Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

julio 04, 2008

Todos vuelven

Ayer mientras caminaba rauda, prácticamente corría, por Pedro de Valdivia rumbo al gimnasio, justo en el pedacito que hay entre la Costanera y Provi, me volvió una imagen de muchos años atrás:

Desaparecieron las casas de cambio (rotuladas en varios idiomas), y volvieron unas librerías pequeñísimas de unos, no sé ... serán 22 años atrás ... entré a una de ellas de la mano de mi abuelita Mercedes. Pleno invierno el interior multicolor repleto de libros todos chiquititos, a mi medida, me hace sentir bien, y mis mejillas se ponen rosaditas, con el calor de la estufa del lugar.

Mi Mechecita sonríe y me cierra un ojo. Me dice que elija uno, pero que no le contamos nada al tata, es un secreto de las dos. Me siento tan cómplice, tan importante, tan regaloneada.

Los libros son todos lindos, son chicos como yo, de muuuuchos colores y tienen la forma recortada de la ilustración de la portada en la tapa, como calado, se ven los dibujitos de atrás. Elijo el "Sastrecillo Valiente"en parte por el color de la mermelada que abarca gran parte de la tapa, en parte por las puntadas deosrdenadas y alegres sobre la tela, y por las letras, identifico algunas, leo lentito: "Siete de un Golpe".

La Mechecita y yo salimos, cruzamos a una cafetería muy elegante que hay justo al frente, (al lado del cine que ya no es cine) entramos rápido por que ha empezado a llover. no alcanzo a leer el nombre pero me llama la atención una coronita que tiene dibujada con luces en la entrada).

Tomamos unas ricas onces, no sé por qué ella dice así "ricas onces" y lo encuentro divertido. Es tan linda mi Mechesita, es tan tierna.

Siempre que vamos con mi papá a algún lugar y pasamos por afuera de su casa que queda justo en una esquina de Tobalaba, empezamos a gritar "abuelita, abuelita, abuelita, abuelita, abuelita, abuelita, " mientras dura la luz roja. A veces da el verde, pero nosotros nos quedamos parados hasta que ella se asoma al balcón y nos sonríe. Entonces mi papá pone en la bocina el sonido de "La cucharacha", aunque a mí me gusta más el cumpleaños feliz, o el silbido. Es súper chori la bocina, tiene como diez sonidos diferentes.

Mi Mechesita nos mira desde el balcón hace un gesto de círculos alrededor de su cabeza con las manos, como diciendo que mi papi y yo estamos locos, y eso me da mucha, mucha risa.

En las mañanas de los domingos, cuando me quedo en su casa y la voy a despertar me hace rezarle a la virgencita fosforescente que tiene en el velador, y después jugamos a que somos pajaritos y corremos por toda la casa.

Hoy la hecho mucho de menos, sobre todo cuando todas las mañanas paso frente a su casa (que ya no es más su casa, si no una corredora de propiedades) en tobalaba y me dan ganas de gritar "abuelita, abuelita, abuelita". El auto de ahora tiene una bocina súper fome, hasta extraño el sonido de "la cucaracha"

Siento la melodía lentita, reconfortante, dulzona aunque un poco triste de César Miró:

Todos vuelven a la tierra en que nacieron,
al embrujo incomparable de su sol,
todos vuelven al rincón donde vivieron,
donde acaso floreció más de un amor.

Bajo el árbol solitario del pasado
cuántas veces nos ponemos a soñar,
todos vuelven por la ruta del recuerdo,
pero el tiempo del amor no vuelve más.

El aire que trae en sus manos
la flor del pasado, su aroma de ayer,
nos dice muy quedo al oído
su canto aprendido del atardecer.
Nos dice con voz misteriosa,
de nardo y de rosa,
de luna y de miel,
que es grande el amor de la tierra,
que es triste la ausencia
que deja el ayer.

6 Comments:

Blogger arawaco said...

Recuerdos...

1:44 p. m.

 
Blogger Alberto López Cordero said...

Tus palabra me han hecho también transportarme a mi niñez y recordar a algunos de esos seres queridos que ya no están fisicamente entre nosotros, pero que nos acompañarán hasta el resto de nuestros días. Besos.

12:59 p. m.

 
Blogger Ipnauj said...

Cuando recuerdo a mi abuelo, cambia el sabor de mi boca. Creo que son lágrimas que no saltan y me trago.

Un gran saludo.

7:03 p. m.

 
Blogger Eri-Eri said...

Ahh q tierna era tu abuelita!! ahh q pena q ya no este fisicamente, pero ella siempre estara en tu corazon, ahh q lindos recuerdos tienes!!
un abrazo

10:12 a. m.

 
Blogger La Decapitada said...

Oye que loco, como que entre contigo a esa libreria y senti hasta los olores de los libros. Que rico recordar esos momentos de regaloneos exclusivos. Mi abuela tiene cerca de 100 y aunque su cabeza ya no recuerda lo que hemos vivida, se que siente que la queremos, eso es todo lo que importa.

1:02 p. m.

 
Anonymous Anónimo said...

hola :) es bacan recordar momentos felices de nuestras vidas , es cierto no estara fisicamente tu abue, pero nunca olvidaras esos momentos vividos con ella.bye

Edwin

9:41 p. m.

 

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