Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

agosto 27, 2008

Sin embargo


Santiago hoy, desde la micro y a través de la lluvia me pareció sencillamente hermoso. Y no desconozco su fealdad, suena a contradicción, pero la lluvia ligera filtraba la luz de una manera tan particular, que todo lo que a diario es común, utilitario y fome, estaba resplandeciente, con esa belleza que se da por accidente, como ocurre siempre en las grandes ciudades.
Desde la ventana de la micro disfruté de esta luz, es más me fui pegada en la ventana y no toqué ni una página de "La Máquina de escribir" de Cocteau, perdóname Jean mañan te retomo sin falta.

La contemplación de la fealdad iluminada de una manera diferente, casi linda, inundó mi corazoncito de alegría, y por primera vez en más de dos años vi la caletera con ojos mágicos, las rejas y vallas de seguridad de la autopista seguían ahí, los neumáticos al costado del camino, el barro, todo me maravillaba como si lo hubiera contemplado por primera vez. Hasta me puse a cantar una vieja canción de Fito que no escuchaba hace tiempo y que empezó a salir de mis labios automáticamente "Nadie sabe qué hay en tu corazón / Eso es imposible saberlo amor / Pero no me importa si estoy con vos / Nadie sabe qué hay en tu corazón / Todo al 13 y al millón / Doy gracias por haberme entregado la vida / Todo el tiempo apuesto amor / Mala suerte, buena suerte / Vives solo hasta la muerte / Y es urgente que te encuentre". Y se me pasaron la soledad y las ganas de llorar que sentía tan intensamente ayer. No se por qué, todo sigue más o menos parecido.


Santiago hoy, caminando y a través de las gotas de lluvia contenidas en mi paragua (s?), me pareció sencillamente hermoso. En el trayecto desde vespucio hasta el cerrito donde termina la calle el pasto estaba más verde que nunca, las piedras más redondas, las ramas de los árboles recortadas contra las nubes parejas, dibujadas en alto contraste, figura y fondo cautivantes. Quise capturarlo todo en un par de fotografías, que ahora me resultan aproximadas pero insuficientes. La lluvia me hizo sentir muy feliz, y muy viva. Estoy segura que los perritos de Huechuraba sentían esta mañana lo mismo que yo, por que saltaban de un lado para otro, chapoteaban en el agua, me acompañaban en mi camino, bailando alrededor (mientras tipeo esto se me vino una imagen fugaz de "dancer in the dark" aunque suene un poco estúpido y pretencioso comparar mi visión de la ciudad con la genialidad de Lars von Trier, y mis pequeñas penitas con el dolor inmenso de Selma).
Hoy la lluvia me revivió con dulzura, la disfruté al máximo, sin embargo primavera te espero rabiosamente, con tu locura desordenada, con tu alegría resplandeciente, con tus amores locos, con tus caminatas rápidas y tus atardeceres rosados. Te espero, no demores.

agosto 22, 2008

Demasiado cotidiana

Después de casi más de un año, por motivos de fuerza mayor he tenido que volver a utilizar Transantiago como medio de transporte para llegar a mi pega, y debo decir claramente que a pesar de todo el tiempo que ha pasado, todas las medidas, todos los cuestionamientos sobre el financiamiento, todas las sonrisas nerviositas de Cortázar (quien tiene la tupé [paréntesis dentro del paréntesis: tupé ... la palabra pa chistosa y no sé por qué se usa como para decir el descaro, cuando según entiendo tupé es como un corte de pelo a lo Elvis y por extensión el estilo de vida y cultura rockabilly] de decir que usa regularmente transantiago y que va mejor ... sin comentarios), en resumidas cuentas, sigue siendo una mierda!


Me lo tomo con humor, por que por último tengo que andar en micro solo en las mañanas, que es mi momento del día más enérgico (en el trayecto de las 18:30 horas creo que no lo toleraría), pero es que realmente es muy vergonzoso el 0 / repito CERO avance de nuestro pésimo sistema de transporte público.

Bueno, he vuelto al uso de las micros, por que el jueves de la semana pasada despidieron a mi amiguísima de la pega, amiguísima quién tenía la buena voluntad de traerme en las mañanas, a mí y a otros compañeros más que vivimos por el mismo sector (muy distante de acá en el límite norte de la ciudad). Con lo que además de quedarme más sola que un dedo (esta es otra expresión popular rara, por que un dedo, normalmente está acompañado de 4 más en la misma mano, sin considerar los 5 más de la otra), me quedé a pata.




Ya, tampoco es cierto eso de que me quedé más sola que un dedo, por que tengo muy buenos compañeritos de ofi, refiriéndome exclusivamente a mi ofi, por que al poner un pie afuera, solo en el pasillo por decir algo, el ambiente se enrarece y realmente está todo transformado en un nudo de vívoras que me asusta un poco. Volviendo a los compañeritos buenos (todos hombres), son muy buenos seres humanos y fiables, pero claramente falta acá una partner femenina que me entienda un estado eufórico repentino por andar con unos aros nuevos lindos, que se ría de las tonteras que hablo y de mi (según ella) supuesta adicción al gimnasio, y un montón de otros ejemplos que son difíciles de explicar para alguien que no sea mujer y que por lo tanto no haya vivido esa complicidad de género (por decirlo de un modo rimbombante).



Referente a la salida de la pega de mi amiga, fue bastante en mala (onda con escolta para que ella no tocara los archivos del PC que usaba en el intertanto entre la reunión en la que la despidieron y el momento en que salió del portón del holding, cuático, cuático), y a traído unos coletazos muy extraños, que supongo en cierta medida deben ser normales (rara esta última mezcla de palabras extraño / normal), pero anda toda la gente emparanoiada con el fantasma de la reducción de personal y la cesantía por que nadie quiere formar parte de las estadísticas oficiales, y hasta lo entiendo pero creo que están sobrereaccionando. Todos con miedo, perseguidos, cuidando la pega.



Yo la cuido, evidente, pero igual se me van los dedos por actualizar en este pequeño ratito de ocio, y mientras escribo típico que entra el director del holding a pedirme algo (hola señor X, justo entró ahora), y yo la muy h ... metida en blogger, que igual es menos terrible que si me pillara en facebook o en LUN. Pero es feo igual, igual es metida de pata, aunque no se por qué este señor me tiene tanta buena, no sé por qué me dio aumento de sueldo cuando a todos están tratando de bajarles las comisiones, o limitándoles las rendiciones, y negando de frentón cualquier aumento o mejora. Quizás tuve suerte y ese día justo se había pegado en la cabeza y estaba todavía mareado cuando hablé con él, o quizás realmente yo sea demasiado eficiente, o estaba peleado con la señora y justo esa mañana antes de salir se reconciliaron, qué se yo.

Esta media rara la entrada, demasiado cotidiana, demasiado normal, es que por estos días ando así.

Incluso, se me pasó (en parte) la indignación con una compañera (quizás antes hubiera dicho amiga) de la pega, que era del mismo grupo que nos íbamos juntos en la mañana, y que ahora que tiene auto y le toca ponerse solidaria a ella asegura que está aterrada de tener que "andar acarreando a todos los que se quedaron a pata" y que demostró una vulgaridad con cierto estilo al repetir el término acarreando con un tono chillón ... acarreando como si los demás fuéramos muebles.

A mí nadie me acarrea, en micro, pero digna.

Además tiene su lado humorístico transantiago, hoy me reí mucho al descubrir que Pedro Almodóvar se va en micro a su pega. ¿Han visto esa publicidad pegada en los troncales? Sale un señor igual a Pedro Almodóvar, pero con ropa de conductor con el texto "yo también uso transantiago para llegar a mi trabajo". ¿Totalmente estiloso o no?

Nada, así, me tomo con humor este nuevo chascarro, esta nueva burla de la vida, esta narración demasiado cotidiana.

agosto 16, 2008

Todo es concebido desde las entrañas

Una idea que me ronda hace demasiados años, y que he intentado atrapar en diferentes formatos, semi infructuosamente. Imágenes incandescentes que me vinieron a la cabeza en forma automática, mientras leía una entrevista al cineasta, guionista y escritor sueco Ingmar Bergman. Muy lejos de su tremenda narrativa visual, sus planos mesurados, y sus tiempos de reflexión, estas imágenes aceleradas, recargadas, reiteradas y medias neuróticas, son una representación aproximada de cómo percibo a Santiago. Y me gusta mi ciudad, aunque sea un caos, aunque la mayoría de la gente ande idiota, y aunque el smog nos carcoma el cerebro ... pero el alma no, ESE ES NU8ESTRO TERRENO en nosotros está impedirle la entrada, generar espacios para la creatividad y conservar una sonrisa enérgica, a pesar de todo. Contra el smog y la televisión que nos adormecen propongo para este fin de semana una maratón de Bergman, esa es mi receta. ¿Alguien me sugiere otro director?

agosto 14, 2008

Desorden triste

Me fui de un extremo al otro.

De no leer casi nada (salvo el horóscopo de lun, o las noticias en línea acerca de la participación de Fernando González en las olimpíadas) a leer a Jean Cocteau.

Cambio brusco, sin duda, sobretodo considerando que el tiempo que antes dedicaba a la lectura, ahora lo tenía destinado a ver por ejemplo la teleserie de Chilevisión (diosito, supongamos que existe, me libre de cometer nuevamente semejante atrocidad).

Bueno, así están las cosas, estoy leyendo a Cocteau, y es un animal, una bestia atroz, cada una de sus palabras, sus combinaciones, sus intensidades, son unos cuchillos (o más bien unos alfileres aparentemente inofensivos) que te abren la piel con precisión, y van directo a tus entrañas, removiéndolas en un casi dolor, un casi dolor tibio.

En particular "Los padres terribles" me tiene media en trance, ayer iba en la micro, en el metro, incluso mientras caminaba, leyendo enajenada, no podía parar. Unos diálogos tan inteligentes, tan certeros, que llegan a dar miedo. La acción gira en torno a una familia muy encerrada y muy particular, caracterizados por un desorden triste que los mantiene como una unidad irreductible. El desorden interior patológico de cada uno de los integrantes de la familia, es justamente lo que los une, y eso se evidencia claramente en los espacios que ocupan y en su forma de interactuar con la presencia fantasmagórica de los que están fuera de ese núcleo.

Bueno, la cosa es que ese desorden triste me recordó mucho a mi familia, a mi infancia, por que pesar de que las situaciones que ocurren en la obra de Cocteau distan mucho de las vividas por nosotros, hay una energía densa, una atmósfera enrarecida muy similar.

Y ojo que no es crítica a mis progenitores, es distanciamiento, es mirar desde afuera ... y siento que hemos vivido enfermos durante mucho tiempo, pero exageradamente enfermos. Y me pregunto si fuera de ese núcleo las experiencias serán similares, quizás sí, quizás no, tampoco se trata de que todas las familias del mundo sean disfuncionales, no sé estoy desvariando quizás.

Me pasa un poco que siento que de alguna manera, con mucho trabajo, concentración y tiempo me he ido limpiando de las culpas, de los resentimientos, de las rabias, y que hoy soy una mujer feliz, y desde esa felicidad puedo valorar lo bueno de cada uno de ellos, dejando de lado las críticas y las recriminaciones.

Y se siente bien, se siente muy bien dejar el desorden triste atrás. Y le agradezco a diosito (por que claro que debe existir si dejé de ver la teleserie de CHV) por este bienestar.