.
¿Y ustedes qué tan jóvenes?, ¿Qué tan maduros?, ¿Qué tan apasionados son?
Se supone que esta entrada iba a ser acerca de conversaciones con estatuas, parafraseando un texto de Ortega y Gasset que leí hace un par de días y que me pareció por decir lo menos descollante. Se supone, por que para eso yo iba a fotografiar estatuas de la ciudad de Santiago el sábado en la mañana, estatuas con las que yo mantendría conversaciones enrarecidas y más bien cargadas a la nostalgia.
Puras suposiciones:
1. El texto no estoy segura que sea de Ortega, es decir está inserto en un liro de él, pero existe la posibilidad de que el haya estado citando a alguien más (tengo esa impresión) y que yo haya perdido el hilo, por que pucha que es difícil leer en la bajada de la pirámide, rodeada de tanta publicidad vial y rezando para que la micro no se quede en pana nuevamente.
2. No fotografié mis estatuas conversantes el sábado en la mañana por que estaba muerta de sueño post tocata de Chico Trujillo en la batuta.
...
Lo que va de esta semana, enrarecida, arrastrando un poco el cuerpo, con mucha alegría pero con un sueño, con una agotamiento físico evidente (esto último también puede deberse a que le estoy cambiando los estímulos a mi cuerpo para que no se acostumbre, y quizás el spinning ha sido como una exageración, pero una exageración rica que pasado el umbral de los 5 primeros minutos y del "qué mierda hago aquí, no me puedo las piernas" llega a ser energizante, y mucho.
Sí es contradictorio el agotamiento con lo energizante, pero yo me entiendo o eso creo.
Azul como el mar.
Azul como el cielo
Azul como la risa del diablo.
(Blau ter oek.
Blau ter hiev.
Bau ter laghen lucifekh)
Y en seguida el niño agregó:
- Dame una gota de tu saliva.
Amadeo era bueno, y sobre todo le gustaba prestar servicio, de modo que hizo lo que le pedía.
Inmediatamente se sumió en un sueño profundo. Al despertar se encontró en una prisión oscura. Todo era negro. Divisó los barrotes de la única ventana de la celda. Amadeo era vivaz y rápido, y no tardó en drase cuenta de que lo que él tomaba por una celda era en realidad la caja del violín que, en la mañana, le habí parecido ser un bote.
- Bueno, exclamó Amadeo, todo esto no está tan mal para mí: por lo menos me salvé de los latigazos de mi madrastra.
No tuvo mucho tiempo para distraerse en ese tipo de lucubraciones por que pronto descubrió en el negro del cielo una luz que, describiendo círculos, se aproximaba a su embarcación. Cuando estuvo muy cerca, Amadeo descubrió que provenía de un p´jaro luminoso.
- Por lo que veo, dijo el pájro, vengo adelantado.
- ¿Quién eres?, preguntó el niño.
- Pero, ¡cómo te atreves a hacermesemejante pregunta! Tú me conoces, yo soy Boek Dark, el pájaro ampolla más melómano de Groenlndia.
- ¡Y te llamas "libro oscuro"!
- Me llaman Boek Dark porque siempre respondo con enigmas. Pero hay que decir que lo que hay que descifrar no son los enigmas sino la música que los anima.
- Me gustaría mucho que me cantaras una canción-enigma.
- Si es lo que quieres, pero entonces me compañas con tu violín.
- Pero, ¡yo no sé tocar!
- ¡No me digas! Apenas ayer nos diste un concierto.
- No fui yo, fue el otro. El tomó mi lugar y a cambio me dio este barco-violín.
- ¡Muy cómico, cómico, cómico!, exclamó Boek Dark. Vas a tener que aprender a servirte de tu barco - violín, ¡y rápido! En pocos minutos más llegrán mis compañeros de la hermandad de los pájaros eléctricos. Han cruzado el mar - océano para asistir a tu concierto. ¡Si llegan a descubrir que han hecho el viaje en vano! Pro, ¡vamos, seamos positivos! Hay que hallar una solución. ¡Ya está! Tengo una idea: vamos a enseñarte a tocar el violín.
- ¡En poco minutos! ¡Imposible!
- Desengáñate, los años pasan rápido. Pero los instantes son eternos. Yo voy a encontrar un instante. Entrarás en él sin hacer ruido y, una vez adentro, tendrás todo el tiempo para estudiar violín. Dicho y hecho, el pájaro desapareció y reapareció un instante después en copañía de un oscuro peronaje.
- ¡Ya está!, dijo el pájaro; esto es una almeja. Pero no cualquiera almeja ; sae música y se llama hiperhepatón.
- Encantado de conocerla, exclamó Amadeo.
- Huup, dijo la almeja, avara de palabras como era, y abrió ac seguido la boca.
- Entra ahí, dijo el pájaro ampolla.
Amadeoobedeció. Caminó con dificultad por que debía cargar el violín. Una luz iluminó el salón, que era el instante de la almeja.
- Bienvenido, dijo una voz angélica.
- ¿Quién eres? Preguntó Amadeo
- Mi nombre es Khranki, dijo la voz ue venía del fondo del saón.
- ¿Qué haces aquí?
- Enseño música a los niños perdidos en el mar.
- Enséñame el violín, por que tengo que dar un concierto de aquí apocos instantes.
- Bien, peo antes que nada, este violín es demasiado grande para ti. Toma este otro.
Y Khranki le dio un violín de cristal.
- ¡ Anda, toca!
- Peo, es que ...
- ¡Toca!
Amadeo tomó el violín entre sus manos y le arrancó una nota. ¡Cuál no fue su sorpresa cuando el violín de cristal le mostró una casa, su casa frente a la playa. Vio al niño que le había robado su tamaño, vio a su madrastra que, irreconocible, acariciaba lacabeza del niño y lo cubría de ternuras!
- ¡Qué impostor!, exclamó Amadeo.
¡Toca!, dijo Khranki.
Y Amadeo ocó su violín de cristal. Poco poco el violín tocó solo. Y a medida que la música ocupaba el instante que era el vientre de la almej, el violín mostraba la vida dichosa del niño impostor.
- Khranki, dijo él, esta música es terrible; hce ver cosas injustas.
- Estás demasiado ocupado en mirar tu pequeño mundo, y no ves lo que tienes al alcance de la mano.
- ¿Qué cosa, pues?, preguntó Amdeo.
- Yo, dijo Khranki.
En ese momento, Amadeo vio delnte de él una espléndida joven que lo observaba con amor y con pena. Él se miró en sus ojos y descubió que ya no era un niñito si no un hombre joven.
- Ese impostor te ha hecho un gran favor, dijo Khranki. Sin él no habrías llegado nunca hasta mí.
- Es triste por que ahora tengo que partir a cumplir con mi compromiso de tocar ante los pájaros más exigentes del mundo.
- Olvídate de eso, dijo Khranki. Quédate aquí. Olvida el tiempo. Olvida el mundo. Sobre todo, olvida.
¡Quédate conmigo!
- Según ustedes, ¿qué hizo Amdeo?
- Sí, el está todavía en el fondo del mar.
- ¡ Y es feliz !