Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

diciembre 27, 2009

Días elásticos

He tenido el blog semi abandonado, como casi siempre que esto pasa es en parte flojera y en parte falta de tiempo.

El tiempo tiene un transcurrir tan extraño a veces, y ese enrarecimiento con los fines de año /ciclo, tiende a multiplicarse, a expandirse como los días que se vuelven elásticos. Con la Vale siempre hablamos de esto, estaba buscando ahora un mail muy antiguo donde ella me hablaba de la percepción del tiempo a propósito de una animación gráfica que ella había visto y que la había conmovido profundamente, y de un video de Suede donde se congelan las imágenes, y de los variados y a veces inexplicables vínculos humanos. Pero no lo encontré. Me pasa mucho eso de buscar algo trascendente que he leído tiempo atrás sin encontrarlo, sin rastro, quizás por que de verdad no doy más con el texto o quizás por que mi percepción del texto en sí ha cambiado y por lo mismo ya no lo veo como en ese momento.

Pero volvamos a los finales de año / ciclos. Siempre me pillan corriendo de un lado para otro, entre tacos, gente enajenada comprando, el trabajo, la feria de navidad, el gimnasio y tantas otras cosas.

Este año alteré un poco mi rutina previa a la navidad y me pedí la semana del 17 al 24 libre en la pega. Me dediqué a estar vendiendo en la feria de navidad cosas de madera que había hecho durante el año. Con diseños precolombinos compuestos a partir de iconografía sacada de petroglifos del Valle del Encanto, la cultura Aconcagua, cultura Rapanui y otros, y también otros diseños más poperos como afiches de cine retro, fotos de Dalí y Jimmy Hendrix y cosas así. En las horas muertas, me dedicaba a estudiar mi manual de buceo y a practicar el tema de las tablas, límites de tiempo /profundidad (para hacer buceo recreativo sin descompresión) que es lo que más me marea y cuesta. De prejuiciosa no más al ver tanto número junto, pero en verdad es bien mecánico y la clave consiste en estar atenta, sin saltarse pasos, nada del otro mundo.

Antes de la feria me iba en cleta al gimnasio, pedaleando y escuchando a Javier Barría (que lejos es mi fetiche musical de este año, con sus canciones tan honestas, dulces, armoniosas y austeras), por la ciclovía de Pocuro, a primerísima hora con una luz hermosa, con ese frío rico / energizante de las mañanas y con una serie de otros detalles que hacen la vida tan encantadora.

Ya en el Gym, entrenaba haciendo localizado algunos días y spinning otros. El profe de spinning de las mañanas es total, todo un hallazgo, además de su carita de lobo y sus cuádriceps atroces ... hace una clase de exigencia extra terrestre que uno sale pidiendo perdón, jajajajaja. Y evidente que se me atravesaban unos pensamientos por decir lo menos lujuriosos (jajaja tanta tontera junta que se me ocurre, y lo que es peor lo expreso públicamente).

Así media cansada entre las ventas, el gym, mis pensamientos lujuriosos y la cleta, pasaron los días hasta llegar a la celebración de navidad, que este año excepcionalmente fue con amigos aparte de la familia. Invitamos a una amiga de mi hermana (su familia es de Conce y está solita en Stgo), y a un amigo mío nicaraguense (también solo en Stgo). Muy simpática ella, sociable, conversando con todos los antisociales de mi núcleo, risueña, espontánea. Mi amigo muy simpático como siempre aunque medio cortado (es como extremadamente tímido él). Y mi familia que en general son más bien apáticos / callados, esta vez estuvieron tooooodos muy buena onda y conversadores y compartimos entre todos bien agradable. Y como mi viejo, mi abuelo y mi tío vivieron un tiempo en Nicaragua, ahí se estuvieron acordando de hartas cosas y tenían tema para conversar con mi amigo cortado.

Post navidad, me fui bucear al naufragio del remolcador Caupolicán, frente a la playa San Mateo en Valparaíso, y fue sencillamente estremecedor. El silencio, el agua clara, las burbujas, y montones pero montones de peces. Acá de nuevo el tema del tiempo, estuve abajo media hora, pero pasó tan rápido ... lo percibí como 5 minutos, pero 5 minutos sumamente intensos.

Mientras veía los peces por montones (o más bien ellos curiosos nos miraban a nosotros), jugando entre los fierros oxidados y cubiertos de vida y diversidad, se me cruzó como chispazo un cuento de Cortázar, en el que el protagonista de tanto observar a un pez, se convertía en uno. Me saludó también una medusa gigante, con sus tonos rosas y violetas. Siempre el silencio y las burbujas como marco de esta experiencia alucinante. Ahí en las profundidades, disfrutando de este mundo desconocido, van a creer que estoy loca (bueno de antes), pero escuchaba en mi interior en forma permanente como un loop, de la canción Foto Movida (de Javier Barría, obvio). "Con el sabor en la boca de una foto movida en un barco" ...

Todos estos días elásticos ya se van para dar paso a un nuevo año, a nuevas vivencias, a nuevos desafíos. ¿Qué me depara el 2010? Quién sabe, el asunto es que los días elásticos ya casi se van, se van de a poquito, se van coronados por este primer buceo profundo (24 metros) y yo ya de regreso en Santiago estoy muy feliz, cansada pero feliz. Mañana regreso a lo habitual, a mi "realidad" (trabajo en Huechu y micro 309 destartalada, incluidos), pero en cualquier momento puedo cerrar los ojos y volver al mar. O simplemente seguir frente al PC, pero sonriendo y agradeciendo a la vida todo lo que me regala a diario.

diciembre 07, 2009

La luz verde, las burbujas

Desde que leí El Gran Gatsby a finales del 2003, cada cierre de año me vuelven las palabras finales de esa tremenda novela.

Un texto breve, pero potentísimo.

Esas palabras vuelven siempre, no sólo por su belleza en sí, por su musicalidad, por la forma en que las combinó Scott Fitzgerald, por las imágenes que me producen; si no por el contenido mismo. Esa sensación de uff, pasa la vida, y yo ¿qué cresta estoy haciendo?

Recuerdo perfecto que estaba en una banca de madera en Papudo leyendo esas líneas, y cuando terminé era una sensación rarísima que no sabía como sacar, pero estaba ahí el mar para calmarme. Recuerdo a la perfección ese momento. Todo eso hace casi ya 6 años.

" Gatsby creía en la luz verde, el orgiástico futuro que, año tras año, aparece ante nosotros... Nos esquiva, pero no importa; mañana correremos más deprisa, abriremos los brazos, y un buen día...
Y así vamos adelante, botes que reman contra la corriente, arrastrados incesantemente hacia el pasado."

Y yo estaba mirando el atardecer, buscando ver el enigmático rayo verde en el horizonte (creo que una vez lo vi en Los Molles, claro que no sé si lo vi realmente o si estábamos todos sugestionados y en un estado de alegría gigante y similar a la embriaguez, lo que lo hizo posible)

Las palabras de Fitzgerald me vuelven hoy, ahora que este 2009 empieza a terminarse, pero ya no con ansiedad, por que el orgiástico futuro es mi presente HOY, todo lo que deseo ya no me esquiva. Lo busco hoy, lo busco y lo encuentro (casi todo), y lo que no encuentro o me lleva a otro camino, me enseña cosas nuevas. HOY corro más de prisa, HOY abro los brazos, HOY es ese buen día ... en que soy inmensamente feliz. ¿Y contra la corriente? Sí un poco, pero arrastrada hacia el pasado NO, por que no quiero convertirme en una estatua de sal como tantos otros. Conciente de todo lo que he vivido, y agradecida de muchos momentos, que me hacen ser lo que soy hoy, pero sin añoranzas de ese pasado, por que el presente es tanto más hermoso, tanto más valioso, cada micromomento, sentirlo en la piel y por debajo de ella, esa es la diferencia.

Las palabras de Fitzgerald hoy me suenan diferentes, y las repito con un tono dulce por fin este 2009. Siento que ha sido un año maravilloso, decisivo en mi vida, por demasiados motivos, pero no me pondré a enumerarlos todos por que sencillamente no tengo ganas en este rato, los quiero para mí.


Ayer se me cruzaban por la cabeza todas estas cosas, mientras me despedía del mar en la tarde, mientras observaba el horizonte después de mi clase de buceo. Probablemente vuelva muchas veces con relatos de buceo, por que es un inicio palpitante, por que es una de mis vivencias importantes de este año, una experiencia increíble, que no sé bien cómo explicar.

Quizás la palabra que más se aproxime es INTENSIDAD. Es muy intenso, tanto que incluso de regreso a Santiago sigo bucenado, ja, ja, en serio: Todos los domingos en la noche (post clase) cuando me voy a dormir, revivo esos momentos, pero es re vivir, no es sueño, ni un recuerdo, es como si de nuevo estuviera bajo el mar, con el sonido de mis burbujas, con mis compañeros alrededor. Saludando a las jaivas y los piures. No es recuerdo, es sensorial, sentir de nuevo la textura del agua, su densidad, su temperatura, su caricia fría pero acogedora, la visión de todo ese mundo que me invita aparentemente a desarrollar habilidades pero que en verdad me está haciendo enfrentar varios temores. Es un poco como una metáfora del inconciente ¿será eso?, como sea el buceo, los amores, los temores, las alegrías, el hacerse / sentirse humano (pero de verdad) al relacionarse con otros. ¿Es tan difícil? creo que no, estoy segura que no.

Tantas cosas este 2009, no sé mucho como terminar esta entrada que se me fue para cualquier lado, pero les dejo a todos los que pasen por acá un abrazo y muuuchas burbujas.