Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

junio 25, 2009

Yo y mi autopista

Día 24 de junio, no tan temprano por la mañana, voy atrasada pero con posibilidad (mínima, pero es una posibilidad a fin de cuentas) de marcar justito a las 9, sin descuentos.

Eso, siempre que la bajada de la pirámide sea extremdamente veloz, sin choque o micro detenida causando un muy inoportuno taco.

Me siento muy sumergida en la ciudad, pero también en mis pensamientos, en ideas locas que se me cruzan en letras blancas sobre un fondo negro como en los créditos de una película. Visualizo en este formato tonteras que se me ocurren, que me causan risa. Mucha risa. La música no se detiene nunca, ni aunque apague el I-Pod (mi mamá escribe Aipod, que ternura!). Estoy más melómana que nunca, a veces ni siquiera es necesario que tenga prendido algún tipo de reproductor, la música sigue en mi interior, apasionándome, re vitalizándome, energizándome, qué se yo puras palabras positivas terminadas en ándome ... jajajajaja.

La música en mi interior se sincroniza con los latidos de mi corazón, lo que es extremdamente lindo, me alegra, pero es poco práctico, me cuesta concentrarme. El conductor de la micro anuncia que es la última parada antes de "El salto", y yo por ir escuchando interiormente "Tender" de Blur, no comprendo bien lo de última parada y me bajo, aunque todavía estoy lejísimos de dónde debiera bajarme. Ya abajo me doy cuenta de mi estupidez, pero me río y sigo escuchando Tender. La letra de Tender también se escribe en letras blancas sobre fondo negro para luego sobre imprimirse sobre la imagen de la montaña cubierta de cemento (claro por que ya me subí a la micro siguiente, y ya voy bajando a toda velocidad por la pirámide).

Pienso que mientras yo tengo la preocupación ínfima cotidiana de llegar a la hora al trabajo, hay personas que se están preparando para celebrar el Wetripantu (ni idea si lo escribí bien) o año nuevo mapuche. En mi cabeza ahora suena "Strangers" de Portishead, y las imágenes de la pirámide, del San Cristobal, de la autopista vespucio, se mezclan con imágenes de lugares de otras partes del mundo, de lugares distantes que he visitado, hace parece ya mucho tiempo.

Todo esto se mezcla con una imagen de Escher, y salto a una idea de Cortázar que leí anoche: "delirio de escaleras y puentes que resulta inexplicable", o algo así.

Quizás en una defensa contra el sueño mi mente está así de desordenada, todo se mezcla aletoriamente y ciertos detalles imperceptibles en otras circunstancias, se exageran como en una película / alucinación al borde de lo onírico, de Michael Gondry.

Tanto nombre, tanto hiper estímulo de todos lados, es como irrisorio ... yo bajando en micro la pirámide, trasnochada, mientras en otras partes del mundo terminan de celebrar la llegada del solsticio de verano, mientras en otras partes se extinguen hogueras, mientras en los campos chilenos despiertan después de haber celebrado ritos relacionados con el Diablo.

Los ritos se fusionan lo pagano, lo católico, lo europeo, lo americano, lo índigena, los mapuches y su Wetripantu, yo y mi pirámide, yo y mi autopista.

Debe ser el sueño, leí hasta tan tarde esperando que se consumiera la vela. Visualizo los restos de la vela que enterré antes de salir atrasada, junto a la hoja de hiedra y mi deseo escrito en un papel, quemado, consumido por el fuego para que se cumpla.

Deseo tan impreciso, tan disperso, pero tan alegre, tan lleno de adjetivos (no, si en verdad me esmeré en elegir cada palabra).

Los ritos, la media noche, el cruce de la muerte y la vida, mis pensamientos, y la estúpida máquina de expectativas que no se detiene nunca, como la música en mi interior, como yo en mi autopista.

junio 19, 2009

Summer time, en mi interior

Toda la tarde he estado escuchando la lluvia, e imaginándome como todo afuera se va llenando de agua y cambiando de color.

Imaginando las gotitas sobre los vidrios, sobre las hojas de las plantas ... y el mundo que contiene cada una de esas gotitas.

"Cada gota contiene un mundo, qué un mundo, UN UNIVERSO", sentencié risueña mientras me ponía la parca y bajaba corriendo a sentir la lluvia. El guardia y la secretaria me miraron un tanto descolocados, pero yo ya estaba bajo la lluvia, sintiendo esos universos ínfimos haciendo cosquillas sobre mi piel y escuchando interiormente "Summer time" de George Gershwin.

Sí, es contradictorio en pleno temporal, evocar una canción que habla de tiempo de verano, pero el cerebro es así, salta de un punto a otro, y por lo general no lo hace linealmente, si no en un rebotar de direcciones.

Summer time, en mi interior varios minutos más, cada gotita un universo, cada ser humano un universo ... ese ritmo cadencioso, arrastrado por la lluvia.

Después dominada por una emoción muy fuerte subí corriendo a escribir este mail a un amigo muy querido.

"Solo te escribo para desearte que pases un muy lindo fin de semana, ya sea que viajes a regalonear con la novia, o que te quedes acá compartiendo con la familia, o incluso trabajando en ese ritmo tan loco que tienes, disfruta estos dos días que vienen, Santiago bajo la lluvia, la nostalgia ...

Hoy me puse súper nostálgica (insisto en que debe ser culpa de la lluvia) y entre el río repleto y fugaz de imágenes, momentos y personas que recordé, emergiste tú resplandeciente con tu sonrisa de cabro chico que tanto me gusta. Ja, ja.

A veces como que extraño esa época en que trabajábamos, almorzábamos, carreteábamos, caminábamos, todo juntos.

Sé que son momentos y que la vida tiene diferentes etapas, y estoy conforme con eso y con cada nueva etapa, y cada nueva forma de relacionarse.

Pero solo quería que supieras eso, que hoy me he acordado muchísimo de ti.

Espero verte pronto ¿Julio es el mes, dijimos?

Estamos hablando, abrazo"

Summer time, en mi interior varios minutos más, cada gotita un universo, cada ser humano un universo.

junio 17, 2009

Despertando con Brett


Esta mañana entre dormida y despierta en mi cama con los ojos cerrados, empiezo a despertarme, con flojera de ir a la pega, pero con felicidad post concierto de Brett Anderson, con muy poca luz ... empiezo a escuchar a Brett cantando a capela "To the winter" una de las canciones que más me gusta del disco "Brett Anderson" (2007).

Suena tan cerca, como al lado mío, sonrío, no lo creo, no quiero abrir los ojos ... siento una caricia muy tierna en la cabeza, lentamente se empiezan a desplazar mis párpados y se arma la siguiente imagen: Brett sentado en mi cama, cantado muy dulce e intensamente solo para mí, para despertarme de a poquitito, regalándome su mirada, sus movimientos y su calidad vocal impecable. Me hace cariño en la cabeza, en la cara, muy suavemente, se podría decir que con una suerte de fragilidad que me seduce, pero me desespera, pero su mirada sostenida y reflejada en mis ojos, me calma, me hipnotiza.

Alternadamente me hace cariño a mí y a mi gato Ramiro (que duerme a un costado mío).

Así hasta el final de la canción.

Canción en la que él le cuenta a una mujer que la ha tratado insistentemente de localizar (llamó a su teléfono privado, que le dejó mensaje en el cel, hasta intentó localizarla con operadora, pero que todas las veces no encontró a nadie en casa. Y trata de buscarla para decirle que es LA MUJER QUE NECESITA para hablar, de todas las cosas importantes, profundas que vive, de la monstruosidad y fealdad que hay en su interior.

Brett vestido igual que en el concierto, cantándome "To the winter", del caupolicán directo a mi casa, a tomarme la mano en mi cama, para en el momento final mirarme una vez más a los ojos y decirme "Dear girl, you must go to work now".

Brett me da un beso en la frente, sus labios húmedos apenas rozan mi piel, y escucho como se va apagando ese susurro ... "You are the woman I need to speak to / Didn't you know there's a monster inside".

La imagen de Brett se desintegra en la oscuridad y despierto.

Sí, un sueño, nada más que un sueño ...

Pero pueden hacerse una clara idea de lo TRASTORNADA que me dejó el increíble y tan esperado (mejor dicho anhelado fervientemente) concierto de anoche.

Estoy sumamente feliz y agradecida.

junio 15, 2009

Mañana perezosa de lunes

Hace días que tenía ganas de actualizar, claro que ganas manifestadas en una serie de impulsos pequeñitos, que no alcanzaron a configurar una necesidad imperiosa, oseacomoquesí ... pero ganado a ratos la flojera de la mañana del lunes que a aveces se extiende al resto de la semana.

Casi escribo de mi ausencia en el San Cristóbal, por nuevos y enérgicos /helados paseos a la quebrada de Macul (me insisten en que ahí se ha perdido mucha gente), y posibles / inciertos pero hasta ahora nulos paseos al Manquehue (nota alarmista de CHV y escándalo de mis cercanos incluido + amigas y yo misma, arrugonas, etc).


Casi escribo de lo desordenada que estoy con la plata, algo así como consumida por mi consumismo, ahora que tuve la genial idea de dejar de pitutear (en verdad es genial he recuperado mi vida, mis fines de semana, mi familia, mis amigos), pero he seguido gastando como antes, ahora que gano mucho menos. Bueno, tampoco es que sea una Mauricio Israel, pero con las botitas negras pagadas con VISA (maldito slogan "por que la vid es ahora", y maldita mi estupidez) ya toqué fondo, y ahora sí que sí me ordeno (en verdd no me queda otra).


Casi escribo sobre mi fascinación por "Papeles inesperados", publicación inédita de Julio Cortázar a 25 años de su muerte, y mi perdición en sus letras. Estoy absorbida (suena muy raro esto, seguro se escribe o emplea de otra manera más correcta esta palabra) por ese libro, no puedo dejar de leerlo, y casi lo leo de un tirón, pero a ratos dosifico, me contengo, por que mal que mal, se supone que ahora sí, es lo último que quedaba sin publicar. Me he perdido en algunos de sus relatos tensos y dolorosos (pero de un dolor dulce, bello) y también me he reído a carcajadas con sus juegos de palabras y con su humor tan original y diferente, pasando así de un extremo a otro, en una oscilación delirante, que disfruto mucho.


De todo eso intenté escribir durante la semana pasada, y de floja, y entre que me pilló el tiempo (reitero que el tiempo no se encuentra como por sorpresa, nos habita pero al mismo tiempo hay que crearlo), dejé puras ideas esbozadas en esta suerte de borrador.


Y acá estoy en otra mañana perezosa de lunes (muy alegre por la lluvia y el frío / insisto en que el frío es energizante) pero con flojera, escuchando "One lazy morning" de Brett Anderson, que me dejó pagando el viernes.


Se suspendió su, para mí tan anhelado, concierto, y me enteré en la fila del caupolicán a los pocos minutos de haber llegado (es decir como a las 17:15, cuando pensaba que sería la única fanática /idiota en la fila y ya habían como 50 personas más fanáticas e idiotas, ja, ja, no deja de provocarme gracia eso).

El show era a las 21:00, igual me quedé esperando por que decían que iba a tocar como a las 1:30, y yo la muy cretina pretendía esperarlo, si seré cretina, es decir realmente CRETINA con mayúsculas.


Me quedé bailando igual, mirando videos de Brett (gran consuelo), conversando con un tipo de producción que me preguntaba si estaba segura de querer esperar a Brett, si valía la pena tanto fanatismo, y yo claro que lo espero ... es de esos músicos que uno cree que nunca van a tocar suelo chileno, y como van las cosas parece que así va a ser. Es que además de su música (lo noventero eufórico /impúdico, y lo actual íntimo / reflexivo) a sus 42 años sigue manteniendo esa belleza animal pero contenida, que sinceramente me trastorna, ME TRASTORNA. Insisto en que por eso y por que hasta he soñado con el concierto soy una CRETINA. Pero lo disfruto igual, me causa gracia mi fanatismo adolescente.


El viernes me pedí la tarde libre en el trabajo para coordinar el llegar temprano al concierto y no faltar al gimnasio. Cambié la clase de spinning de la noche por un rato de máquinas en la tarde (que para mí es algo grave, sé que suena idiota pero dentro de mis ritos diarios es algo importante), y todo eso para ver a Brett, mientras Brett al parecer enfermo de ebrio, o de divo, o de no se qué, se enfrascaba con su equipo en una pelea brutal con la policía de inmigración peruana (estos son los rumores relatados por el tipo de producción, quien además me dijo que Brett era "chanchito de pomaire", es decir hueco, jajajajaj, que buena la expresión no la conocía !!!).

Vuelve a mi cabeza la imagen de Brett en el sillón fucsia de "Trash", imagen que ya he publicado aquí antes, y que me trastorna. De todas las imágenes de Brett es la que más me gusta, así que la subo nuevamente, esperando verlo/escucharlo mañana, no ya como en "Trash", si no con un poco más de años, conservando y potenciando su belleza con la madurez (otra vez el espejismo de la madurez me asalta), por mientras sigo escuchando "One lazy morning", y cruzo los dedos.