Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

febrero 20, 2007

Invitación

Esta es la entrada a Spectro, el pueblo de ensueño que aparece en la película “El gran Pez” de Tim Burton. No hay que conocerme demasiado para saber que me fascina Tim Burton y sus trabajos. Pero no voy a hablar de él, voy a hablar de Spectro, por que hoy a pocos metros de mi casa, en el camino que sigo habitualmente para ir al trabajo, vi una imagen muy similar a la de esta foto. No eran tantos pares de zapatos colgados, sólo un par, y no había tanto pasto verdísimo, pero de todas maneras la similitud era reconocible, y la asociación automática..

Esta imagen mágica salida de un mundo onírico que por accidente, azar, o acto poético de algún desconocido, irrumpió en mi mundo cotidiano, lo modificó y le otorgó una nueva vitalidad que me energizó y me dio mucha alegría. Quizás hasta leí esta imagen como una señal (cosa que no hacía hace tiempo). Me hubiera encantado fotografiarla para atesorarla, pero no andaba con cámara, y creo que así es mejor, pues para creer en la magia no se necesitan falsas pruebas que sólo sirven para disminuir su carácter sublime.

Para quienes no conocen Spectro, este es un pueblo aparecido en medio de la nada, donde todos son felices, por que se quieren honesta y recíprocamente. Sus habitantes están un poco locos, si los observamos bajo el prisma de la razón, pero viven en una armonía envidiable. Por lo mismo, y como lo indica su nombre Spectro es un lugar resplandeciente, que proyecta su amplia gama de luz (que abarca todos y los más bellos colores) sobre cada nuevo ser que llega, invitándolo a quedarse ahí por siempre.

Al entrar a este espacio sagrado, libre de toda corrupción y vileza, las personas deben colgar sus zapatos y desprenderse de todo para caminar libremente, en contacto directo con el pasto, con la tierra.

Imagino Spectro como un lugar lleno de abrazos y sonrisas desinteresadas, en dónde uno puede acudir en busca de un gesto de afecto reconfortante, para después aprender entre muchas otras cosas no sólo a recibir, si no también a dar, y sobre todo a no preocuparse más de las cosas irrelevantes que con tanta facilidad nos sofocan.

Esta visión de Spectro, no es pura dispersión, no es una invitación a encerrarse en quimeras felices, ni a evadirse. De hecho el único defecto de Spectro y sus habitantes es que su felicidad se basa en el aislamiento, por lo mismo todo su sistema de vida entra en peligro con la construcción de una carretera que pasa cerca del pueblo (o el ferrocarril de nuestro Macondo). La gracia, y lo difícil (y por lo mismo en donde hay que centrar el trabajo) en un contexto en que ya no podemos evitar los puentes, carreteras, ferrocarriles, aviones, Internet, etc; es vivir como en Spectro, aunque estemos en Santiago o en cualquier otra ciudad donde la luz y el cromatismo estén disminuidos por el smog. Hay que atacar el mal genio y el stress, con alegría, amor y optimismo … y no puedo creer que esté escribiendo así, volviendo a estar habitada por uno de los aspectos de mi personalidad que me gustan, y que tuve algún tiempo guardado.

Este espacio a casi un año de su creación se ha convertido en un lugar para compartir vivencias, aunque partió casi inconcientemente como una actividad terapéutica. Pues bien, creo que está dando sus frutos.

Y así como esta mañana recibí una invitación a vivir con la energía resplandeciente de Spectro, pero aplicada a mis actitudes destructivas, a mis errores y a los de los demás, al Transantiago, a los tacos, la pega, las malas caras gratuitas, etc.; Quiero robarle las palabras a alguien que a su vez se las robó a otra persona, quiero Invitarlos a que sean felices.

Los invito a que sean felices.

febrero 15, 2007

La comicidad sagrada

Esto es lo que venía leyendo hoy en el metro. Logré conservar mi concentración a pesar de que las pantallas al interior de los vagones emitían mucha luz y sonidos invasivos. "La Danza de la realidad" de Alejandro Jodorowsky, me ha sorprendido. Sé que su autor es un gran artista, cineasta, orador, místico, etc, etc, que realiza cada una de sus creaciones con gran devoción, y que además es reconocido internacionalmente y tiene seguidores acérrimos. Sin embargo había en él algo que no me convencía, había visto sus alucinantes películas y me parecieron excepcionalmente buenas, pero siempre me quedó esa sensación de que el tipo era un extraño, un loco y que podía incluso ser un embaucador. Sin embargo al leerlo, me di cuenta de lo equivocada que estaba, es decir es loco y es extraño, pero es muy honesto y coherente. Desde ayer tenía ganas de citar un pedacito en el blog, y esta mañana cuando leí este fragmento dije "este es". Se los comparto, pues incluso sacado de contexto, dice mucho, demasiado. Yo ya lo he releído un par de veces y lo sigo procesando, ahora se los dejo a ustedes.

febrero 14, 2007

Gatos y Transantiago

Este es Juanín, un tierno, curioso y vanidoso gato, quién casi muere de la envidia al ver publicada una foto de Castor en este blog, en vez que una foto de él. ¿Por qué? Me preguntó, y no esperó respuesta, se limitó a exigirme que publicara una foto de él.
Es un poco tirano este animalito, pero lo quiero, por eso accedo a su capricho y publico su foto.
Quería aprovechar de publicar inmediatamente una foto de Mafalda (la gata), para que no le vaya a bajar a ella también un berrinche, pero descubrí que no tengo ninguna.
Juanín y Mafalda, han abandonado su vocación de Killergatos, y ya no cazan más pajaritos para dejármelos a los pies de la cama, lo cual les agradezco profundamente pues aunque ellos lo hacían con extremo cariño para mí eran momentos chocantes y tristes, por decir algo. Parece que ya no lo hacen por que me ven bien. Sus “regalitos” me los dejaban antes, cuando estaba triste, justo en los días más depre.
Ahora se dedican a revolcarse en la tierra del jardín, a espantar al Rusio (gato que no quiere comprender que no vive con nosotros) o a dormir largas horas sobre un plumón cyan. Al parecer esta es la actividad que más les gusta: dormir. También son expertos en lavarse y por supuesto, en botar las chucherías de mi velador como exigencia de un desayuno urgente, cuando me he pasado de la hora.
Afortunados ellos, que no saben nada del Transantiago, ni de los reporteros histéricos aunque felices por que por fin tienen una noticia de verdad que cubrir en verano.
Afortunados ellos.
¿Y yo?, ¿Cómo me ha ido a mí con el Transantiago?
Más o menos bien, por que sigo movilizándome en metro a todos lados, y el servicio no ha variado mucho, a excepción claro de la cantidad de gente, que de verdad es un poco angustiante y transforma cada tren en un lugar para nada apto para personas con claustrofobia y/o con ataque de pánico. He visto a un par de incautos, salir corriendo entre lágrimas (no exagero, lo juro).
Eso sí, tengo un problemita. La distancia que debo caminar desde la estación más próxima hasta mi trabajo, es más o menos larga, 25 min. aprox. Esto está bien ahora en verano, con luz y sin lluvias, pero en invierno cuando a las 6:30 de la tarde, ya sea de noche y las calles de Huechuraba estén convertidas en ríos, no tengo idea cómo lo voy a hacer.
Sí, ya sé.
Me informé en el call center de Transantiago (que siútica, digamos en la línea 800) y descubrí que me sirven dos micros locales, de acercamiento.
Pero estas dos micros se dan un paseo por La Pincoya … y que Diosito (convengamos que existe, hoy así lo creo) y los habitantes de La Pincoya me perdonen lo prejuiciosa, pero no quiero ir a meterme a la Pincoya en micro.
Salvo mis prejuicios y temores, fundados o no, con el Transantiago no me ha ido mal, aunque veo en las noticias que a otros sí, pésimo. Y aunque por lo general la televisión miente y no hay que tomarla como referente absoluto de todo, es una realidad que la implementación del nuevo sistema de transporte público ha sido bastante caótica.
No quiero ver a más gente esperando 2 horas una micro, o gente colgando de la puertas arriesgando la vida para no perder el trabajo, y por lo mismo espero que las deficiencias en la planificación se puedan ajustar (crucemos los dedos para que no sean graves), que los desinformados nos informemos, y sobre todo que dejemos de tenerle tanto temor y resistencia a los cambios (no hablo ya sólo del transantiago, si no de la vida en general).

febrero 09, 2007

Sensación Onírica



De nuevo estoy con una idea delirante en la cabeza.
En parte tiene que ver con dramaturgia, y en parte con la vida misma.
(como todo)
Fue como una revelación, un chispazo que más rato me parecerá ridículo y sin valor, por eso dejo esta nota, para acordarme que ahora me resulta importante.
Como toda gran revelación, llegó de manera absurda, durante en un recorrido en el metro de Santiago, pudo ser peor por ejemplo en un mall o en una multitienda.
Quizás el ocio remunerado (momentáneamente estoy de nuevo sin nada que hacer / correción me acaban de llamar para encargarme algo de aparente suma importancia), esté alterando mi percepción, y magnificando pequeñeces.
Quizás estoy escuchando mucho a Charly de nuevo o tomando mucha Coca Cola Light.
...
¿Las fotos?
Son de Chema Madoz, para estimular la creatividad, y recrear esa sensación onírica que está envolviendo todo, durante estos extraños días de verano en Santiago.
¡Quiero un poco de mar! Pero tengo paciencia y falta poco.
Lo importante es que ya se cómo seguir escribiendo eso que tenía botado.
Gracias Enrique por insistir tanto, la próxima entrada va para ti.


febrero 08, 2007

Violeta Intensa y mi psicoanálisis

Llevo algunos días dándole vueltas a esta entrada.

Cuando leí en analízame que Gonzalo convocaba a una blogatón por Violeta Parra, pensé que de todas maneras debía sumarme, por que esta mujer, su fabulada pero real historia, y sus creaciones me han emocionado desde la infancia.

El problema está en que las emociones que me genera Violeta son múltiples y contradictorias, y por lo mismo me cuesta compartirlas con la claridad que quisiera, por que primero tendría que procesar y entender muchas, muchas, demasiadas cosas. Algunas muy concretas y otras muy abstractas, pero todas muy difíciles de abarcar: mi infancia, el carácter obsesivo de mi padre y su incatalogable relación con mi madre, los sueños, la armonía y su ausencia, la creatividad, la melancolía, la templanza, la convicción, la fe, la frustración … y así podría seguir toda la tarde sólo nombrando momentos de la vida.

Ayer caminaba por Providencia y seguía pensando en esto de qué escribir sobre Violeta. No sé por qué lo único que tenía claro es que quería que el punto de partida fuera La Jardinera, y la iba tarareando muy bajito reiteradas veces centrada en “para mi tristeza violeta azul, clavelina roja pa mi pasión”, casi como un mantra, y la sensación era muy reconfortante mientras cantaba, pero cuando me ponía a pensar en por qué esa canción y cómo partir, mis ideas volvían a enredarse por completo, a amalgamarse en un nudo ciego. Pensé en desistir, en parte por flojera y en parte por que no quería escribir una clásica entrada tipo Roxilaautoreferente cuando en realidad la idea era escribir de Violeta.

Pero al bajar al metro un músico interpretaba justamente esta canción en flauta traversa. Su sonido me resultó muy dulce, y su mensaje categórico. Por eso estoy ahora, tratando de procesar que significa para mí Violeta Parra, ya sin la ingenua resistencia a hablar desde un punto de vista personal, por que finalmente esa es la gracia, descubrir qué es para cada uno de nosotros, total la biografía, la clasificación y análisis de sus trabajos ya los han escrito otros y bastante bien.

Antes que nada, y en mis primeros años la Violeta fue junto con Víctor Jara e Inti Illimani, música que yo escondía, no por que no me gustara, si no simplemente por que estaba aburrida de escucharlos día y noche, noche y día, y no exagero si digo que incluso mientras dormía y todo el tiempo en volumen elevado. Padre: No es que te esté pasando la cuenta, sólo que no me gustaba verte triste, y esa música era en ese momento sinónimo de tristeza infinita.

En ese momento yo no comprendía muchas cosas, y fue lento el proceso de reconciliarme con muchas otras (creo que esta sensación es un poco la historia de Chile). Sin embargo en esos casettes que yo escondía y decía odiar, habían dos canciones que hubiera querido atesorar sólo para mí: El Rin del angelito, y La Jardinera.

Con la primera experimentaba pena, y con la segunda alegría.

Todavía se me eriza la piel cuando escucho el Rin del angelito, y recuerdo perfecto cuando mi madre me explicó que se trataba de un niño muerto, y me contó como en el sur cuando morían niñitos chicos, les ponían alitas de ángel para que se fueran directo al cielo. La imagen me pareció hermosa mientras existía sólo en mi mente con mis referentes y colores, pero cuando vi (no sé cómo ni dónde) una foto de un angelito real, percibí la muerte como algo doloroso, pesado, e injusto, algo oscuro de lo que no quise hablar nunca más, y tema que en general evito hasta hoy. Esa idea de terminarse, de no ser más, me resultaba y me resulta todavía, aterradora.

Otro tema del que no quise hablar nunca más fue de una pérdida que tuvo mi madre. Del angelito de la familia que no alcancé a conocer.

Parece que soy bastante dada a evadir temas, y este en particular lo había borrado de mi mente hasta que re apareció hace unas semanas (siglos después si consideramos que esto debe haber sido cuando yo tenía 7 u 8) en un sueño extrañísimo en que mis padres le rendían culto a este ser en una habitación subterránea muy barroca.

Es raro hablar de momentos y emociones tan personales, y esto es justamente lo que hacía todo el tiempo Violeta Parra, pero con arte y síntesis. Extraía de sus vivencias personales la esencia y la compartía con todos, permitiéndonos sentirnos tan cercanos a pesar de las diferencias y tan universalmente humanos, comunes, pero por lo mismo especiales. Por eso “Gracias a la vida” me puede emocionar tanto a mí, como a un Francés que vive una vida diametralmente opuesta. Por lo mismo puede ser un himno de los derechos humanos (como tan bien nos cuenta Boris en su blog) o una canción protesta cantada con rabia por Charly García. Por que interpreta algo que todos hemos vivido, cada uno a su manera.

Partí con el Rin del angelito, por que es el primer lado (y quizás el predominante) que conocí de Violeta Parra, una Violeta triste, dolorosa, melancólica, depresiva, suicida.

Pero Violeta es eso, y también mucho más. Es compleja, es dual, es espiritual y terrena a la vez, incluso una maga llamada a enlazar ambos mundos. Y así como habla de penas intensas (sin duda la palabra intensidad es la que mejor la define), habla también del proceso de superarlas, de valorar todo lo bello de la vida, y de la posibilidad de re hacerse.

Siempre desde su introspección y lucidez envidiables.

Por eso me gusta tanto La Jardinera (tanto como cuando niña), por que es un llamado a reconciliarse con la vida, a armonizar, a amar, a equilibrar las emociones, por difícil que sea, y todo a través del contacto con la naturaleza. Acá reitero la idea de una Violeta Maga / Chamánica, que extrae su fortaleza de la tierra y de la sabiduría popular.

Esta imagen me cautiva no sólo por su valor en sí, también por el contraste con la realidad y entorno que vivo, tan tecnológico todo, con tanto computador, tanto ansiolítico, tanto televisor, tanta multitud y tanto transporte público.

Quizás por lo mismo cantar la Jardinera se ha convertido en un mantra, en diferentes momentos de la vida.

Especialmente antes, cuando sintiéndome (a veces justificadamente y otras de puro loca) no querida, me castigaba y reproducía ese comportamiento obligándome empecinadamente a entrar en relación con alguien que nunca podría quererme … fueron momentos tristes y pensé que la pena y el cansancio no se me iba a terminar nunca, pero cuando me di cuenta y logré re hacerme (después de mucho trabajo) fue magnífico.

Y para hacerlo no tuve un pedazo de tierra para cultivar (probablemente hubiera acelerado mucho el proceso), pero sí me desconecté de todo, me escapé a buscar el mar todas las veces que fue necesario, canté La Jardinera a conciencia, aprendí a estar sola y disfrutarlo ... en fin, viví esa introspección tan profunda y esencial, de la que me hablaba Violeta desde que era niña.

Fue tan reconfortante, y ahora no importa lo que pase, siempre "tranquilo queda mi corazón".

Gracias Violeta.

febrero 04, 2007

Castor

Este es Castor, y aunque parece un perro no lo es; es un ángel, me lo han dicho otro ángeles mientras duermo.
Por lo mismo no debiera asustarme que una vecina neurótica le tenga mala, y haya amenazado con hacerle algo, a pesar de que asegura "ser bien decente".
Mi pregunta es ¿qué puede hacerle una vecina neurótica aun angel encarnado en un animalito, con nombre de otro animalito?
Probablemente nada, por que aunque no dimensiono la maldad de ella, Castor está protegido por el hecho de ser un ángel.
Igual por si acaso, y para no subestimar las fuerzas de la mencionada señora, aprovecho de pedirle a San Francisco (el santo patrono de los animalitos), que proteja a mi noble Castor.
Como no soy muy dada a los rezos, ni a las misas, es probable que San Francisco, no sepa quién es la que le pide ayuda, así que acá aprovecho de hablarte directamente a ti y decirte:
Querido San Francisco, soy la Roxi, y te pido de todo corazón, que cuides al Castor, pues es un ser demasiado bueno, y los seres demasiado buenos, por lo general lo pasan mal, o se exponen más de lo necesario a la maldad del mundo. Por si no te acuerdas quién soy yo, de chiquitita cantaba tu canción, esa que dice "Haz de mí un instrumento de tu paz, donde haya odio ponga yo amor" ... y toda la volada. Después más grande pasé por tu natal Asís (y ahí vi uno de los atardeceres más hermosos que he visto en mi vida). En Asís entré a tu capilla, y traté de mirar lo menos posible a ese crucifijo de madera de estilo bizantino que guardan tras un vidrio y en la temperatura adecuada. Lo miré poco, no por falta de respeto, simplemente por que tenía temor de que el Cristo me fuera a hablar a mi, tal cómo te habló a ti hace ochorrocientosmil años, cuando decidiste dejarlo todo y abandonarte a esa aventura de vivir desprendido de lo que los demás consideran importante. Te reitero que lo miré poco, no de descreída, simplemente de temor a entrar en esos delirios místicos, a los que en la infancia era tan dada.
Protege a mi perro, a mis gatos, y a todas las mascotas de los amigos bloggers, que deambulan por este espacio.
Iba a pedirte que al Carabinero que me hizo esperar 45 minutos y se rió en mi cara cuando quise dejar la constancia de la amenaza, le envíes un rayo fulminante o algo, pero me arrepentí por que al tirar mala energía esta se devuelve, así que no, esa idea ni la tomes en cuenta. Además seguro que tu no intercedes ante Diosito por cosas malas, y total el Carabinero con soportar a los choferes del transporte público, los lanzas, y las pitanzas telefónicas ... ya tiene bastante.
Escucha mi pedidio, sinceramente muchas gracias.

Gracias Pequeña Gigante

"Un día vendrá en que los acaecimientos que verdadermante importan serán fijados con un lenguaje libre ya de toda ordenación formal, y sin que una prematura entrega a la pura expresión poética torne incierto o ininteligible el instante perfecto que se quiere solemnizar".
Me cuelgo de esto que dijo Julio Cortázar en "Divertimento", por que el instante en que te vi despertar Pequeña Gigante en la Plaza de Armas fue perfecto, digno de solemnizar, y no importa la cantidad de palabras que use, ni que seleccione las mejores, las más musicales y poéticas, siempre me quedaré corta.
A pasado poco más de una semana y me gustría fijar las emociones de ese momento ... explicar esas ridículas, pero tan necesarias lágrimas incontenibles ... y aunque estoy a años luz de ese lenguaje libre de toda ordenación formal, quiero agradecerte, con las palabras simples que me salen (y ladeando un poco la cabeza y haciendo un pucherito) tu visita por esta extraña ciudad, en donde vivo la mayor parte del tiempo tan apurada, tan acalorada y tan mal genio.
Querida Pequeña Gigante, gracias por generarme una emoción desbordante, ingenua e inexplicable de la que ya no me creía capaz, y no es que sea insensible, todo lo contrario, sólo que últimamente me mido mucho, y ando en un idiota esfuerzo de racionalizarlo todo. Quiero gradecer tu visita por Santiago, pues no sólo trajiste a nuestras calles un montaje teatral de primer nivel y un gran trabajo de arte, si no que también nos regalaste dos cosas que nos hacen mucha falta: ALEGRÍA y MAGIA.
Todos los que tuvimos la suerte de compartir un momento contigo, sabemos que no eres una marioneta ideada por un excéntrico director francés, sabemos que eres un ser vivo y una representante de esa magia que tan fácilmente dejamos escabullir.
Te esperaba hace mucho tiempo y mientras te veía durmiendo (con un pie decubierto y con tu pechito moviédose para atrapar el aire) me preguntaba si de verdad serías tan impresionante, y si valía la pena esperar durante más de hora y media a que despertaras. Es decir, por tu tamaño, trayectoria, costos de producción, notas de prensa, etc, etc, etc, sabía que eras colosal, pero mi pregunta era otra, mi pregunta era qué tenías que decirnos.
Todas esas preguntas se desvanecieron cuando te vi abrir tus ojitos, cuando te sentí tan viva a pesar de ser de madera, cuando estabas sorprendida y contenta de que estuviéramos acompañándote en tu aventura.
En ese momento no pensé nada de esto que estoy diciendo ahora, por que en ese momento fue todo 100% emocional, no sé por qué pero me puse a llorar, y eran puras lágrimas de felicidad, quizás mezcladas con el recuerdo de mi infancia, y con las ideas que tenía acerca de la vida ... (descubrí con asombro, que áun conservo algunas). Cuando creía que se me iba a pasar, a cada gesto tuyo bajaban más y más lágrimas.
Después cuando pude pensar un poco, cuando me calmé, imaginé a Jean Luc Courcoult imaginandote en su cabeza, a todo el mundo diciéndole que era una locura, y la felicidad suprema que debe haber experimentado al verte viva y regalándole magia a tantos seres humanos, muchos de ellos con poco acceso al arte y la cultura (que tan erróneamente se asocia a cierto elite o staus de vida).
Este punto es muy importante, mi querida pequeña, eres mágica, por que emocionas, y por que llegas a todos, por que no hiciste distinciones, por que estuviste en Londres, pero también en Santiago, y en espacios públicos, sin cobrar entrada.
Ahora algunos mal intencionados, andan diciendo que no eras tan grande (perdónalos solo saben medir en metros) y preguntándose de a dónde salieron los fondos para traerte, por que insinuan sería un abuso que se hubiera puesto el fisco. Lo que ellos no saben es que de plata fiscal salió sólo el 15% y el resto de empresas privadas y algunas embajadas. Además todo esto da lo mismo, lo importante es que viniste a recordarnos que tenemos sueños, sueños que hay que compartir y trabajar, por ingenuo que sea en estos tiempos.
Gracias Pequeña por lo que nos dijiste esa mañana (no fue necesario que hablaras convencionalmente), ese mensaje no puedo reproducirlo, no por que sea un secreto, simplemente por que no existen las palabras necesarias.

febrero 01, 2007

Pedro Sienna y sus premios


Anoche se entregaron los premios Pedro Sienna 2007. Estos premios son un reconocimiento a las personas que hacen cine y audiovisual en nuestro país, una fiesta tanto para nominados como ganadores, autoridades y en general para todos quienes de una manera u otra están ligados a este arte (bueno también genéricamente se acostumbra decir arte e industria, pero aunque en el caso del cine ambas palabras van de la mano a mi me suenan como a antónimos pero ese es otro tema y para largo, muy largo).
Los premios se llaman Pedro Sienna, en homenaje al gran precursor del cine chileno, y director del clásico del cine mudo "El húsar de la muerte" (1925).
La premiación estuvo linda, sobria y sin chascarros, hasta diría que elegante, y me alegra haber ido y no haber arrugado como hago por lo general en estos casos.
Estaba invitada por que Carmen Luz Parot, quién estuvo a cargo de la realización audiovisual para el evento (clips de los nominados, presentación del premio, transiciones, entrevistas, etc) me convocó a participar generando las gráficas animadas que se proyectaron: Una presentación sobre Pedro Sienna y su obra, presentación del premio, categorías, fondos, etc.
Fue un trabajo entretenido, pues no sólo quedé conforme con el resultado final, si no que además todo el proceso fue muy enriquecedor, aprendí mucho, y hasta quedé media (en realidad bastante) hipnotizada con la figura de Pedro Sienna, quien además de cineasta, era cronista, profesor, actor, guionista y pintor entre un sin fin de otras cosas (y al parecer en todas era muy bueno y entusiasta).
El húsar de la muerte, es su película más conocida, por que es la única que se ha conservado hasta nuestros días. En realidad estuvo perdida mucho tiempo y fragmentada, pero logró ser recuperada y restaurada por un equipo de gente que intentó ser lo más fiel posible al original. Sólo se le agregaron algunos cartones para hacer más fácil el seguimiento del relato, pues muchos de los originales se perdieron, y una música hermosa compuesta por Horacio Salinas.
Sin embargo además de esta película Pedro Sienna, actuó en El hombre de acero (1917) y dirigió los siguientes films:

- Los payasos se van (1921)
- El empuje de una raza (1922)
- Un grito en el mar (1924)
- La última trasnochada (1926)

Todas estas películas se han perdido, al igual que casi todas las de la época del cine mudo chileno. El año pasado la familia de Pedro Sienna entregó a la Cineteca Nacional algunos fotogramas que conservaban de algunas de estas películas, pero en el camino algo pasó y se perdieron. Este año, dichos fotogramas reaparecieron y anoche por primera vez, todos los presentes pudieron verlos, proyectados en pantalla gigante, con muescas y todo.
Creo que este fue uno de los momentos más bonitos de la noche, y la imagen que ven arriba corresponde a un fotograma de "El hombre de acero".
El otro gran momento fue el reconocimiento a Héctor Ríos (director de fotografía entre otras películas de "El chacal de Nahueltoro") por su Destacada Trayectoria. Con emotivos testimonios de sus alumnos y compañeros de trabajo quienes lo consideran un maestro, pero con mayúscula, hasta maestro Zen le decían.
En cuanto a las otras categorías y premios, la cosa estuvo bastante repartida entre Fuga y La Sagrada Familia, dos películas diametralmente opuestas, en su génesis, lenguaje, y propuesta, pero ambas muy válidas (al menos para mí que me conmovieron un montón). De todas maneras mi favorita era La Sagrada Familia, que me llegó mucho por razones que expliqué hace mucho tiempo atrás acá. Esta película ganó entre otros Mejor Dirección y Mejor Largometraje, y además yo le hubiera dado todos los premios del mundo.
Pero me pareció muy bien que reconocieran también, el trabajo que había detrás de Fuga, que en su momento fue basureada por la crítica, llegando a decir que era la única película que se daba el lujo de tener un protagonista que sólo servía para la foto del afiche, lo cual es una exageración tremenda y un comentario bastante mala clase. Por que convengamos en que Vicuña no es un gran, gran actor, pero tampoco es tan terrible, y todo el trabajo de arte y de música de esa película era de verdad notable, por lo mismo me parecen muy acertados los premios de Mejor Dirección de Arte y Mejor Música Original para ellos.
El de Mejor Montaje se lo dieron también a Fuga, y acá no estoy para nada de acuerdo, por que hasta me desorienté con su montaje y saltos temporales, y para mí era evidente que el montaje era para la Sagrada.
También hubo un reconocimiento especial para "El rey de San Gregorio", y premiaciones para cortometrajes, animación y documentales, de estos últimos sabía muy poco, por que en general no veo muchos documentales, ni sé bien en qué circuitos se exhiben o distribuyen. Esto estaría bueno solucionarlo y empezar a ver más, por el momento me quedo con las ganas de ver "Opus Dei, una cruzada silenciosa" que en palabras de su misma directora, retrata una realidad espeluznante, y que se distribuirá en marzo con The Clinic (listo, ya les pasé el dato).
Eso por ahora, re apareciendo, quiero actualizar pronto de nuevo para comentar la amenaza a muerte dirigida a mi perro por una extraña vecina, la magia de la pequeña gigante que me hizo llorar (con un tipo de inocencia / devoción infantil que creía olvidada) y un poar de cosas que he leído en estos días de ausencia y que me han resultado proféticas.