Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

julio 29, 2009

Otro espacio


Empecé la mañana sumergida en un río de autos, era mucho más que un taco espantoso, el río se perdía en el horizonte y se prolongaba al infinito. Todas las luces amontonadas, todos incesantemente (y estúpidamente) haciendo sonar las bocinas.

Me sorprende que la gente se altere de esa manera, las malas caras, las aceleradas, los frenazos, adelantando en cualquier dirección, impidiéndole el paso todo lo posible a quién sea. El paso de Cebra de la esquina de mi casa: una odisea cruzarlo.

Si están tan apurados, salgan más temprano: simple.

O si de frentón ya van tarde, ármense de paciencia y muéranse de la risa. Eso hago yo, acompañada de buena música por supuesto (ahora me dio de nuevo con Gilberto Santa Rosa y disfruto cada canción al máximo / ha adquirido para mí una dimensión / intensidad inesperada).

Desde esta perspectiva me dan entre pena y risa los apurones alterados, me pregunto que pensarán, si sentirán algo, fuera de esa necesidad, de esa urgencia de llegar pronto a cualquier parte. Si besarán a sus parejas al despedirse en la casa (o ni tiempo para eso tienen), si alimentarán a un gatito, si le sonreirán a alguien durante el día.

Tanta gente circulando durante siglos para llegar a esto, al río de autos y su gente enfurecida.
Entre risas y cantando "Detente corazón", el paisaje urbano me resulta sumamente extraño, como la vida. Sumamente extraña, pero hermosa. Reitero: HERMOSA.

Creemos todo tan complejo y en verdad es tan simple.

Anoche soñé con la Rosita, yo le decía exactamente esto mismo (de la vida extraña pero hermosa, y el énfasis en la simplicidad) y nos reíamos como locas, estábamos las dos como iluminadas (no encuentro otra palabra mejor para describir esa sensación de armonía y felicidad que predominaba en la atmósfera del sueño). Así que me apunto mentalmente contactar cuanto antes a esta buena amiga para que las dos nos subamos el espíritu ¡ y nada de andar decayendo !.

Nos reiremos como locas.

Con el mejor de los ánimos, pero el río no avanza nadaaaaaaaaaaaaa.

Me invade algo así como un impulso irreflenable de estar en otro espacio, de poner la mente en blanco, de estar lejos, de descubrir que también para los recuerdos es demasiado tarde.

Otro espacio: Se me viene a la mente Quitor y Tulor. Dos sitios arqueológicos en San Pedro de Atacama. Su visión me produce una calma que me agita. Sí, es contradictorio esto último, pero yo me entiendo.


(Pukará de Quitor)

Quitor: Un pukará, una fortaleza atacameña, para defenderse de las constantes invasiones (inca, europea, aymara), los vestigios de una comunidad intentando defender su identidad.

(Aldea de Tulor)


Tulor: Una aldea cubierta por la arena (esta imagen es sencillamente hermosa, sobrecogedora) las ruinas de una vida en comunidad, los bordes superiores de las paredes, todo conectado como en un panal de abejas.

Todo conectado.

Me fascinan los lugares históricos, los vestigios, saber que ahí habitó gente que amó la vida, que se alegró, que lloró, que rió, que se ilusionó, que tuvo tensiones, temores, etc, etc. igual que uno.

Que han pasado siglos y montones de tecnología de por medio, pero que seguimos siendo los mismos, en el fondo, bien en el fondo exactamente los mismos.

Esa sensación ... de percibir esa energía de otros (desconocidos, que ya no están, pero tan cercanos) en las cosas que dejaron, de imaginarlos cantando, peleando, bailando, teniendo sexo.

Esa senación ... de imaginarlos imaginando su futuro que ya se fué, de imaginarlos encomendados a sus dioses, de aferrarse fuertemente a sus capacidades, a sus creencias.

Esa sensación intensifica esta calma que me agita, me gusta. Hay algo en ese tiempo que se fue, pero que se seguirá proyectando para siempre, que me cautiva.

Quizás por lo mismo me gustan tanto las fotos antiguas de gente desconocida, me generan ese mismo estado de ánimo que intento describir, esta suerte de trance, de conexión con algo que se me escapa. Algo que se me escapa pero que me atrevería a decir que es un anhelo de trascendencia, algo tan humano, algo para lo que sobran las palabras.

julio 22, 2009

Pequeño paréntesis urbano

Ya casi San Pedro de Atacama, ya me voy a sumergir en esa vivencia para compartirla.

Antes un pequeño paréntesis urbano sore la pena que tenía ayer.

Ayer mientras pedaleaba todavía tenía un poco de ganas de llorar, pero me la saqué pedaleando todavía más fuerte y más rápido, poniéndole todavía más carga a la bici de spinning. Serían las endorfinas o qué se yo, pero en ese trance deportivo se me empezaron a cruzar ideas divertidas que me causaron cierta gracia y me sacaron más de alguna risita: Pensé que necesitaba urgente lo que toda mujer en pseudocrisis (es decir haciendo tormenta de un minivasito de agua) necesita, osea un corte de pelo o una lectura de tarot. / 1. Corte de pelo: Nica, con lo que me cuesta que me crezca y ahora está tan bonito ... / 2. Lectura de Tarot: sí podría ser, igual suena intersante el tarotista que mucho tiempo atrás me recomendó la Angelito.

Después me reí un montón y descarté también la segunda alternativa. Con tanto pedaleo la pena iba quedando atrás (como si la bici fuera en verdad en movimiento en vez de ser estática, todo atrás, lejos, chiquitito) y me reconfortaba también la idea de ver este viernes a Fabián y a Pato (amigos de toda la vida que me pueden decir cosas más importantes que un tarotista y sin cobrarme ni uno / además siempre está la posibilidad de simplemente no hablar nada y compartir un abrazo sincero, qué mejor !)

A continuación dejé de pedalear, me duché y salí a la calle con el pelo húmedo, a disfrutar de la incipiente lluvia que cubría Santiago.

La lluvia, el pavimento mojado reflejando el color naranjo del alumbrado público. Todo un poco tristón, los árboles mecidos ligermente por el viento, el frío, las personas esquivando los charcos de agua, yo sin paraguas escuchando la dulce voz y las extrañas melodías de Stina Nordenstam.

Todo en un ambiente enrarecido pero lindo, como de película de la Nouvelle vague ... y justamente este fin de semana voy a ver una de Alain Resnais, con un guión magistral de la Marguerite Duras (tremenda escritora, amén !).

Y me dio risa lo melodramática que puedo llegar a ser, me vi sola llorando en el cine, desconsolada jajajajajajja, soy tan ridícula, me gusta enrollarme. La tonterita por que sí, mucha teleserie debo haber visto cuando chica.

Seguí caminando con ataque de la risa hasta la entrada de un portal (que no era otra cosa que las dos barras metálicas que sostenían una señalética de tránsito), y dije lo que siempre digo al cruzar un umbral improvisado "1, 2, 3 Todo Feliz", y así quedé, con esa energía, con esa lucidez.

Y mientras escribía todo esto, muerta de la risa María Antonieta (la linkearía pero su blog ahora es privado) me deja unos muy buenos consejos en la entrada anterior, que ya me los anoté todos.

Es impresionante lo mucho que sintonizo con ella, el sentido del humor y la actitud similar ante la vida. Definitivamente nos debemos haber conocido en otra vida, ser amigas o incluso familia.

Gracias, gracias, gracias, gracias a María Antonieta y a todos los que siempre me acompañan en esta existencia tan extraña pero tan requetelinda.

¿Tarotista? No, sería una exageración.

¿Corte de pelo? Nica, reitero

¿Las uñas? bah ... , ya me las corté, total esa espaldita que pensaba rasguñar en forma más o menos permanente ya quedó descartada.

julio 21, 2009

Tengo necesidad de escribir sobre San Pedro de Atacama más en detalle, en eso venía pensando en la mañana, en la micro a la altura de Tobalaba.
En el cruce de Vitacura dejé de pensar en lo lindo de San Pedro y me bajó una penita que se me venía arrastrando desde antes, desde mucho antes. Pero como que no quería pensar en eso, no quería hacerle caso a mi intuición, prefería perderme por un ratito en ilusiones vagas, tontas.
En medio del taco pensando estas cosas, cruzando el río (no es metáfora / la micro atravesaba el puente) ... y en eso empezó a sonar "la ventana verde", de Javiera y Los Imposibles, como un presagio absurdo.
Por que me doy cuenta hace rato, y para más remate X (reemplacen la letra por un nombre que no conocen) hoy me confirmó todo lo que yo ya sabía, lo que me había soplado Bukowski (claro no en vano se me apareció en el metro hace un par de semanas).
Sobre lo que me dijo, o lo que yo dije ... para qué. No sé si sencillamente no le intereso, si no soy lo suficientemente bonita, sensible, y/o inteligente, si tiene miedo, o tiene un rollo emocional y/o bloqueo profundo. No lo tengo claro, sólo sé que tengo pena.
No tengo una pena gigante, pero sí siento algo raro, me cuestiono no sólo mi capacidad de amar, si no en general la de los seres humanos.
Sueno muy dramática lo sé, pero prometo que estoy bien, sólo que sería tanto más fácil ser tonta y dejarme engrupir por algún tarado de turno, pero yo quiero más que eso para mi vida.
¿Será posible?,
¿es tan difícil?
¿qué creen ustedes?
En todo caso X no fue ni por un segundo un tarado de turno, no intentó engrupirme con fuegos fatuos, no me hizo ningún verso falso, siempre fue sincero y eso lo agradezco enormemente.
Es un ser humano lindo, con un mundo interior potente y me da pena que toda esa energía se pierda, que no se movilice, no ya necesariamente conmigo, pero con alguna otra persona.
Estoy enredada, quizás un tanto críptica, con esto que sonaba a despedida desde el primer abrazo. Siempre me equivoco. Me equivoco pero me atrevo a equivocarme, creo que esa es la diferencia.
En todo caso no pretendo enjuiciar a X, ni endosarle mis confusas expectativas. Lo único que tengo claro es que no voy a estar mendigando afecto (y menos si me doy cuenta que no están en condiciones de dármelo o de intentarlo), eso es algo que aprendí de G en adelante, y desde ese punto muerto, desde ese punto de no retorno, vengo tratando de no reiterar el patrón de conducta.
Ahora sacudo la cabeza fuertemente, a ver si dejo de pensar por un rato.
...
Ufff
...
Pronto y en detalle, toda la maravilla de San Pedro, así me distraigo un poco de este enjambre que tengo en mi cabeza y en mi todavía joven corazón idiota.

julio 20, 2009

Después de

Después de tanta caminata altiplánica.

Después de tanta risa sincera y visceral.

Después de tanta sal y tanto sol sobre la piel (sal y sol, me gusta eso).

Después de la vastedad del desierto al ritmo de mis canciones favoritas.

Después de imaginar la vida de los primeros atcameños caminando por los sitios arqueológicos, por los rastros de lo que fue su vida.

Después del frío intenso en el dulce /imponente amanecer de los geiers del Tatio.

Después de cabalgar, 20 años después (y sentir la misma alegría inexplicable que cuando era niña).

Después de tanta sana y sabrosa Quinoa (y bien preparada por manos atacameñas, a diferencia de mi pegoteada / malograda versión urbana)

Después de tanta estrella fugaz (y tantos, más bien uno solo, deseos dispersos al viento)

Después de tantos secretos compartidos y reiterados hasta el aburrimiento y la carcajada, en una alegría excesiva generada por la emoción del viaje y de la embriaguez.

Después de un atardecer incendiado en el espejo de agua de Tebenquiche.

Después de tanta palabra Kunza, de los vestigios de una lengua casi muerta, de la interrogante de tantos nombres que no podemos responder.

Después de la sonrisa inocente de una niña hermosa, que comparte nuestras locuras y se ríe un poco de nosotras, de lo locas que estamos su mamá y sus amigas.

Después de la fusión altiplánica, de la bandera Aymara tiñendo todo de multicolor.

Después de caminar por la nieve para llegar a las lagunas sagradas en medio de la cordillera.

Después de cerros hembras con nombre de madre.

Después de tanta amistad, de tanta naturaleza, de tanta renovación.

Después de todo esto, se me hace un poco difícil volver a la rutina, al ruido, a la ciudad.

Necesito que por un momento todo permanezca mudo lejano. Pero después sonrío reconfortada, me miro las manos, y me siento (como tantas otras veces) una persona extremadamente afortunada, agradecida de la vida (suena la Violeta en este momento en mi interior).


Silencio.

Ahora nuevamente el ruido de la ciudad resulta tan próximo, tan cercano, y eso me gusta por que me recuerda por contraste todo lo demás.

Es un anuncio de renovación, de cambio, de energía a borbotones.

Voy a ir escribiendo de a poco de todo esto, para tratar de compartir todo lo que mis ojos vieron, todo lo que mi piel percibió y que ahora está palpitando acá adentro.

julio 15, 2009

Cantando I y II


Cantando I: 23 hrs aprox. Arriba de la micro, mis neurotransmisores alegres vueltos locos, el frío, las endorfinas post deporte a mil.

Visualizaba esta suerte de imagen esquemática, este ícono confuso mientras cantaba prácticamente gritando muerta de la risa "Beautiful Pain" del disco "Here Come The Tears" (mi disco de cabecera escuchado compulsivamente sin parar desde hace poco más de un mes).

Contradictorio cantar dolor hermoso en medio de un ataque de risa, sobre todo si no experimento ni una pizca de dolor.

Pero seguía cantando ... I'm shaking and making / and talking to the sky / I shiver in the night that I can't see ...

Y se me armaba esta imagen en la cabeza. Por pasos, primero el círculo, luego la flecha girando, luego la línea vertical, la línea diagonal y finalmente la línea horizontal. Una vez todo completo, la imagen se desintegraba para volver a armarse, al ritmo de la música. Cantando enajenda, sola en la micro vacía. Llegando a mi destino, bajo el volumen, y le digo al conductor "En la esquina por favor" y el me conesta "OK pero siga cantando por favor, tan feliz, tan hermosa que anda". Yo me río, le doy las gracias y me bajo.


Cantando II: Mis pies tocan la calle, y empieza "Imperfection" esta sí que es canción pienso. Y camino rapidito, mientras la imagen se reitera ahora al ritmo de mis pasos. Mis pasos, mis pasos, mis pasos. And sometimes when we kiss / You touch my fingertips / Synthetic words can't hide me / Passion creeps like death inside me. Abro la puerta Castor salta, mueve la cola. Desde adentro me preguntan por qué canto, por qué estoy tan feliz.

¿Es necesario tener un motivo súper definido? No basta con ser feliz, así no más por que sí, y visualizar esa imagen que se armó sola y que creo sé qué significa. No hay ninguna certeza, me muevo solo en base a intuiciones, ¿es tan terrible eso?, ¿debiera cantar más bajo?

Estoy exageradamente feliz, Sí. Y como si todo fuera poco en un par de horas más parto a San Pedro de Atacama, a deleitarme con la belleza, con la fuerza, con la energía del desierto.

Tengo demasiada suerte, es evidente.

julio 09, 2009

En blanco

Deben haber sido alrededor de las once de la noche, o casi.

Venía en el metro, con ese tipo de pensamiento exageradamente disperso en el que te paseas por mil ideas / sensaciones para finalmente no quedarte con ninguna: en blanco.

En eso estaba cuando tuve una revelación ... ja, ja, ja, yo y mis revelaciones: Se me apareció Charles Bukowski.

Sí, sí, raro pero cierto; mi querido Hank en el metro de Santiago. Ahí para hablarme sin decir una sola palabra.

Vi primero la botella de whisky.

Un primerísimo primer plano de la botella casi vacía (bueno quizás quedaba algo menos de un tercio), con sus letras doradas y su hombre caminando, fuertemente aferrada a su mano, se le marcaban las venitas.

Me gustó esa fuerza, le daban al Hank santiaguino un atractivo particular que disimulaba un poco su aspecto ligeramente sucio y su chaquetón largo / azul de tela gruesa (puede haber sido lana también) apenas raída. Apenas, pero raída.

De piel exageradamente blanca, quizás más blanca que yo, quizás más solo que yo también.

De edad indefinible, cara un tanto infantil, pero con manos gastadas y piel envejecida por exceso de alcohol o tal vez por exceso de soledad.

Hank no es ningún tonto, se dio cuenta de cómo lo observaba en detalle, sumergida en el subterráneo y en mis pensamientos. Me miró de vuelta, me sonrió y me ofreció un trago que yo concientemente (pero con cierta dificultad) no acepté.

Después se bajó, supongo que en Baquedano o en Salvador (la verdad es que ya estaba sumida nuevamente en pensamientos dispersos), y me asaltó una frase que leí hace muchos años atrás en uno de los escritos del viejo indecente.

Y tuve absoluta claridad de todo.

Lo que había leído hace 5 o 6 años atrás (me acuerdo perfecto que iba en una micro por Av. La Florida en ese entonces) y que me pareció tan revelador de la naturaleza humana / masculina, ahora se hacía presente, más verdadero que nunca.

Llegué corriendo a buscar el libro, para re leer esas palabras tan llenas de honestidad, pero evidente que no lo encontré (y fijo que si lo encuentro tampoco doy con la frase, un clásico !!!)

El volumen de Bukowski sé que estaba forrado en papel kraft con dibujitos de abejas o de flores o algo así (por que en ese entonces yo hacía ese tipo de cosas, y a veces todavía un poco, por que a pesar de todo soy más bien cargada a la dulzura).

Entonces empecé a abrir todos los libros forrados (buscando a Bukowski), y me topé con cosas tan diversas como Gustavo Frías y su "Julio comienza en Julio", y William S. Burroughs y su "Almuerzo desnudo". Y siendo ambos textos tan diferentes y tan distantes, el recuerdo de sus letras me pareció igual de revelador como las del autor que andaba buscando.

Y claro que me doy cuenta: Estoy excesivamente contaminada por la literatura, pero si de contaminación se trata supongo que es la mejor de todas.

Hojeando un montón de libros forrados tan infantilmente estaba, cuando recibí una llamada de buenas noches, pedí que me guardaran una sucralosa que se me había quedado ... en eso se me cortó el teléfono ¿ya dije que es nuevo y no lo sé usar bien?. Llamé de vuelta, no escuché muy bien por que me manío con los teléfonos (soy mejor para escribir que para hablar, que le vamos a hacer), y entre que me reí, que me tupí y que fui quizás un poco pesada, aunque ninguna de las 3 cosas fue intencional, pura espontaneidad y algo de torpeza fluyendo.

Es un poco extraño todo, pero me alegra la honestidad, honestidad ante todo.

Me gusta la honestidad, pero me gusta más el aroma del incienso (tan pesado / tan cargado de placer) . Ese aroma probablemente me marea y me confunde más que el whisky de Hank.

Yo sé que casi nadie me cree que Hank se subió a mi vagón en el metro de Santiago, pero no es ningún tipo de metáfora ni de alusión: es absolutamente cierto, a mí me pasan ese tipo de cosas y no hay nada que pueda hacer al respecto.

Es extraño lo sé, pero el MAREO, el incienso, el metro, mis libros forrados infantilmente, los personajes saliendo de las letras y perdiéndiose en Santiago, las llamadas, las palabras a veces un poco estúpidas (de más), las búsquedas de cada uno ... y tantas otras cosas indefinibles, todo me causa una alegría torpe, una alegría burlona que no sé bien de a dónde me brota.

julio 08, 2009

En un todo aleatorio ...

Hace días estaba experimentando la necesidad de actualizar este espacio, de escribir ... para procesar, para interiorizar de alguna forma, un par de vivencias recientes, importantes.

Una suerte de reflexión traducida a palabras.

Eso venía pensando esta mañana mientras saltaba de "La medallita" a "Love is dead", a "Zoom", y así la, la, la, la, lá ... secuencia aleatoria, por que acabo de descubrir lo entretenida que es esta función de mi teléfono nuevo, ja, ja.

Venía con las ideas, con la música, con las sensaciones medias cruzadas, carreteras sin sentido, en un todo aleatorio pero muerta de la risa (como no me voy a reír si hay unos rayitos de sol matinales exquisitos que ahuyentan el invierno); cuando pasaba frente a esa Babel horrible, que es la torre pretenciosa e inconclusa de Cencosud en pleno corazón de Providencia.

Claro, por que ahora me voy a la pega por Provi, no más por Vespucio, cambié de ruta, por que descubrí que "mi" micro ya no se va por "mi" autopista. Entonces ahora voy por "mi" túnel, con todas las connotaciones que eso implica. Cambio de ruta, un cambio más, y NO hay que resistirse a los cambios, por que eso de alguna forma es morir, y como yo AMO VIVIR, prefiero cambiar y ahuyentar tanto a la muerte como al invierno.

Venía pensando en estas cosas, y en esta necesidad de escribir, y al llegar, al encender el PC, me encuentro un comentario precioso de Patricia, en donde entre otras cosas que me comparte, me pregunta si tengo parado el blog por un tiempo, por demasiado de trabajo.

Y la verdad es que NO, si no he actualizado no es por demasiado trabajo, es simplemente por que he estado viviendo unas noches de invierno excesivamente dulces, y mientras afuera la lluvia hace lo suyo, adentro las respiraciones, los sueños y las pieles se mezclan. Y percibo muy lindo todo, pero siento que no quiero escribir demasiado de esto, en parte por que no quiero pensar demasiado y en parte por que es difícil compartir algo que siendo propio, no lo es exclusivamente, pues involucra a alguien más. Sobre todo si ese alguien más, te lee habitualmente.

Y escribir demasiado sería de alguna forma también dar más pistas de lo necesario, y siento que esta vivencia es más entretenida para los dos, más enriquecedora para los dos, con menos pistas y con más preguntas.

Veo con absoluta claridad, a pesar de mi nula percepción matemática, que la ecuación es perfecta así ... INVERSAMENTE PROPORCIONAL = (-) MENOS PISTAS / (+) MAS PREGUNTAS.

Aunque esas preguntas ni siquiera se formulen, aunque esas preguntas no tengan una respuesta única, inequívoca.

Y a pesar de que las respuestas pueden ser múltiples, tentatorias, y llenas de dudas ... me sigo riendo (mientras canto), porque unos rayitos de sol matinales exquisitos, dulces, entibian mi piel, ahuyentando todos mis inviernos.