Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

abril 27, 2009

Continuidad y dispersión de mediodía

Había jurado no tomarme más un café caro en esa cafetería internacional del angelito, o sirena? No sé nunca he entendido bien esa ilustración. Es que me encantan esos cafés, el Capuccino con leche descremada y esencia de avellana sin azúcar es mi favorito, pero por otro lado me carga la idea de pensar que es un lugar estandarizado, y que da igual si me lo tomo en Provi - Santiago, o en Cibeles - Madrid, o en cualquier otro rincón del planeta, y el Café y ambiente será exactamente el mismo, con lo que se pierde todo lo inesperado, lo característico, la gracia local. Y esas sonrisas por encargo, y que te pregunten el nombre casi "espontáneamente", y un montón de otras actitudes y cuidados minuciosos, todo sacado del manual del empleado perfecto, buena onda y servicial.

Por esto, y por que no es razonable gastarse dos lucas diarias en un café (a no ser que uno sea millonario o tenga un descriterio ... tal con la línea de crédito) había jurado no tomarme nunca más el capuccino venti (ya detallado anteriormente).

Cada vez que tuviera ganas de tomarme uno, iba a hechar los 2050 pesos en una alcancía con lo que a final de mes tendría tanta plata como para comprarme una cafetera bacán, y así saciar mi nueva obsesión, ja, ja.

Ese era el plan hasta el sábado, pero a medio día al salir del gimnasio tenía un vacío gigante en la guata. Entremedio del entrenamiento había tomado una leche cultivada que no había servido de mucho, y mi café espumoso me llamaba. Y como está justo al frente, nada que hacer, caí nuevamente.

Con café y libro de Raúl Ruiz, me instalé en una mesa de afuera a disfrutar del momento, apenas distraída por el movimiento del entorno.

Tenía que hablar con la Anja a quien iba a ver dentro de un rato, y con otra amiga que se quiere casar y resulta que yo voy a ser su madrina.

Pero era temprano aún así que me perdí en la lectura. Cada tanto me anotaba algo en la libretita, una idea incompleta, una imagen sacada de contexto, cualquier cosa que me generara la lectura de Ruiz, iba a parar a la libretita, de manera inconexa, errática, pero ese tipo de palabras / apuntes me cautivan, por que después los retomo arbitrariamente en cualquier otro momento y me sugieren cosas nuevas, que por lo general no tienen nada que ver con el concepto central que les dio origen.

Son como pequeñas fugas de energía, que a su vez, generan nueva energía. No sé bien cual es el proceso, pero algunas cosas van a parar ahí, y las atrapo en el papel:

AMNÉSICOS / DESPROGRAMADOS / MEDIO MUERTOS

Predomina el azar y el vértigo

La inmovilidad llama al movimiento. El movimiento engendra la inmovilidad.

La inmovilidad disimula el movimiento; ella es su inconciente.

Yo ahí inmóvil, concentrada en las palaras, pensando cada tanto ¡que excelente!, entremedio una niña me deja una notita pidiendo monedas, no sé mucho como reaccionar con el papelito que casi se vuela, la niña desaparece, pero derrepente está ahí de nuevo, y igual le paso las pocas monedas que tengo. Sigo leyendo y anotando cada tanto:

Imperceptible, disperso y marginal, irrisorio y por lo mismo aterrador.

Accidentes imperceptibles.

Un señor mendigo de edad indefinible, se apodera del jugo de arándanos que dejó en la mesa de al lado un tipo de 30 años. También mete la mano al basurero a ver si logra rescatar algo. Trato de hacer como que no lo miro, para que no se vaya a sentir incómodo, pero igual se me escapan los ojos y termino mirándolo fijamente, me sonríe y automáticamente le devuelvo la sonrisa.

Ya me duele un poco la cabeza con tanta lectura, el capuccino se acabó hace rato, ya no me queda más espuma con la que jugar. Se cruzan en mi cabeza dos ideas de diferente índole: por un lado pienso que debo leer cuanto antes algo sobre Teatro de Espejos de Athanasius Kircher, y por otro percibo repentinamente que estoy más despeinada que la cresta.

Claro, por que olvidé hechar una peineta en el bolso y lo descubrí recién después de ducharme en el gym. Con mi mejor cara me amarré todo el pelo enredado y pensé: filo me compro una peineta en la esquina, pero entremedio se me cruzó el café y olvidé todo lo demás.

Entonces dejo el café vacío y cierro el libro de Ruiz y parto a la farmacia, y esto es insólito, pero en tres farmacias seguidas no tienen peinetas !!! Finalmente encuentro una al aldo de la galería drugstore, y empiezo a peinarme sentada en una banquita por ahí.

Por la hora que es la Anja ya debe estar por llegar, tengo la estúpida idea de que llegará vestida igual que yo, como un clon: la veo llegar con jeans medios grises estilo sucio (las hueás que uno se compra: un jeans nuevo que parece viejo), y con una polera negra que en toda la parte de los hombros es de encaje delgadito por lo que se ve el bretel del sostén. Eso es muy lindo, me gusta ese detalle, pero me carga la idea de ver a mi amiga vesida igual que yo. Idea tonta, sin nigún fundamento, por que eso nunca ha ocurrido al menos en los últimos 27 años. Por que cuando teníamos 3 años si que nos vestíamos igual, yo no concebía tener algo lindo sin que le regalara una prenda o juguete igual a mi amiga, y viceversa. Recuerdo perfectamente un chaleco azul marino con dos líneas burdeo sobre el pecho y al lado izquierdo más o menos cerca del corazón un caracolito bordado. Andábamos para todos lados, una como espejo de la otra. Pero ahora años después esa idea ya no me parece muy buena.
Mi amiga llega finalmente, vestida normal, diferente que yo, evidente, y se esfuma mi idea de la imagen / copia / devuelta.
Quizás tanta especulación teórica / plástica de Ruiz referente a las imágenes, me está haciendo desvariar más de lo habitual.

abril 24, 2009

Abrazos para todos.

Viene otro fin de semana que se va a pasar volando. Mi vida sigue igual que siempre, casi sin absolutamente ninguna novedad, sumergida en mi rutina trabajo - gimnasio - transporte público, la misma secuencia con sutiles alteraciones del orden de los factores.
Pero el fin de semana es el espacio sagrado para compartir con la familia y los amigos, para concentrarse en sacar adelante los proyectos personales, esos que a veces cuestan tanto. No sé estoy tan contenta, aunque no sé mucho por qué.
Estoy muy agradecida de la vida, por que estoy en un período lindo de la existencia, rodeada de gente buena, y hay como una sintonía de sentimientos nobles y sonrisas sinceras. Y eso es lindo, muy, muy lindo.
Abrazos para todos.

abril 23, 2009

Desvarío de jueves


Esta entrada no será lo que debiera ser. Desde ya, parte con ese enunciado. Si yo NO fuera una gallina (créanme que ahora lo soy), ja, ja esta entrada debiera ser sobre un tema de lo más entrete, que ayer nos comentábamos con MªAntonieta a través de un par de mails. Que me sacaron carcajadas mientras los leía en la oficina, mis compañeros me observaban atónitos y yo ahí retorcida de la risa.

Pero no, no soy tan chorita como para plantear de manera tan pública el tema en cuestión, aunque he compartido en otras ocasiones también a través del blog capítulos muchísimos más escabrosos de mi vida, y temas tan atroz o igual de personales.

Pero no sé por qué ahora no puedo hacerlo. Quizás mi faceta de impúdica compulsiva cibernética se está teminando. ja, ja.

Y como no puedo o no quiero hablar, de lo que debiera hablar, (o más bien escribir), mejor les escribo de cualquier otra cosa, del primer desvarío que me venga a la mente para rellenar este espacio, aunque sea de palabras más o menos vacías, evadiendo el real motivo de mis desvelos y preguntas en el aire que han aparecido en las dos últimas entradas.

Entonces podría decirles cómo va a estar el tiempo hoy, adelantarles las noticias que se reiterarán todo el día en los portales de internet (la variación día tras día es casi nula), comentar lo lindo que estuvo el San Cristóbal el domingo pasado, o lo increíble que será ver el 8 de Mayo a Chico Trujillo nuevamente en la batuta.

Pero mejor les cuento un sueño que tuve esta mañana, no lo recuerdo con claridad, pero básicamente el sueño consistía en que yo tenía un hijo de Charlie Kaufman, el guionista más brillante que mi limitada mente recuerda y admira, por la escritura de películas tan llenas de comportamiento lúdico y atracción magnética como la vida misma: "Eternal Sunshine of the Spotless Mind", "Adaptation", "Human Nature"y "Being John Malkovich", entre mis favoritas.

Resulta que yo tenía un hijo de 1 año de Charlie, y repentinamente decidía hacérselo saber, por que el viviendo lejos en Pasadena, California, y teniendo en la actualidaad (actualidad de mi sueño, se entiende) cero contacto conmigo, no tenía idea de la existencia de este nuevo ser, ja, ja.

Esto me hace suponer, ahora que repienso el sueño en el que yo no tenía idea de cómo contactar al padre, que el episodio en que con Charlie habíamos engendrado nuestro hijo (o sea tirado), jajajajaja, la hueá chistosa, había sido un encuentro sexual casual y no producto de una relación estable, seria y comprometida, aor, bal, bla, blá.

Ta, ta, ta, ta, tán: en este desvarío que me estoy permitiendo durante la mañana de jueves, me es lícito también considerar un hecho no menor, que puede arrojar ciertas luces a este análisis inexistente: En general las películas de Kaufman se centran en un protagonista masculino introvertido, algo tímido, y una figura dominante femenina.

ME PASÉ DE PATUDA

¿Quizás es eso lo que quiero en este momento de la vida?

Por ahora no tengo mucho más que decir, salvo que al final mediante artimañas y astucia mi inconsciente logró saltarse las barreras y hablar de lo que yo inicialmente no quería.

Creo que cualquier psicoanalista se daría un festín con esta errática entrada.

De momento pretendo ver luego "Synecdoche, New York", la nueva película de Kaufman (que esta vez además de escribir, dirigió) y no sé por que cresta aún no la estrenan en nuestras salas.

F ya la tiene en DVD y me la quería copiar, pero yo prefiero esperar a verla en el cine como corresponde. F solo me adelantó "Tienes que verla", aunque en su carita algo compungida me insinuó que algo no andaba bien en ella. Tras mi insistencia me reveló que es autoreferente y reiterativo, obsesionado con las relaciones humanas (como todas las películas de Kaufman según yo), pero sin el sentido del humor de las anteriores.

Tendré que esperar para saberlo. Me gustaría ver en esa película, aquello que no puede ser mostrado, y verlo ya no con los ojos, si no con el alma (Acá estoy parafraseando a Raúl Ruiz).

Pero quizás eso sea mucho pedir para una peli, aunque sea una muy, muy buena de Kaufman.

abril 22, 2009

Ramiro me despertó a media noche

Ramiro me despertó a media noche.

No, no tengo un novio nuevo que se llame Ramiro y me haya destapado las patitas a media noche, jajajajajajajajaj.

No, Ramiro no es algún vecino enloquecido que me haya despertado con el griterío de un buen y escandaloso carrete envidiable, o de una pelea matrimonial bestial e incivilizada.

No, Ramiro no es el carabinero del plan cuadrante que no llegó a tiempo cuando asaltaron mi casa.

No, Ramiro no es ninguna de estas personas, en ninguna de estas situacioness.

Ramiro es mi gato, uno de mis gatos. Gato que ya ha figurado antes en este blog (era que no, conocen a algún gato que no se robe la película ante el más mínimo descuido?).

Total que anoche esuché un sonido metálico, como de golpe, en la protección de la ventana de mi pieza (habitación / alcoba en otros países, las palabras raras, jajajajja). Media aterrorizada corrí la cortina, esperando encontrarme con quizás que espectáculo, y me encuentro al pobre Rami colgando de la rejita metálica, con cara de cuco, más asustado que yo. Rasguñando estilo Garfield, Intentado entrar a la casa, maullando, colgando de la reja, en el segundo piso, por que está muy goldi y no pasa por la entrada pequeña que les tenemos habilitados a los gatos en el primero.

Me desveló el gato de mier ... pero es tan lindo mi Rami, con su pelo tan blanquito, con su ronroneo medio desesperado, con sus caras de quiéreme o te mataré. Por que es medio psicópata mi gato y si intentas abandonarlo mientras lo acaricias o le prestas atención a alguna otra persona o ser, se descompensa, te pega la desconocida y te masca o mínimo te rasguña.

Con esa preocupación de carácter práctico me costó dormirme, me imaginaba mi cara rasguñada, los colmillos del Rami o un grito de dolor, jajajajaj, me costó quedarme dormida nuevamente. Y pensé en muchas cosas, pero nada tan específico tampoco, volví a ver imágenes de ciudades distantes, de lugares que conozco y de otros que me gustaría conocer.

Encendí la luz del velador, y ahí estaba un libro que me regalaron hace poco, ya lo tenía, ya me lo había leído mucho rato atrás, pero cuando me lo pasaron me dio lata decirlo, ja, ja si seré huevona. Entremedio me acordé de Cortázar que siempre se me escapa en los sueños, y me di cuenta de lo reitertiva que soy.

Ramiro seguía ronroneando a mi lado, como los gatos / teléfono de Cortázar, como el cara de Gato mismo.

Incoherente, ya asumida desvelada, busqué en el mueble de al frente algo que leer. Opté por la "Poética del cine" de Raúl Ruiz. Me quedé un buen momento sentada con el libro en las manos, sin leer, mirando su tapa plateada con una ilustración como de una niña que no alcanzo a reconocer.

Entremedio me invadió la idea de que si me costaba dormir, capaz que andaba lenta al otro día, y capaz que llego tarde de nuevo. Un enredo de tiempos verbales. Un par de atrasos, me van a descontar algunas luquitas por eso.

Ramiro peleando con Mafalda, la gata negra maullándome mal genio. Me levanté a darles algo de leche, por que los pellets no se los comen nunca, con maña más encima el par.

Me volvió a la mente la voz de una amiga que durante la tarde me estuvo incitando a que piense en una serie de temas en los que no quiero pensar, de decisiones que no quiero tomar. Por ahora prefiero quedarme en mi bestiario de NO decisiones.

Ja, ja, me encantó esto último y me puse a leer a Ruiz buscando el sueño, pero el tipo es tan brillante que entré en un estado de vigilia muy lúcido, alejándome cada vez de la posibilidad de dormir.

Entonces cerré el libro y también los ojos. Me visualicé en un laberinto, que bien podría ser el laberinto de las opciones si nos ponemos metafóricos y dramáticos. Paralizada frente a muchos pasillos que no conducen a ninguna parte, o quizás sí pero no tengo ninguna certeza, una risa estúpida me invadió.

Sumergida en el laberinto de las opciones. Entre la melanconlía y el entusiasmo. Sentí como un ciclón sobre mis ojos y finalmente me dormí.

abril 20, 2009

¿Será eso?, como sea ...

Ando con un estado de ánimo un tanto enrarecido. Ni tan alegre, ni tan triste, aunque sí más bien alegre. Alegre pero pausada, no eufórica enloquecida. ¿Me explico? Espumosa más que burbujeante, por así decirlo. Evidente, me resulta clarísima la imagen, pero si repito las palabras me suenan vacías. Como sea ...

Rodeada de gente y situaciones buenas. Compartiendo con los amigos de siempre (antiguos me suena como raro, feo) y con los nuevos también. Un par de preguntas en el aire, un poco volcada hacia adentro, intentando apagar la máquina de expectativas en todos los sentidos. Dejar de pensar, de proyectar, de esperar de los demás y de la vida es bastante difícil. Y recibir con una sonrisita todo lo bueno y todo lo malo, suena a tarea titánica, pero en verdad que se puede.

Con esta convicción, trato a la vez, de sacarle sonrisas a todo el mundo. Pero no cualquier sonrisa me sirve, por que tienen que ser auténticas, desde adentro, sinceras. El "me sirve" me suena muy poco apropiado, pero no sé cómo explicar lo que quise decir con eso. Como sea ... algo así como que me alimento de sonrisas sinceras.

El infantil "lo quiero todo y lo quiero ahora" que me acompañó durante tantos años ahora me suena tan ridículo, que me saca carcajadas. Me llega a doler la guata de tanta risa, como abdominales terapéuticos, jajajajajaj, tanta tontera que se me ocurre.

Quizás tanto deporte me tiene menos (o nada) ansiosa, y funcionar sin ansiedad es algo nuevo, extraño.

¿Será eso?

O será que ando escuchando música que disfrutaba ¿hace trece años puede ser? Sí exactamente trece años, y no es ataque de nostalgia (por que a punta de prohibírmelos sistemáticamente parece que los tengo medio superados), si no simplemente que me he acordado repentinamente (quizás producto de qué asociaciones del inconciente) de algunas canciones, que están despertando nuevas cosas en mí, que ahora mientras suenan y las canturreo un poco, siento TOTALMENTE DIFERENTES.

Leo a gente que le pasan cosas parecidas en diferentes blogs. Leo revistas estúpidas, leo autores pretenciosos, leo reflexiones muy serias que me sacan dolores de cabeza por su complejidad que no puedo abarcar en este momento, en verdad leo bastante y de todo un poco.

A todo esto, me siento estafada por mis tres últimas lecturas, Paul Auster, Idelfonso Falcones y Alejandro Jodorowsky me han trampeado un poco, bastante ("me han" asevero como si ellos tres hubieran escrito sólo para mí, la muy patuda ...). La música del azar, La Catedral del Mar, y Cabaret Místico, me embrujaron al principio, me tuvieron los pelos de punta y al final me dejaron tan poquito, no es justo. !!! Me quedo eso sí, con el mundo enrarecidísimo del "La música del azar", con la maqueta del mundo y sus ultra observadores detalles, con la consturcción en abismo, de la maqueta adentro de la maqueta, de la maqueta, de la (elevado hasta el infinito) maqueta del mundo. Aunque esa resignación lenta no me convence para nada, yo quiero algo diferente para esta vida, algo con muchísima más fuerza y en eso estoy, intentando ser esa idea más o menos clara que tengo adentro.

La novela del momento, el best seller catalán, lo recomiendo a quienes quieran leer acción vertiginosa que de verdad te envicia, (al punto que sacaba el libro camuflado en la oficina para saber que otra desgracia le ocurriría en cualquier segundo al pobre Arnau) pero personalmente en ningún momento experimenté una emoción verdadera, un segundo de conexión, un anhelo de trascendencia humana, un suspiro silencioso, nada, de ahí la gran estafa de Idelfonso.

Y el Jodo, lo amo y lo odio a la vez, (aunque la raíz del odio es el amor, claro está, esto seguro se lo copié a el mismo también) tan tremendamente lúcido a ratos y en otros casi que charlatán (perdónenme sus seguidores acérrimos tan terrible ofensa). Como sea, seguramente muchas de estas cosas que me cuestiono tan vagamente, tan dispersamente, puede que estén provocadas en cierta medida por su lectura, así que te lo agradezco Alejandro, aunque hacia el final me quedé con gusto a poco.

¿Ando media inconforme? ¿Será eso?

¿Será eso?, como sea ... una sonrisita por favor

abril 13, 2009

Ahu Tongariki

Casi al final de una noche de luna llena emprendo camino rumbo a Ahu Tongariki.

Ruta totalmente desierta, solo un caballo se nos cruza, o más bien nosotros nos interponemos a él, en su lugar de descanso: el duerme en la mitad de la calle, donde lo pilló la noche o el cansancio, despreocupado de todo. Un susto más o menos, pero alcanzamos a esquivarlo a tiempo.

La noche ligeramente fresca, húmeda, la luz blanca de la luna, iluminando los cerros y los volcanes, que apenas se recortan sobre el cielo, se distingue poco, pero los contronos son hermosos.

Muchísimas, demasiadas estrellas, sobre las cabezas de los 15 moais de Ahu Tongariki, un Ahu que originalmente fue concebido para marcar el solsticio de verano, en ceremonias misteriosas, quizás sólo para iniciados, y que ahora visito para ver la salida del sol desde el mar, el amanecer en un punto de Rapa Nui, donde el sol emergerá desde la profundidad de las aguas, tiñendo todo de intensas tonalidades naranjas.

Pero casi no hay colores aún.

Ahora está todo en azules, grises, tonos oscuros apenas platinados con la precisión de la luz lunar.

Atrás imponentes las 15 figuras de piedra.

Al acercarnos puedo distinguir como las 15 sombras se proyectan en el piso, formando un semicírculo. Parece algo así como una reunión ancestral de moais, algo muy solemne, casi puedo sentir a esos espíritus discutiendo temas trascendentales.

Escucho susurros ininteligibles que me erizan la piel a pesar de que no comprendo ni una sola palabra.

Pregunto si alguien más de los tres presentes logra descifrar algo de la conversación que escucho, y sólo me contestan con un gran silencio.

El silencio es helado, como la piedra de esos moais que siguen mirándome con una distancia que me aterroriza pero a la vez me hechiza.

Rodeamos la plataforma, hasta quedar justo detrás de ellos, con el sonido del mar a nuestras espaldas. La panorámica es impresionante: en un primer plano la sombra de los moais formando un semi círculo producto de la luz o de un efecto óptico o qué se yo, atrás la plataforma horizontal con los 15 moais en línea uno junto al otro, cada uno con su carácter, con sus propias historias. Más atrás la silueta del Rano Raraku, el volcán que fue el centro del arte megalítico RapaNui, donde se esculpió la mayor parte de estos seres que siguen observándome.

Damos la vuelta nuevamente, ahora estamos de frente a los moai y si miro con atención puedo distinguir sus caras, sus rasgos. Ahora que observo bien, no están todos enojados, algunos incluso me sonríen, o sencillamente me observan neutros o devolviéndome la misma curiosidad con que yo los miro, son como un espejo también y me devuelven las emociones que estoy experimentando. Creo que uno me guiña un ojo, y esto me causa un ataque de risa, que corta el silencio de piedra abismal.


Ya más relajada de a poco empiezo a ver los primeros rayos del sol, emergiendo desde el mar !!!

Sorprendente, como lo soñé alguna vez cuando niña, cuando me pregunté si semejante imagen sería posible, y sí, efectivamente es posible, gracias a la magia de Rapa Nui.

No alcanzo a seguir pensando, a seguir perdiéndome en las ideas, pues la explosión de colores cubre todo en muy pocos minutos.

Todo ocre, todo naranjo, salpicado incluso de unos fucsias, todo muy vivo, muy alegre, y las siluetas negras de piedra recortadas como una capa de papel lustre sobre puesta.

Trato de grabar cada momento, cada sensación en mi corazón, en mi piel, quiero atesorar esta percepción para siempre en cada una de mis células, para poder recurrir a ella cuando necesite energizarme. Me concentro en interiorizar este momento, por que sé que ninguna foto, ni ningún relato será capaz de recrearlo, ni siquiera de aproximarse a esta vivencia.


Días después vuelvo a Ahu Tongariki, ya no al amanecer, a medio día, con el sol sobre las cabezas de los moai, y sobre la mía.

Y es hermoso también, y el azul del mar tiene más fuerza, pero se pierde bastante del misterio que viví el otro día.

Los 15 moai me parecen ahora mucho más amistosos, cercanos y menos gigantes.

Y me alegra verlos de pie, resucitados de alguna manera por los arqueólogos.

Pues en verdad fueron derribados durante el siglo XVII en un período de luchas entre las distintas tribus que habitaban la isla.

El azul del mar es muy intenso, entrecierro los ojos y siento el sonido de las olas.

Mi imaginación amplifica ese sonido, y puedo visualizar el mar enloquecido, desbordado, furioso, espumante, bañando los moais derribados. Así debe haber sido con el gran maremoto (tsunami) de mayo de 1960, los moasi deben haber sido arrastrándolos de un lado para otro como si fueran de papel, livianitos.

A todo eso han sobrevivido, y ahora abro los ojos y están frente a mí, sonriéndome nuevamente.

Parece que uno de los gigantes de piedra insiste en guiñarme un ojo, y me vuelvo a sentir exageradamente afortunada.

abril 03, 2009

Hanga Rau

Hanga es una palabra Rapa Nui que significa bahía / caleta. Como es de esperararse, siendo Rapa Nui una isla, está llena de pequeñas bahías o caletas, todas con alguna pequeña historia o particularidad:



(Hanga Roa Otai)

Por ejemplo está Hanga Roa Otai, que es una pequeña caleta artesana, situada en el pueblo a un par de cuadras de la calle principal. En Hanga Roa Otai están los dos centros de buceo (Mike Rapu y Orca), hay una cafetería que vende unos helados naturales exquisitos de sabores poco comunes, por ejemplo de Taro (que es un tubérculo, tipo papa o camote) claro que las chicas que atienden son un plomo. Además Hanga Roa Otai es un lugar muy apropiado para deleitarse con la contemplación del mar, junto a la infaltable imagen de San Pedro.

(Hanga Piko)

También está Hanga Piko, que es el muelle principal y caleta de pescadores. En este mismo sector se encuentra el Ahu Riata, que es un complejo arqueológico restaurado en 1998.

(Hanga Te´e)


Hanga Te´e o Caleta Vaihu, se encuentra en la costa sur de la isla, y está lleno de Ahus con moais derribados, como huella de una fase de destrucción algunos siglos atrás.

(Akahanga)


Akahanga, es un lugar mítico donde se supone descansan los restos del mismísimo Hotu Matu’a.

(Hanga Rau o Anakena)


Así cada caleta con su qué, pero hoy quiero contarles la historia de Hanga Rau, tal como me la contó a mi un anciano Rapa, un día que me dirigía a este lugar.
Hanga Rau, es la bahía de la playa Anakena. Anakena se le denomina a todo el sector por una cueva que lleva ese nombre (ana = cueva), y esa es otra historia muy bonita también, pero quedará pendiente para la próxima.
Hanga Rau significa "Comienzo de una nueva era" y debe su nombre a lo siguiente, así me lo contó Juan:

(Taonga / Símbolo de fertilidad / dibujado en arena de Hanga Rau)


"Hotu Matu’a venía desde su tierra de origen (Hiva) en una embarcación, con su séquito. En otra embarcación idéntica venía su hermana y/o esposa. Según la tradición el que primero llegara a la nueva tierra sería el Rey.

Hotu Matu’a venía dándo la vuelta por un lado y Avareipua por otro más directo, por lo que iba a llegar primero. Entonces él invocó a los espíritus para que lo ayudaran a llegar antes que ella. Gracias a la intervención de los espíritus la embarcación de Avareipua empezó a dar vueltas y más vueltas en el mismo lugar, enrosacada por el viento, como en un remolino, mientras la embarcación de Hotu Matu’a (que era el hermano mayor) llegaba primero.

Instantes después llegó Avareipua, quién al bajar de la embarcación alumbró en la misma bahía. Parió a su hijo ahí. Por eso el nombre Hanga Rau o nacimiento de una nueva era. Ahí empezaban su nueva vida, lejos de su tierra de origen, en su nueva isla, con el simbólico nacimiento de su hijo".

Así que por si un día tienen la suerte de conocer Anakena: de nadar en sus aguas cristalinas (de temperatura inigualable); de ver pececillos si nadan un poquito más adentro; de ver su iconografía recreada por algún Rapa en la arena, y otras tantas maravillas que descubrirán. Ya saben su nuevo nombre, y la historia que le dio origen.

Mientras nadaba en Hanga Rau o Anakena, miraba hacia el mar, hacia el horizonte, y podía visualizar en mi imaginación las embarcaciones de Hotu Matu’a y Avareipua acercándose, la embarcación de la Reina dando vueltas movida por el viento.

¿Qué habrá sentido en ese momento?

La imagino enrabiada empuñando con más fuerza su O`A (bastón de mando con el que soñé mucho antes de conocer Rapa Nui o imaginar si quiera la posibilidad del viaje). Pero por otro lado, toda su fuerza, viajando embarazada, dirigiendo su embarcación, y la alegría que debe haber experimentado después al parir a su hijo, al iniciar su vida en este recóndito lugar donde todo sería nuevo y diferente ...

Si lo sé, quizás un poco machista la historia, pero tiene su encanto también, como todo relato oral, como tantas otras historias que me contaron, y que espero seguir compartiendo.