Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

diciembre 30, 2008

Fin de año

Más de un mes sin publicar.

Ganas de volver. Tiempo escaso.

No mucho que decir.

Confusión.

Cansancio.

Un par de días libres lejos de la monotonía del PC.

Algunos días agotadores y calurosos en una feria artesanal.

La gente achoclonada comprando.

Yo media desvanecida bajo el toldo azul.

Micro rumbo al gimnasio.

Taco espantoso en la entrada de provi.

¿Por qué los tacos espantosos me pillan siempre en el mismo punto?.

La certeza absoluta de que un taco espantoso a la entrada de provi, es el infierno mismo, qué Dante, ni qué ejemplos de artes visuales.

El taco es el infierno.

Se me escapa un"qué angustia" atragantado con un suspiro.

Una señora sonriente me mira y me dice: "hay que poner la mejor cara no más mijita, paciencia" sonríe y agrega: "con este atraso a mí me van a cortar el pescuezo".

Hace un gesto muy gracioso, hace la mímica del corte de pescuezo y los ojos se le salen, se le ponen saltones. Me río un poco, pero solo un poco. Me alegra el día esta señora, me gusta cuando la gente se sale de su cubito, de su espacio, de su no me importa nadie.

Algo tan simple, debiera ser siempre así, el contacto con el otro, la espontaneidad, el te reconozco, el yo soy otro tú. Pero no se da casi nunca, y menos en el infierno mismo de un taco a la entrada de provi.

Gente que se sube a la mala a la micro, el chofer se detiene y agiganta más el taco, no avanza, veo su carita de frustración en el espejo, su rabia. Me dan ganas de decir algo pero no me sale.

Una señora envalentonada trata de maricones a los que se subieron sin pagar, todos gritan, algunos aplauden, escucho a lo lejos una señora que culpa de todo a Michelle y que quiere que Piñera sea el próximo presidente, no es que me importe tanto, pero me da arcadas la sola idea. Otra señora quiere que vuelva Lagos. Lagos es una mierda, replican todos en coro. Me distraigo de la discusión por que veo cerca mío al amigo de una amiga, a quién no había reconocido por que ahora está mucho más guapo. Hasta con angustia en el infierno mismo, sigo siendo una fresca, ja, ja.

La discusión continúa, todos lo autos que hay atrás de la micro, nos tapan a bocinazos.

Aunque estoy todavía muy lejos de Pedro de Valdivia, me bajo por que no aguanto más. Camino aliviada, esquivando a los motoristas que me descomponen, siempre aparecen de la nada y pasan entre medio de la gente y de los autos, aunque no haya espacio disponible.

La gente achoclonada comprando, y yo con la idiota idea de entrar a casa ideas a comprar un regalo que me falta. El taco no es el infierno, casa ideas es el infierno: DEFINITIVO.

Huyo prestamente antes de ser devorada por las llamas. Más gente achoclonada en las calles, hay tacos de personas por que todos tratan de comprar algo en la cuneta, un lazito, un minivestido, un pañuelo, lo que sea. Enteremedio del infierno de autos y personas, la imagen onírica de Álex Sisis sonriente, abriéndose paso entre la multitud. Siempre me ha gustado Álex Sisis, desde pendeja. No es que tenga pinta de adonis a sus nosecuantoa años y con su poncherita insipiente, ni que sea el mino clásico, pero tiene una energía, una fuerza que me raya. Cuando pendeja soñaba con Álex Sisis, esa onda.

Una manifestación en la calle, personas a la entrada del panorámico con pancartas que dicen cosas como "mami no quiero más juguetes, quiero más tiempo para estar contigo". Es llamativa la instalación y potente el mensaje, pero tienen unas máscaras horrendas que nada aportan y le quitan humanidad al contenido, quizás es esa la idea para impactar, pero las máscaras hieráticas me irritan, me vuelve la sensación de infierno.

De las máscaras, al gimnasio, a descubrir que el moquilleo que durante días he creído es alergia al polvo, es verdad un resfrío fuerte. Mientras hago un ejercio en una máquina (viendo el dibujo acabo de descubrir que llevo tiempo haciéndolo mal) siento que la nariz me pica, y me correo como aguita, me siento congestionada, ligeramente afiebrada.

En aerobox el estado febril crece a niveles insospechados, y claramente es algo fisiológico, real, una gripe fuerte, fuerte, no es pura fiebre por que mis ojos estén expuestos a la belleza escultural del profesor.

Ja, jajajajajajajajajaj. Ja, jajajajajajajajajaj. Ja, jajajajajajajajajaj. Ja, jajajajajajajajajaj.

La fiebre y mis ideas absurdas me causan un ataque de risa incomprensible para el resto, pero es que la belleza del sujeto en cuestión es atroz, es que ni los cánones griegos están a la altura. Su contemplación me quema las córneas prácticamente.

Más risas, bajar un poco el ritmo, después sentir que revivo un poco con la ducha, con el agua tibia.

Los días frenéticos dan paso a los días de fiesta, a los descansos obligados y necesarios, a una sensación de bienestar que es extraña pero agradable.

Ya más repuesta prepararse para el año que viene, buscando armonía al mirar con detención un atardecer en el mar. El mar, la luz verde, el orgiástico futuro que año tras año, aparece ante nosotros…