Los días van tan rápido

Sí, es un poco extraño titular esta entrada como un poema de Gonzalo Rojas, y empezar con imágenes de Violeta Parra. Pero para mí están ligados, por que a través de ella citada en una canción de otras mujeres, llegué a él y a ese texto tan conmovedor.

Pero vamos por partes: Hoy se conmemora otro día del trabajador, lo que me regala valioso tiempo que he disfrutado durmiendo hasta tarde, ordenando mi casa y reflexionando un poco en medio de tres varillas de incienso. Caminé harto también, en compañía de Castor y pensé en demasiadas cosas (lo cual es un mérito si consideramos que las semanas anteriores me había “sacado” algunas penas recurriendo a la insaciable y traidora tarjeta de multitienda).

Ayer estuve re visando un documental que le hizo la televisión sueca a Violeta Parra y recordé que hace hartas entradas atrás me comprometí a citar en este blog, algunos fragmentos muy lúcidos de sus palabras, que nos hablan de su capacidad creadora y su calidad humana. Pues bueno acá les dejo algunas palabras que creo que tienen bastante que ver con El día del Trabajador, fundamentalmente como un incentivo a buscar nuevas formas de protestar contra las cosas que no nos gustan, en vez que recurrir a la violencia y a fórmulas tan añejas que es una vergüenza que se sigan utilizando como sinónimos de revolución (aunque admito que es fácil hablar de esta manera, desde mi cierta comodidad y sin tener que verme violentada a diario por las nulas oportunidades y las múltiples injusticias, como sí le pasa a una gran mayoría de chilenos).

Bueno en fin acá va.

Referente a sus tapicerías
VIOLETA: Yo intento mostrar la vida popular chilena, sus leyendas y canciones. Ideas que tengo que expresar indispensablemente.

Referente a Contra la Guerra
VIOLETA: En Chile existen desórdenes políticos, esto no me gusta nada, entonces mi manera de protestar es a través de mi pintura.
Lo primero que vemos son personajes que aman la paz. La primera soy yo.
PERIODISTA: ¿por qué en morado?
VIOLETA: Por que es el color de mi nombre.
…
Estoy acompañada por un amigo argentino, una amiga chilena y un indígena. Las flores de cada personaje corresponden a sus almas.

Referente a La Rebelión de los Campesinos
VIOLETA: Yo te voy a contar, mi abuelo era campesino, y su patrón le pagaba muy poco, hay jóvenes que trabajan como él y ganan poco también. Hice este tapiz pues esta condición continúa. Todos los campesinos en Chile viven muy pobres como lo fue el caso de mi abuelo. Yo no puedo quedarme de brazos cruzados. Esta situación me indigna, por eso hice este tapiz que se llama “La rebelión de los campesinos

Referente a los medios de expresión
PERIODISTA: Violeta es usted poeta, músico, borda tapicerías, pinta. ¿Si tuviera que elegir uno de estos medios de expresión, cuál escogería?
VIOLETA: Elegiría quedarme con la gente. Son ellos quienes me impulsan a hacer todas estas cosas
PERIODISTA: ¿Pero si tuviese que elegir una sola manera de expresarse, un solo medio de expresión, cuál escogería?
VIOLETA: La Pintura
PERIODISTA: ¿Por qué?
VIOLETA: Mientras que la tapicería es la parte alegre de la vida. La pintura no lo es
PERIODISTA : ¿Por qué?
VIOLETA: Es el lado oscuro y triste de la vida. En ella trato de expresar lo más profundo del ser humano

Esa es en parte Violeta Parra, y yo últimamente no me canso de escucharla, quizás por que la redescubrí y quizás por que fue lindo también saber que cuando mi madre llegó a Chile con sólo 19 añitos (tan niña que debe haber sido), y extrañaba su tierra húmeda y alegre, su gente y su río Guayas, descubrió acá a la Violeta y la escuchaba un montón para no sentirse tan sola. De cierta forma esta reiteración me conecta con ella ahora que estará lejos por algún tiempo.

Volviendo a Violeta y a Gonzalo Rojas que es a quién le robé las palabras para titular esta entrada, lo vine a conocer un poco tardíamente a través de una canción del ya extinguido (al menos en cuanto a su formación original) grupo musical de mujeres Mamma Soul. El grupo se disolvió con problemas legales, peleas por el nombre, egos en competencia y un montón de otras malas ondas que son una pena, pero que no borran el hermoso trabajo que hicieron durante mucho tiempo y que quedó plasmado el 2001 en su disco FE. Disco que escuché hasta el cansancio (como acostumbro hacerlo con los discos buenos) durante todo ese año. Eso disco estaba lleno de melodías armoniosas y letras muy sinceras y concientes, y siendo en su conjunto un muy buen disco, igual siempre me pareció que la canción “Los días van tan rápido” era excepcionalmente buena y sencillamente la más hermosa del disco.

Ahora, 6 años después, ya no escucho el FE completo, y han cambiado muchas cosas. Pero tengo algunos de sus temas en una play list enorme y variada, que reproduzco todos los días para alegrarme los días de trabajo. Entre estos temas, por supuesto está “Los días van tan rápido”, y escucharla me emociona tanto como la primera vez. En esta canción hay un pedacito en que las Mamma Soul citan a la Violeta, cantando una parte de la Jardinerita (que tiempo atrás ya les conté es mi tema favorito de la Violeta) y cantan melódicamente poesía pura, nostálgica media desesperanzada, pero a la vez creyente en el ser humano, y principalmente entretejen palabras que son una búsqueda hermosa y desesperada de lo esencial. Tanto me estremecen estas palabras, que me puse a buscar en Internet la letra de la canción, y recién entonces, vine a descubrir que es un hermoso poema de Gonzalo Rojas. Releyéndolo ahora los ojos se me llenan de lágrimas, que no son lágrimas de pena y que son imposibles de explicar o describir.
Así que mejor los dejo acá con las palabras del autor.

Los días van tan rápido
(Gonzalo Rojas)

Los días van tan rápido en la corriente oscura que toda salvación
se me reduce apenas a respirar profundo para que el aire dure en mis pulmones
una semana más, los días van tan rápidos
al invisible océano que ya no tengo sangre donde nadar seguro
y me voy convirtiendo en un pescado más, con mis espinas.

Vuelvo a mi origen, voy hacia mi origen, no me espera
nadie allá, voy corriendo a la materna hondura
donde termina el hueso, me voy a mi semilla,
porque está escrito que esto se cumpla en las estrellas
y en el pobre gusano que soy, con mis semanas
y los meses gozosos que espero todavía.

Uno está aquí y no sabe que ya no está, dan ganas de reírse
de haber entrado en este juego delirante,
pero el espejo cruel te lo descifra un día
y palideces y haces como que no lo crees,
como que no lo escuchas, mi hermano, y es tu propio sollozo allá en el fondo.

Si eres mujer te pones la máscara más bella
para engañarte, si eres varón pones más duro
el esqueleto, pero por dentro es otra cosa,
y no hay nada, no hay nadie, sino tú mismo en esto:
así que lo mejor es ver claro el peligro.

Estemos preparados. Quedémonos desnudos
con lo que somos, pero quememos, no pudramos
lo que somos. Ardamos. Respiremos
sin miedo. Despertemos a la gran realidad
de estar naciendo ahora, y en la última hora.