Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

junio 29, 2008

Mientras pedaleo

Mientras pedaleo, mi mente salta de un lugar a otro aleatoriamente. Primero mis ojos se fijan la tabla de ejercicio inteligente (ni siquiera tengo que mirarla está tan al frente mío que ya me la sé de memoria, las zonas según rehabilitación, capacidad aeróbica, incremento del rendiemiento, etc, puros números que bailan en la pared), después la mancha de una mano húmeda en la pared color crema, después los que suben corriendo las escaleras para pelear por un espacio en la piazarra, por que sin estar anotado cero posibilidad de ganarse un cupo en una máquina: reglas básicas, dentro del uso de un gimnasio no tan caro, una situación más o menos nueva para mí. Me anoto siempre, eso no se me olvida, pero sí me falta a veces el candado para el locker, la botellita de agua, o la toalla de mano enanita, demasiadas misiones para mi mente dispersa.


No importa cuanto incremente la velocidad, mi frecuencia cardíaca sigue siendo la misma, así que o la bici está media mala, o definitivamente tengo que subirme en un nivel la dificultad.


Mientras pedaleo veo Vía - X, esto si tengo suerte y no está otro ser humano acabronado con un canal de deportes (ver deporte mientras haces deporte ya es como una redundancia exagerada).
A los tiempos que vuelvo a ver este canal, supongo que no lo veía desde la época en que dejé de trabajar ahí.

La programación de videos está media funada, y hay muchas bandas que no conozco, pero me gusta el programa de la Nicole, ahí con su guatita hablando de rock y programando puros videos en vivo. Muy cool ella rockeando con bebé por nacer incluído, me angustia eso sí un poco pensar que quizás no le pagan su sueldo ... no puede estar pasando rabias si está embarazada.

Bueno más de algún incauto debe pensar que a los rostros si les pagan, pero que yo recuerde en la época que yo trabajaba ahí a Villouta y a Frías, tampoco les pagaban al día.
Sigo pedaleando, Nicole ahora programa un video de Morrisey que me gusta, no recuerdo el nombre, pero sale cantando con una camisa fucsia. FUCSIA la sola asociación del color me lleva a otra imagen: el sillón fucsia donde Brett Anderson (de Suede), tan mino el, canta con una voz deliciosa "Trash". Que guapo que es Brett Anderson comento para mí algún día al azar en la oficina mientras escucho "Beautiful ones", y más de algún idiota me comenta "su chico opina lo mismo que tú" ... y qué tanto si a Brett le gustan los chicos, o si Bono está viejo, siempre va a existir un comentario de un hombre envidioso que no tolera la belleza de otro hombre, jajajajajajajaaj.

Y qué me importa a mí todo esto? cuantos minutos me faltan? Su resto igual todavía...

Vuelvo a la imagen de Brett en el sillón fucsia como esperando algo o a aguien ... y como que me da algo ... me descompenso ... ¿toda la gente pensará tanta tontera, fantaseará tanto, mientras pedalea?

Mmmmmm, mientras transcurren más minutos, y consumo más calorías, y transpiro como loca, pienso que ahora que ando en mi new life style, sanita, a puro GYM, no es tan terrible no poder tomarme un copetito en un carrete (osea evidente, si no era seca tampoco, pero alocarse su resto también viene bien, no sé cosas que me cuestiono). De hecho el fin de semana pasado fui a un carrete de PULP (y lo pasé bien sin mi clásica piscola con blanca), solamente por el gusto de bailar una vez más todos los temas de Jarvis y deleitarme con su delgada y elegante figura britsh en pantalla gigante. Y iba todo muy bien, primero programaron el concierto de Jarvis en Chile, y después para calentar motores harta música variada, bien cargada eso sí al brit y al indie. Evidente que estas categorías incluyen a Brett en el sillón fucsia, atroz de alucinante la imagen, en fin todo bien, toda la gente prendida, hasta que el dj oficial de la Blondie le cede las perillas a Sergio Lagos ... TODO MAL PÉSIMO.

Supongo que hasta ese pasado sábado yo era una de las pocas personas en Santiago que defendía un poco a Lagos cuando todo el mundo decía que es un prepotente y un ególatra de mier... Hasta me peleaba con mis compañeritos de office para programarlo en la red de música y videos del aeropuerto. Eso hasta que tuve la mala suerte de toparmelo en un carrete programando música.

La escena es la siguiente: Lagos pone pura música bajada, la gente se funa y se va a sentar, o se quedan parados, pifiándolo y gritándole que se baje. El no se baja, con los brazos hace gestos, y aleona al público para que lo pifeen más. Cuando de repente por un milagro, o por un segundo de coherencia, acierta y pone un tema bueno, y todos se encienden nuevamente y bailan desenfrenados, a Lagos le da la hueá y corta el tema en la mitad, abucheo generalizado. Yo entre indignada y entre muerta de la risa, (a estas alturas de la noche me duelen las patas, y lo único que pretendo es ver a Jarvis con su güena camisa de principios de los 90 cantando Lipgloss) le grito que se vaya a su casa a cuidar a la Nicole y al bebé. El parece que escucha, se ríe y me tira un beso por los aires, es lindo igual el hueón coqueto, pero no por eso se me olvida que es horrible de malo disjockeando. Y lo sigo pifeando, el apalude, se ríe y sigue programando muy, pero muy mal la música. A pesar de eso lo paso bien, y pienso que todo este rato bailando igual es más ejercicio extra y nada lo paso bien igual ando tan feliz por que sí, mi vida sigue igual de más o menos fomeque que siempre, no tengo ninguna novedad, pero ando happy, happy, happy.

Vuelvo de mi abstracción y del recuerdo del carrete y le sonrió a J, a quién ya había visto hace rato (evidente si tengo un sensor para la belleza masculina), mientras pedaleo los últimos minutos, le comento de mi absurdamente feliz estado anímico, y me explica que es normal, que es pura liberación de endorfinas, sensación similar al enamoramiento.

junio 02, 2008

Semi Hibernación

La pena que mencionaba en la entrada anterior era referente a la reflexión sobre qué pasa en Chile, con este país que se dice democrático, a propósito de la injusta detención de Elena Varela.

Eso, en un plano / preocupación amplio sobre qué clase de país estamos construyendo y qué cosas dejamos que pasen en nuestras narices, sin chistar ni siquiera un poco.

Fuera de esta pena mayor, referente a la que no sé mucho que hacer, me pasa también que con el invierno y con la menor cantidad de horas de luz, me debilito un poco. Supongo que a mucha gente le pasa lo mismo, y que no en vano hartos animales hibernan. Ahora uno no puede hecharse a dormir algunos días y semanas para conservar y dosificar la energía, aunque la idea no es mala tampoco, ja, ja, ja.
No, la verdad es que esta sensación de menos energía, y metabolismo más lento, menos frecuencia, y menos ánimo no me gusta para nada, así que para combatir este funamiento generalizado hoy empiezo a ir a la piscina a nadar y a hacer hidrogimnasia, actividad que en otras épocas de la vida siempre me ha hecho muy bien, revitalizándome.
Hoy mientras acompañaba a una persona en una compra mayor (una de esas que prefiero evitar y que me dan mucho susto aunque todos me hablen de la seguridad y la comodidad para la ciudad sobre todo "si eres mujer"? /más bien me suena a que todos están obsesionados con el status), pensaba en que todas esas cosas me dan un poco lo mismo, y que mi máxima felicidad es que esta tarde voy a nadar.
Recordaba también en un estado de semi hibernación, mientras el auto nuevo avanzaba flamante sobre la autopista urbana, un poema que leí en una placita de Granada, lugar donde las plazas y espacios públicos en general están llenos de poesía, donde las fachadas en construcción no las cubren con una gráfica de sedal o de suzuki, si no con poemas de gente de su tierra, con poemas como este, un tanto tristón, pero especialmente lindo, que les dejo a continuación.

AUTOBIOGRAFIA

Como el naufrago metódico que contaste
las olas que le bastan para morir;
y las contase y las volviese a contar,
para evitar errores,
hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño y le cubre la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de caballo de cartón en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.

Luis Rosales, Poeta Granadino ¿así es el gentilicio?