En blanco
Deben haber sido alrededor de las once de la noche, o casi.
Venía en el metro, con ese tipo de pensamiento exageradamente disperso en el que te paseas por mil ideas / sensaciones para finalmente no quedarte con ninguna: en blanco.
En eso estaba cuando tuve una revelación ... ja, ja, ja, yo y mis revelaciones: Se me apareció Charles Bukowski.
Sí, sí, raro pero cierto; mi querido Hank en el metro de Santiago. Ahí para hablarme sin decir una sola palabra.
Vi primero la botella de whisky.
Un primerísimo primer plano de la botella casi vacía (bueno quizás quedaba algo menos de un tercio), con sus letras doradas y su hombre caminando, fuertemente aferrada a su mano, se le marcaban las venitas.
Me gustó esa fuerza, le daban al Hank santiaguino un atractivo particular que disimulaba un poco su aspecto ligeramente sucio y su chaquetón largo / azul de tela gruesa (puede haber sido lana también) apenas raída. Apenas, pero raída.
De piel exageradamente blanca, quizás más blanca que yo, quizás más solo que yo también.
De edad indefinible, cara un tanto infantil, pero con manos gastadas y piel envejecida por exceso de alcohol o tal vez por exceso de soledad.
Hank no es ningún tonto, se dio cuenta de cómo lo observaba en detalle, sumergida en el subterráneo y en mis pensamientos. Me miró de vuelta, me sonrió y me ofreció un trago que yo concientemente (pero con cierta dificultad) no acepté.
Después se bajó, supongo que en Baquedano o en Salvador (la verdad es que ya estaba sumida nuevamente en pensamientos dispersos), y me asaltó una frase que leí hace muchos años atrás en uno de los escritos del viejo indecente.
Y tuve absoluta claridad de todo.
Lo que había leído hace 5 o 6 años atrás (me acuerdo perfecto que iba en una micro por Av. La Florida en ese entonces) y que me pareció tan revelador de la naturaleza humana / masculina, ahora se hacía presente, más verdadero que nunca.
Llegué corriendo a buscar el libro, para re leer esas palabras tan llenas de honestidad, pero evidente que no lo encontré (y fijo que si lo encuentro tampoco doy con la frase, un clásico !!!)
El volumen de Bukowski sé que estaba forrado en papel kraft con dibujitos de abejas o de flores o algo así (por que en ese entonces yo hacía ese tipo de cosas, y a veces todavía un poco, por que a pesar de todo soy más bien cargada a la dulzura).
Entonces empecé a abrir todos los libros forrados (buscando a Bukowski), y me topé con cosas tan diversas como Gustavo Frías y su "Julio comienza en Julio", y William S. Burroughs y su "Almuerzo desnudo". Y siendo ambos textos tan diferentes y tan distantes, el recuerdo de sus letras me pareció igual de revelador como las del autor que andaba buscando.
Y claro que me doy cuenta: Estoy excesivamente contaminada por la literatura, pero si de contaminación se trata supongo que es la mejor de todas.
Hojeando un montón de libros forrados tan infantilmente estaba, cuando recibí una llamada de buenas noches, pedí que me guardaran una sucralosa que se me había quedado ... en eso se me cortó el teléfono ¿ya dije que es nuevo y no lo sé usar bien?. Llamé de vuelta, no escuché muy bien por que me manío con los teléfonos (soy mejor para escribir que para hablar, que le vamos a hacer), y entre que me reí, que me tupí y que fui quizás un poco pesada, aunque ninguna de las 3 cosas fue intencional, pura espontaneidad y algo de torpeza fluyendo.
Es un poco extraño todo, pero me alegra la honestidad, honestidad ante todo.
Me gusta la honestidad, pero me gusta más el aroma del incienso (tan pesado / tan cargado de placer) . Ese aroma probablemente me marea y me confunde más que el whisky de Hank.
Yo sé que casi nadie me cree que Hank se subió a mi vagón en el metro de Santiago, pero no es ningún tipo de metáfora ni de alusión: es absolutamente cierto, a mí me pasan ese tipo de cosas y no hay nada que pueda hacer al respecto.
Es extraño lo sé, pero el MAREO, el incienso, el metro, mis libros forrados infantilmente, los personajes saliendo de las letras y perdiéndiose en Santiago, las llamadas, las palabras a veces un poco estúpidas (de más), las búsquedas de cada uno ... y tantas otras cosas indefinibles, todo me causa una alegría torpe, una alegría burlona que no sé bien de a dónde me brota.
9 Comments:
Hermoso relato. La manera que tenes de describir las pequeñas felicidades cotidianas y tu consciencia sobre ello hacen que me transporte a esas sensaciones.
Vivimos atareados y preocupados y a veces nos olvidamos lo que es estar en paz con uno mismo. Vos logras recordarmelo...
Te dejo un abrazo
10:43 a. m.
Que suerte que te encuentres con personajes interesantes en los rincones de la ciudad, no es tan común estar sentado y ver alguno de los personajes que te han marcado caminando a tu lado.
Muchos Saludos !!!
1:20 a. m.
Somos un par de chaladas, no sabes cómo te entiendo, claro que mis alusinaciones son menos intelectuales y más hormonales que las tuyas. Una vez en un viaje eterno en avion camino a Honolulu, converse todo el rato con Sawyer de Lost, te lo juro que es cierto. Fue increible, me entretuve un montón durante horas.
Yo creo qu tu adicción a la literatura es increíble, me gutaría saber cómo te criaron tus papás para inculcarte tanta sed de conocimiento, te juro!!. Yo ahora de vieja empecé a encontratle el gusto a la lectura y ahora la necesito todo el rato. Estoy a punto de comprarme un ebook. Ya te contaré si es el mismo goce que la pagina roñosa de un libro.
7:01 p. m.
Imagini todos tus libros envueltos en papel kraft.
8:11 p. m.
todo un eprsonaje el q encontraste xD yo le ubiese aceptado el copete jja pero ese soy yo jajjajjaja, bkn lo de los libros con papel kraft
8:50 p. m.
Sin esfuerzo llegan esos personajes que trascienden la frontera del infinito.
Quisiera decir más pero no hay lugar.
9:43 p. m.
me encanta como describes situaciones, me haces sentir en ellas =D
Saludos!
1:07 a. m.
has chequeado tu ánimo, oscilaciones frecuente de este.
quizás sea BP. Saludos,
4:57 p. m.
Todo esto es muuuuy antiguo, quizás fui BP jajajaja
5:11 p. m.
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