Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

enero 31, 2011

Los pájaros ...

El sábado en la tarde entró a mi casa una paloma totalmente negra y se quedó en el piso del living mirándome fijo. Yo la fui a hechar más que nada para que no la fueran a agarrar mis gatos que son especialistas en matar todo tipo de pájaros.

La paloma negra estaba como enferma, me dio la impresión que próxima a su muerte, cuando la heché al patio, sentí un aleteo muy fuerte y había volando frente a mi a pocos metros de distancia y más o menos bajo (a la altura de mi vista) una paloma blanca reluciente y llena de vida. Y la otra en el piso y las dos mirando en dirección hacia mi.

Fue muy extraño, y duró creo que varios minutos ... yo cerré todas las ventanas como con temor de que fueran a entrar a mi casa, o de que mis gatos las atacaran y me las trajeran muertas. Mientras yo cerraba todo ellas seguían fijas en sus posiciones. La negra en el piso moribunda, y la blanca aleteando muy enérgica, arriba.

Esta mañana cuando fui a sacar a mi perro al patio, la paloma negra estaba muerta en una esquina inmóvil con los ojos abiertos y sin rastro de ataque gatuno.

¿Raro verdad?

Todo el episodio podría caer perfectamente en lo Castaneda llamaría estado de realidad no ordinaria. Por que no es común lo que me pasó, y por que mi percepción estaba ampliada y todo lo registré con un nivel de detalle que no podría explicar dentro de la trampa del lenguaje, me quedaría corta.

Creo que tenía que ver con la renovación, con dejar atrás viejos patrones de conducta, y con una pena de la que debo hacerme cargo.

enero 11, 2011

Un mundo de conjeturas anhelantes

Re aparezco en este abandonado blog para compartir lo que la lectura de Carlos Castneda me ha provocado últimamente.

Y no ha sido poco, ando enrarecida ...

La lectura de este autor, y la conversa estimulante algunos seres humanos ha sido revelador. Así que aquí lo comparto por si alguien todavía pasa por este (a estas alturas) desértico espacio.

Pero si alguien lo lee ... no se rían (o no demasiado).

El sábado en la tarde estaba acostada leyendo hacia el final de “Una realidad aparte” y estaba muy metida en la lectura que a ratos me resultaba hipnótica y por otro lado hacía tanto calor que el sueño como que me ganaba .

Entonces me pasé buena parte de la tarde leyendo – durmiendo –leyendo en lapsos súper breves y alternados.

Y cuando me quedé dormida más profundamente fue justo después de leer una parte en que Castaneda cuenta su vivencia, su intento de escuchar los sonidos del mundo, de escuchar sin mirar, de no hablar consigo mismo, y de suspender el diálogo interno.

Después de ese intento de esa preparación relata una experiencia guiada por Don Juan en dónde él debe enfocar la atención escuchar los agujeros entre los sonidos, para descubrir ahí un secreto, y que lo brujos entraban habitualmente a los agujeros de los sonidos a hacer búsquedas.

Y hace una descripción súper vívida de todos los sonidos, una descripción exuberante, muy hermosa en la que también hay espacio para esas pausas fundamentales.

Justo ahí fue cuando me dormí profundamente y me desperté como espirituada con los sonidos, me desperté súper de a poco diferenciando en sonidos las velocidades del viento o el viento agitando las hojas, diferenciando el canto específico de cada pajarito, el zumbido de cada insecto. Y los silencios existentes entre todos estos elementos, y la gran armonía de esta unidad.

Después de esto me fui con extrema urgencia a visitar a mi viejo y le conté bastante alucinada (todavía) todo esto y el estaba muerto de la risa (pero con ataque), porque él admira harto a Castaneda y lo lee y re lee hace muchos, muchos años, y yo nunca lo había pescado (de hecho con mi hermano lo hueviábamos un poco por su admiración ferviente hacia Castaneda). Hasta que un amigo en un viaje me leyó un pedacito donde hablaba de los caminos con corazón.

Algunos días después le comenté esto mismo a un amigo (que en verdad no es todavía amigo propiamente tal pero creo que para allá podríamos ir) y me habló del punto de encaje, de los estados de conciencia, de la conciencia de atención, de un poema de César Vallejos y de muchas otras cosas lindas reunidas con súper buena síntesis en un párrafo chiquitito pero certero, que me gustaría publicar acá, pero como era en un mail privado mmm de repente nada que ver.

Y me quedé pensando en la conciencia de atención (que básicamente es una técnica para reenfocar la atención que produce un estado alterado de conciencia) y la posibilidad de aplicarla adentro de los sueños.

Y me propuse ver cómo me va con eso, aunque suena difícil.

Ya he rondado antes mis sueños, en este mismo espacio. Además tengo relación amor – odio con ellos (los sueños) porque me cautivan por el lado de la curiosidad, por lado del viejo tópico humano de descifrar.

Esas imágenes, esas sensaciones, me encantan … pero a ratos me resultan agotadores porque percibo y registro una cantidad de detalles que me parecen excesivos. Entonces despierto más cansada.

Aplicar conciencia de atención al otro lado, en los sueños, vivir ese otro lado, me recordó la idea de los sueños lúcidos (que también han aparecido anteriormente por acá).

En varios de sus textos Alejandro Jodorowsky habla de ellos, claro que a mí me llegó más en “La danza de la realidad” por que comparte esos conceptos a partir de experiencias muy personales.

Me he dado cuenta que me gusta la vivencia personal narrada, onda Jodorowsky todo egótico hablando de su Tocopilla o de su padre maltratador. O la Simone de Beauvoir contando impúdicamente las infidencias de su relación con Sartre y desde su vivencia contradiciendo (pero validando al mostrarse humana y vulnerable) todas sus teorías feministas.

Ayer me daba cuenta de esta inclinación que tengo (por las vivencias personales) cuando por contraste leía el planteamiento de la necesidad de Borrar la Historia personal. (En un capítulo del Viaje a Ixtlán, también de Carlos Castaneda)

Es estimulante cambiar un poco la perspectiva, para no volvernos indiferentes en este mundo de conjeturas anhelantes. ¿O no?

Acabo de advertir que ahora estoy plagiando a Juan Emar, ese sí que es un obsesivo compulsivo muy estimulante ¿Lo han leído?

“Es un mundo de conjeturas anhelantes. Es un umbral, ¡un umbral y nada más! Luz hacia atrás; hacia adelante negro”