Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

enero 24, 2007

Palabras indescifrables

Con muy poquitas y malas horas de sueño en el cuerpo, más allá del cansancio físico que se pueda experimentar, la percepción se amplía ... se distorciona también, pero a fin de cuentas se amplía. Eso es bueno y malo a la vez (como casi todo y dependiendo del estado de ánimo). Por lo mismo esta mañana el sonido de los autos zumbando en la autopista bajo la pasarela me pareció más aterrador que nunca, pero por el contrario ahora tipeando esta entrada y esquivando un almuerzo donde seguro el tema será eminentemente la tecnología (no gracias!), escucho la dulce, sexy acogedora y un poco rasposa voz de Bono (múltiples suspiros al aire) y la verdad es que nunca la había escuchado así con tanto detalle y miles de casi inhaprensibles matices. Así me suena al menos, con toda mi ignorancia pero emocionalidad musical, por que de saber, saber de música no sé nada. ¿Y para qué Saber? Que palabra más pretenciosa y cuánto tiempo me tuvo obsesionada.
Los últimos días he dormido muy poquito, y sé que me retarán por que es pésimo, pierdes millones de neuronas irrecuperables, la piel se reseca, los ojos no se qué y bla, bla, bla. Todo esto es cierto, pero me ha resultado inevitable este estado, por que adquirí un compromiso para hacer algo, y las horas del día asalariado, más las insufribles horas de medios de transporte público, relegan cualquier otra cosa que quiera hacer a la noche. Y la noche a pesar del cansancio tiene su encanto, me pongo más paranoide mientras escribo de noche, o más rápida con los keyframes si estoy animando, pero me equivoco en las cosas más estúpidas (no las mencionaré por pudor), y mientras me preparo otro café, imagino que como los ojos me duelen un poco, podría recortármelos por un rato (pero solo por un rato chico) y después volver a ponerlos en su lugar. Después, cuando estén descansados y hayan dejado de ver neblina en dónde no la hay.
Los veo ahí recortados junto al notebook, sabiendo que en cualquier momento me los vuelvo a poner y listo. Una vez le comenté esta idea a la Vale y me retó un poco, pero sólo un poco, más se rió, y fantaseó con la idea de que el recorte fuera extensivo a cualquier área o emoción que uno quisiera. Ahí se complica más la cosa.
Las emociones son unas tiranas. Yo por ejemplo las dos últimas semanas sumergida en una rabietaveraniegasantiaguina que descargaba con quién se me pusiera un poco idiota. Sí, idiota. Andaba toda enojada, con los ojos fulgurantes, los puños apretados y la boca amarga, muy al estilo de "El juguete rabioso". Lo cual es una patudez de mi parte, pues Silvio Astier, tenía muchas más razones que yo para estar en ese estado, y para convertirse en un canalla por convicción. Un canalla adorable, como todo canalla que se precie serlo. No sé, ... sonó un celu por ahí y se me fue la onda. Pero pretendía decir que a Silvio le dolía tanto la vida, por que sus sueños se los habían pisoteado millones de veces. A mí en cambio apenas algunas, y es muy pronto para enrabiarse y decir no va más. Es muy de niñita tonta, pero a la vez esa pataleta es, creo, muy coherente con el rol que me autorepresento de niñita mimada algo paranoide. Quizás por lo mismo me gusta tanto la literatura de Arlt, por que tiene un motor paranoide muy fuerte, una locura deliciosa y aterradora. Lo mismo me pasa por ejemplo con "el informe sobre ciegos" de Ernesto Sábato.
También me pregunto por qué todo el tiempo estoy mirando hacia afuera, no sé si es algo que he buscado o simplemente son sintonías extrañas que han resultado ser así. No sé cuando empecé a leer a Sábato, a Cortázar y a Arlt, y en qué minuto no leí por ejemplo a Bolaño o a Emar. Deuda que con bastante culpa estoy empezando a saldar. Pero no hablemos de culpa, por que ahí el post errático y somnoliento se puede ir para los rincones más oscuros y por ahora paso.
Por qué hay que mirar en otros, para vernos a nosotros mismos. Por qué el espejo al final nos devuelve siempre la única y misma imagen, aunque en apariencia esta mute mil veces pasando por todas las fases posibles.
Las fases también tienen su gracia, amar y odiar pequeños gestos, sonrisas tímidas, caras de indecisión, silencios / abismos, una puerta cerrada, nudillos resecos, griteríos felices, lágrimas caminadas, y una gigante lista de etc. Todo siempre se va mezlando en una sola masa homogénea. Y me creo tan especial a ratos, y descubro que soy en otros tan común y predecible como una piedra. Eso, si es que las piedras son predecibles ... una vez (intuyo que también estaba trasnochada) una piedra se transformó en un gato y me habló, pero cuando me devolví a mirarla era una piedra nuevamente. Y ahí me quedó el murmullo de esas palabras indescifrables, esa magia que se esconde, ese código ancestral que por una fracción de segundo logramos comprender, pero que se obstina en seguir siendo huidizo, pero no obstante perceptible. Apenas perceptible, pero esa ínfima posibilidad ...

enero 18, 2007

Me indigna

Muy cortito, sólo para botar la rabia:

ME INDIGNA PERO ES QUE ME INDIGNA

que gente con un cargo relativamente alto, en una de las empresas más grandes de este país, no sepa leer un correo.

ME INDIGNA MÁS TODAVÍA

que no sepa redactar una respuesta mínimamente clara, o por último dirigida a quién corresponde.

Eso por ahora ...

enero 15, 2007

Salpicón

Estos días no he actualizado, ni visitado mucho tampoco sus blogs, por que he andado con algunas preocupaciones (nada tan grave tampoco) y con una sensación entre cansancio y aburrimiento, pero sin ninguna observación específica de mi entorno o de esta ciudad en verano, que me permitiera hablar de esto, de alguna manera creativa o con sentido del humor. Igual esta situación es intermitente y por lo mismo no alcanza a ser agobiante (menos mal).
Eso sí, ando un poco somnolienta, y creo que en parte se debe a que nuevamente estoy soñando mucho / demasiado (no hablo de sueños /anhelos, si no de sueño REM), y aunque los tsunamis no han vuelto, si han habido muchas imágenes de fin de mundo, de estar encerrada en la casa y tapada hasta arriba, media asfixiada, con medallita de la virgen y todo en la mano. Igual es raro, por que de todas maneras ando de buen humor y con ganas de hacer hartas cosas. Como que un día ando agotada, y llego arrastrándome a la casa, y al otro ando con el ánimo muy arriba y me faltan horas para hacer todo lo que quiero (incluídas cosas tan lindas pero simples como paseo en bici, o paseo con Castor quién salta y corre a un ritmo que me cuesta mucho seguir).
También me motiva en este verano Santiaguino, que me llamó una directora de cine documental, con quién hemos hecho hartos trabajos de gráfica y posproducción de video juntas, para trabajar en un proyecto corto, pero muy entretenido y ligado a la cultura. Esto me alegra, no sólo por que ella es muy talentosa e intuitiva y siempre aprendo cosas nuevas, si no también por que con este tipo de trabajos extra corroboro que no es que yo deteste el diseño, la animación y la postproducción, pero sí me carga cuando se ejerce de manera fome y sólo en función de la publicidad. Cuando no hay espacio para proponer cosas, y me he dado cuenta que eso es lo que me asfixia cada tanto y me dan ganas de salir volando (aunque ya hace rato que la alfombra mágica está guardada y sin uso).
Por otro lado (perdónen que salte de un tema a otro) quizás actualice menos seguido, para tener tiempo de hacer estos pitutines que han ido saliendo, y para avanzar en mi postulación al Fondo Nacional del Libro, pues este año postularé nuevamente a la línea de Fomento a la Creación Literaria, a ver cómo me va.
Tampoco es que me vaya a desaparecer de la blogósfera, claro que no, sólo que durante este mes, y probablemente durante febrero, no actualizaré tan patológicamente seguido.
Otra cosa que no tiene nada que ver con lo anterior es que me asquea un poco el calor pegoteado del metro repleto, que llega a generar una cercanía casi promiscua con gente que no conoces (lo cual puede ser bueno o malo depende quién te toque al lado ... jajajaja). El punto es que el metro antes era así en las horas peak, pero ahora es así a cualquier hora, y eso que los universitarios y pingüinos están de vacaciones, y que con la partida del transantiago se estima que habrá el doble de gente. El sólo hecho de pensar en esa masa humana compacta y apurada, me angustia, así que mejor pensaré en otra cosa. En los días que me escaparé a Papudo, y en las caminatas por la playa grande.
Esta mañana no tengo mucho más que compartir, sólo que mañana 17 es mi cumpleaños, y me encanta que me saluden. Así que pasen a dejarme besos y abrazos, en este mi hogar de letras.

enero 07, 2007

Srs. Rancios

Estimados Señores Rancios:
Me decidí a escribirles a través de este medio (aunque es poco probable que lo lean), por que vez que intento hablar con ustedes, y acceden tan cordialmente, parece que no comprenden ni una sola de mis palabras. Quizás hablo muy rápido y sin introducir adecuadamente cada tema, quizás definitivamente hablamos idiomas diametralmente opuestos, o quizás mientras yo hablo, ustedes están muy concentrados en jugar con sus relucientes y recién estrenados smartphone blackberry pearl.
A veces parece que me están escuchando, o que me van a entender, pero justo en ese momento los llama "la gorda" (que probablemente sea en realidad una señora totalmente anoréxica producto de tanto gimnasio y tanto mall) para preguntarles por ese sofisticado menú, que prepararán para la noche, para la cena con ese business man tan importante. Menú sofisticado, que por supuesto no preparan ellas, si no sus esmeradas nanas con cofia, que deben soportar cada una de sus excentricidades.
Pero me estoy llendo del tema, como lo hago casi siempre ... quizás simplemente no logramos comunicarnos por que yo desvarío mucho y nunca alcanzo a decir eso que no he podido decirles hasta ahora.
En todo caso toda esta palabrería es eliminable, y tengan en cuenta que no importa lo que digamos, pues con el tiempo todas las palabras están destinadas a ser lengua muerta ... si no aún comprenderíamos el latín.
Sin más rodeos Estimados Señores Rancios, quiero pedirles que en el futuro colaboren con mi salud mental, y evitemos reuniones de más de 25 minutos continuados, por que he notado que empiezo a sonreír de manera estúpida y a pensar en otras cosas muy diversas, mientras ustedes hablan de modelos de negocios, activos, oportunidades, estrategias y demases. No sé cómo decirlo claramente, pero ustedes con sus cuarentaytantos años tan bien puestos, sus caras de embaucadores profesionales (disimuladas a la perfección) y sus bronceados parejos de tierras exóticas, ME ATERRAN. He notado las últimas veces que mientras hablan y proyectan unos ppt para mí incomprensibles, me empieza a faltar el aire, mi frecuencia cardíaca se acelera, y aparece un pequeño tic en mi mano derecha, que no puede dejar de golpear la mesa de manera reiterativa y hasta rítmica. Otras veces en cambio empiezo a frotarme los ojos, y eso se ve muy mal.
Todo esto claro, no es culpa de ustedes, NO, por supesto que NO. Simplemente yo los he demonizado, por que representan uno de mis grandes temores (claro que exagerados hasta la distorsión). Yo no quiero ser como ustedes. Los he demonizado por que representan todo lo que no quiero para mi vida, y que sin embargo está tan cerca, a pocos pasos. Además les tengo un poco de rencor, por que he sido testigo de cómo han seducido a gente valiosa y se la han llevado a formar parte de sus filas.
Probablemente exagero, como siempre, y seguro que en el fondo son re buenas personas. Seguro que tienen un gato persa a quién acarician ocasionalmente, seguro que a "la gorda" la requetequieren (lo cual no impide que la gorreen, evidente si les llueven las mujeres), y seguro que trabajan horas extra de manera enfermiza sólo para que no les falte nada a "los niñitos". Es muy probable que todo esto no sea más que una caricatura que les hago, y me disculpo si los incomodo, pero necesitaba desahogarme.
Por lo mismo en el futuro evitemos las reuniones de más de 25 minutos continuados como les decía, y busquen sinónimos para esas palabras que ya mencioné y que no quiero repetir. Ahh y si quieren hablar de algo importante, también sería bueno que por un momento apaguen sus black berry y dejen de mirar el monitor de sus laptops.
No querrán que termine tomando pastillas de esas con estrellita verde y receta retenida, ¿cierto?
De antemano muchísimas gracias.

enero 03, 2007

Contra la monotonía

Atravieso la autopista por arriba, a través de una pasarela que bien podría haber sido la felicidad de un futurista. A un Marinetti seguro le hubiera gustado estar suspendido en el aire, y sentir el sonido infernal de los autos vibrando a toda velocidad bajo sus pies, sentir esa inestabilidad, esa fuerza, esa violencia. Es más, probablemente hubiera preferido no cruzar la pasarela, si no más bien conducir uno de esos autos que enajenados desaparecen en pocos segundos. Pero yo no soy una futurista furiosa, y ellos con algunas de sus machistas ideas me desagradan un poco, pero me resulta inevitable esta imagen al momento de cruzar la pasarela. Siempre vuelve esta imagen. A mí, sentir la vibración de los autos me manía un poco, me descompensa, debe ser por lo mal que conducía mi papá y por la cantidad de veces que creí morir al regresar de Viña a Santiago en un fin de semana cualquiera. Uso un tiempo verbal pasado, no por que mi padre esté muerto (Diosito no lo permita por ahora, hago la señal de la cruz), si no por que ahora ya no conduce más. Por convicción ecológica, por compromiso, señala, y tengo mis serias dudas al respecto. Más me suena a desórdenes y deudas, pero ese no era el tema de esta entrada.


El tema es la inestabilidad / estabilidad, esa inseguridad que cuando se supera genera una sensación placentera, pero que cuando el nuevo estado persiste por mucho tiempo empieza a aburrir y apesta.


Me pasa todo el tiempo, me aburro demasiado rápido de todo, trabajos, gente, amistades, ocurrencias (aunque del blog no, menos mal).

Me aburro demasiado rápido. La vibración de la pasarela casi ya no la siento, aunque la caminata todavía no me aburre.


Tanta vuelta para decir que en pocos días más (5 de enero) cumplo un año en mi actual trabajo. Cuando llegué, con un año y tanto de pegas independientes e inestables muy parecidas a la cesantía, y un par de intentos que abandoné a la semana y al mes; me propuse esta vez hacer un esfuerzo mayor, calmar mi inquieto espíritu e inconformistas ideas acerca del trabajo y de la vida, y quedarme por lo menos 6 meses. "Entonces consideraré que soy estable y que he crecido". El punto es que ya se me pasó la mano en seis meses más, y me estoy aburriendo como ostra, si es que las otras se aburren ... por que en el fondo del mar debe ser difícil aburrirse, creo.


Hay días que tengo ganas de mandar todo a la cresta, aunque los 30 se me pasa y me cuesta creer que me haya vuelto tan materialista... pero un viernes con plata es como para irse saltando a la casa como pingüino. Así me fui el viernes pasado, después de estar horas frente a la única caja de un BCI que hay por acá cerca.


¿Hay algo más desagradable que una fila de banco, con 34ºC de calor?


Seguro que sí, pero en ese momento no me parecía. Aunque después, con billetes en la mano, se me pasó el calor y la rabia.

En todo caso el tema del dinero, lo enviciante y tramposo que es, da para una entrada aparte así que ahora me concentraré en mi año de trabajo estable y en el aburrimiento que me está atacando.

A pesar de todo, no considero para nada negativa esta experiencia. He crecido en varios aspectos como por ejemplo:


1 - La estabilidad ya planteada (aunque ahora me aburra)

2 - La posibilidad de volver a confiar en otros seres humanos / compañeros de trabajo y no estar todo el tiempo pensando en que me quieren cagar (actitud muy paranoide que adquirí en base a experiencias pasadas, pero que afortunadamente ahora ya está superada). Creo que este es uno de los puntos más importantes y estoy agradecida de los dioses y/o de la vida de haber encontrado gente buena en el camino.


3 - Incremento de autoestima al saber que mi trabajo es bien evaluado.


4 - Ordenar mis hábitos de sueño, y hábitos alimenticios por la misma necesidad de tener un training como la gente para rendir laborlamente.


5 - Saber separar las cosas, no ser tan ingenua y no creerse amiga de todo el mundo en la empresa. Esto suena un poco extraño y contradictorio con el punto 2, pero tengo clara la diferencia aunque no sepa expresarla con precisión.


Por ahora no se me ocurren otros puntos, pero seguro que los hay. El punto es que independiente de todo lo positivo, me aburro, y bastante, y siento que mientras más me afianzo acá, más me alejo de mis verdaderos objetivos y /o sueños. Por lo que, cual gobierno (de mí misma) me he auto decretado una serie de medidas de emergencia contra la monotonía, el aburrimiento y el olvido de los sueños. Toco madera (sin patas por supuesto). Las medidas de emergencia no se las cuento, por que algunas son un poco para la risa, y por que si uno cuenta mucho las cosas, estas no resultan. Así las cosas, ya he empezado a trabajar en lo que me importa de verdad (cosa que nunca he dejado de hacer pero hay momentos en que la voluntad se debilita, y demasiado).

En este estado medio contemplativo, previo a la acción, me encontré con un mail de un maestro (o mentor usen la palabra que quieran) que es una persona a quién admiro mucho, quien en pocas líneas me incentiva a no desistir, y me recuerda una situación de tres o cuatro años atrás, que yo creía que nadie más que yo recordaba. Me habla de mi deber Kantiano de seguir escribiendo, y eso me da mucha fuerza.


Por lo mismo a pesar del aburrimiento, de la pasarela vibrante, de la autopista, de los autos enajenados, y de la imagen reiterativa de Marinetti, hoy estoy feliz.

enero 01, 2007

Año viejo


Mi familia estuvo bastante dispersa para la celebración del año nuevo. Algunos por acá y otros por allá, pero pasadas las 12, llegó a casa mi hermano menor para quemar el año viejo.
Técnicamente debiéramos haberlo quemado a las 12 en punto, en vez que a la una y tanto, pero lo importante era que quemáramos nuestros respectivos años viejos juntos, como lo venimos haciendo desde 1992, año en que adoptamos esta tradición que se celebra en gran parte de los países latinoamericanos, principalmente en Colombia y Ecuador (este último país la tierra de origen de mi madre, en donde adquirimos en unas vacaciones este hábito, aunque modificándolo un poco).
La quema del año viejo es una tradición bastante antigua, que varios países latinoamericanos heredaron de la cultura española, ya que con la llegada de los moros al país ibérico en Valencia se elaboraban muñecos en marzo para celebrar el día de San José y así mantener las costumbres católicas que en aquel entonces se veían amenazadas.
En muchos países la costumbre se enraizó (con una transposición de fecha) y empezó a celebrarse como un acto simbólico que representa el fin de un año y sus infortunios.
Quemar algo, y reducirlo por medio del fuego a su mínima expresión, haciéndolo desaparecer, convirtiéndolo en unas pocas cenizas, expresa el deseo de que no exista más y que no se repita. En el fondo es el deseo de dejar atrás lo peor del ciclo que finaliza y proyectar la esperanza y buenos deseos en el ciclo que se inicia.
Además simbólicamente en muchas culturas el fuego se asocia a la transformación.
Originalmente el año viejo es un muñeco o monigote de tamaño humano relleno de papeles y pólvora, y vestido con ropa que ya no se usa. Pueden ser personajes de ficción, creaciones propias, o inspirados según las tendencias de la moda, o incluso se ha hecho muy común que representen a personajes políticos detestables que representan lo peor de año, y por lo mismo, lo que se quiere eliminar.
Desde 1992 yo hago un año viejo para quemar, pero por lo general es pequeñito, y no supera los 30 cms. Este año lo hice a partir de calcetines huachos, un retazo de tela y un poco de hilo, y debe haber tenido con suerte unos 15 cms. Al quemarlo pensé en 3 actitudes más o menos nocivas que he identificado en mí, y que quiero dejar atrás, pero esas no se las cuento.
¿Qué cosas quemarían ustedes?
¡Feliz año nuevo para todos!