Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

abril 12, 2006

Todo resplandece


Todo resplandece, este es el nuevo nombre y dirección del blog. El anterior alcanzó a estar poco más de una semana, pero hoy cambié el nombre. No sé bien por qué, mala costumbre debe ser.
Cuando todavía no me aburría del ocioso juguetito del msn (aunque a veces también puede ser bien útil), me conectaba a diario y casi siempre con nombres diferentes, los más usados eran: el sentido no escasea, violently happy, voy a la fiesta gitana, niko nez na sta to sija, necesito contemplar el mar, etc.
Y es que tiene su gracia cambiar de nombre a diario, buscarse, figurarse y encontrarse en las palabras. Inventarse una identidad según el estado de ánimo, suplantarse a diario a uno mismo. Todo gracias a las palabras.
Catched, el nombre anterior de este blog, era un poco críptico, si quién leía no había revisado las dos primeras entradas, y no estaba familiarizado con mi historia (y por ende con mis iniciativas, proyectos, angustias y problemas con el inglés), pero bueno ya está, ahora lo cambié por otro.
En un intento de reinvento, elegí un nombre más positivo: Todo resplandece. Para que todo brille, todo emita luz, para que todo irradie energía. Para que cada día todo resplandezca como si recién amaneciera, para que con cada resplandor todo sea nuevo y diferente, para estar dispuesta a sonreír ante cualquier pequeño imprevisto.
Además la ambivalencia del nombre, por que espero que todo resplandezca de alegría, pero si algún día despierto un poco oscura, o con algo de depre (que no es lo óptimo pero a veces puede pasar) entonces todo resplandecerá ante mis ojos terribles. Sí, como en el autodiálogo / monólogo teatral “Todo resplandece ante mis ojos terribles” y como en el cuento ¿Pudo ser dulce?, ambos textos que escribí hace tiempo, y en los que sus respectivas protagonistas, veían desfilar ante sus ojos terribles la resplandeciente felicidad de los demás.
Me gusta esta idea, cargada de contradicción, poder hacer cualquiera de las dos lecturas según sea el caso.
Así empiezo muy temprano este nuevo blog, parafraseando (y descontextualizando) a Miguel Arteche, empiezo otro día, un nuevo día “esperando que todo resplandezca como si recién amaneciera, como si la luz naciera de mi cuerpo”.