Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

abril 23, 2006

Fomingo

Intenté que este domingo no fuera fomingo, y en mi intento tuve una partida de caballo inglés, pero claro, para completar el dicho … la llegada fue de burro.

Como casi todos los mortales que habitamos Santiago, trabajo toda la semana en una jornada laboral más extensa de lo necesario, sobrevivo a los tacos y las combinaciones del metro con una buena dosis de música y libros para el trayecto, y llego arrastrando al día jueves y pensando: “Por fin mañana es viernes”. El viernes se me hace eterno y por fin me gano mis preciados días sábado y domingo, que son los únicos dos días que siento que son realmente para mí.

El sábado se pasa siempre tan rápido, en la mañana hacer el aseo del dpto., pero en serio y con cuática, no como el resto de la semana. Así se pasa la mitad del día, después ir a nadar como a la hora de almuerzo para que la piscina no esté tan llena. Lo mismo debe haber pensado un actor de TVN que andaba como a esa hora nadando en provi, y que todos muy huasamente observábamos con persistencia, como si se tratara de un alien, sólo por que sale en la tele, ¿qué nos pasa?, pobre hombre, se fue al poco rato.
La tarde pasarla con mi hermano chico quién siempre reclama, por que le dedico más tiempo a mis amigos, y en cierta medida tiene razón. Pero esta tarde de sábado la pasamos juntos y estuvo genial.

Lo normal para un sábado en la noche sería ir a algún carretito, pero ando tan FOME (ya se veía venir el fomingo) que hace rato, en realidad mucho rato, que tengo cero ganas de ir a un carrete, y estoy hablando de meses, capaz que hasta de un año completo. La pobre Anja ya se cansó de tratar de convencerme, creo que desde una vez que nos juntamos con otra amiga, con la idea de tomarnos un trago y echar la talla, y cuando al poco rato caché que en realidad la idea era partir a un carrete arrugué en el instante y tras un rato de insistencias de ellas y mi obstinada negación, me pasaron a dejar en auto, las tres íbamos súper calladas, incómodo.
El viernes pasó algo parecido, me junté con dos amigas de la U, siempre las veo, pero por una cosa u otra es difícil coordinar y que nos veamos las tres simultáneamente, por lo general llega una y otra no, a veces arrugo yo, y siempre así. Este viernes coincidió todo perfecto, y llegamos las tres, ¡qué emoción!, iba todo re bien, hasta que se les ocurrió ir a carretear a la Blondie, por que había un especial de Morrisey. No tengo nada en contra de la Blondie, es más recuerdo haber ido alguna vez (muy atrás en la línea del tiempo) a un especial de Pulp y haberlo pasado increíble, por que me encana pulp, por que me encontré con Truman (Mauricio Riveros) quién está loco, me cae la raja y no veía desde los oscuros pero a la vez entretenidos tiempos de Vía-X, además en otro ambiente estaban los Difuntos Correa tocando enajenados y el público súper prendido, en fin un carrete excelente, excepto por que la piscola me la sirvieron en un vaso de plástico.

Bueno, volviendo al presente, mis amigas el viernes insistían e insistían. Yo andaba sin plata, es cierto, pero cuando uno de verdad quiere carretear ese no es problema. Una de mis amigas estaba picadísima, nunca la había visto así. Total que no fui, no salía ningún lado, lo mismo pasó el sábado, que ni siquiera me planteé la posibilidad de ir a un carrete, o sea ni siquiera vi un poco de tele o leí algo, los dos días directo al sobre.

Venía el domingo, y de verdad pretendía que no fuera fomingo. Le tengo pánico a los fomingos, por que me acuerdo que cuando chica, mis papás dormían siesta toda la tarde, y debíamos permanecer en el silencio más absoluto si no queríamos ganarnos una buena puteada. Las horas pasaban tan lentas … igual con mis hermanos hacíamos juegos de mímica y tratábamos de adivinar entremedio de risas, que debían ser mudas.

Hoy no quería que el domingo fuera fomingo, y por lo mismo con la Dani nos propusimos ir al San Cristóbal como antes (claro que puro caminado por que ya no nos da para trotar), lo pasamos bien, siempre hay tanto que conversar, pero íbamos para la cagá, desde el minuto uno yo ya me estaba imaginando el paradero de micro, que decir de la tortura que fue subir los últimos escalones, antes de llegar a la cima donde está la Virgen. Por lo general íbamos todos los domingos, pero cada vez estamos más chacreadas. Me encanta ir al cerro, no se por qué hasta me han preguntado si es una manda o algo así, y de verdad que no, es sólo el gusto de estar en contacto con la naturaleza, y sentir que hago algo para mejorar mi deplorable estado físico. Eso debe haber percibido un tata que sube siempre, en bici y por lo menos unas tres veces, por que nos preguntó, ¿ya pues, cuando empiezan a venir en bici?, … uff gracias por el aliento, pero si alguna vez vuelvo a trotar en vez que caminar, voy a gritar ¡Prueba superada! (já, como en el juego de la oca, ¿se acuerdan de ese programa?.

La idea después del cerro era almorzar con mis papás, ver un dvd con ellos, llamar a la Anja e ir a verla (por que al final casi siempre es ella quién me llama y me da lata ser tan charcha en este sentido), y después incluso ir a la cineteca a ver Metrópolis de Fritz Lang, película que me voló la cabeza hace quince años (cómo pasa el tiempo).
Nada de eso ocurrió y mi domingo se transformó en el temido fomingo de antaño. Después del cerro quedé molida, literalmente molida, la micro se desvió del camino por reparaciones en Larraín y tuve que caminar, así toda machucada el doble para llegar a la casa de mis padres, almorcé con ellos y me dormí una siesta, barsamente en el living de la casa, por que ni siquiera me dio como para subir las escaleras y acostarme en una de las camas del segundo piso. Volví rápido a mi departamento donde seguí durmiendo con la idea de despertarme pronto y llamar a la Anja. Bueno, ¡me desperté recién!, y me da lata por que si bien siento que descansé, y me hacía alta falta, si uno tiene solo dos días libres a la semana, no puede pasarse casi uno completo durmiendo.

¿Por qué ando tan FOME por la vida?

Creo que ni siquiera vale la pena reiterar la pregunta, tal vez ya es tiempo de que empiece a hacer algo ...