Despidos
Hoy interrumpo mis crónicas de viaje por Buenos Aires, por que aunque todavía me quedan al respecto un par de entradas, quiero antes escribir de algo que pasó ayer y que me bajoneó bastante.
Ayer, en la empresa en que trabajo despidieron a dos personas.
Todos alguna vez hemos sido despedidos, y los que aún no ... pues vayan sabiendo que alguna vez les tocará, y a pesar de la rabia y/o confusión inicial, al final creo que es un proceso que si uno se lo toma bien, puede ser muy positivo no obstante la complejidad.
De todas maneras siempre es incómoda una situación así, no sólo para el que lo vive directamente, si no también para los compañeros que les toca despedirlos, me imagino también que para el mismo jefe que toma la decisión, y por supuesto para la familia de los afectados.
Ayer de manera bastante sorpresiva para el resto del equipo (o al menos para mí que ando con la cabeza en cualquier otra parte y llena de pajaritos y parece que no me doy cuenta de nada) despidieron a dos compañeros que, considero yo, hacían muy bien su trabajo, y sí eran necesarios.
Ahora es cierto, yo desconozco la mirada macro de la persona a cargo de la empresa, y querámoslo o no, esto es un negocio, y lo que se ven son números, cifras, rendimientos y no personas. Esta es la parte que encuentro más triste, no sólo de este caso en particular, si no en general de las relaciones empresa-trabajador.
Saber que uno le pone tanta energía a los proyectos, que se involucra más de lo necesario (o de lo sano) y que al final da igual, en cualquier momento te pueden decir, hasta acá muchas gracias.
En algún momento yo lo viví, y por lo mismo ahora pongo tanta distancia, me cuido, no me la creo, no le regalo ni un segundo extra a mi empleador, y mucho menos ni un pensamiento fuera del horario de oficina. Aunque tampoco me gusta andar así de descreída por la vida, cuando es tan lindo creer en las personas, y es malo sentir que (laboralmente hablando) perdí esa ilusión inicial, y siento que hasta eso me envejece un poco.
Todo esto es algo que he experimentado hace algún tiempo, a partir de experiencias pasadas, y ya casi nunca me permito pensarlo, pero a raíz de lo sucedido ayer me volvieron todas las inquietudes a la cabeza.
Esto mezclado con que aunque suene obvio somos humanos, y las partidas dan siempre pena. Un almuerzo incómodo en que la mitad hablaba hasta por los codos para llenar el vacío con palabras, y la otra mitad estaba en silencio conteniendo la pena y la rabia. Yo entremedio de los dos grupos observando todo. A uno de los chicos que se fue lo vi muy, pero muy triste, al borde del llanto diría yo, y al otro tranquilo, incluso sonriente (y que sonrisa dios mío, con ojitos y todo...), aunque a ratos le bajaba la rabia. Yo un poco incómoda en ese momento, mezclando el enrarecimiento del almuerzo con recuerdos de otros despidos, de la empresa en que trabajé antes en que todos los viernes sabíamos que se iba uno o dos, y que cualquiera podía ser. También se me vino a la mente mi propia cesantía, y la de la Dani, que por fin encontró una pega, que aunque no es estable almenos dura hasta febrero.
No sé, soy rara, todo me afecta demasiado, me dolía la guata, y no era por esa ensalada mal aliñada y llena de mayonesa que al final no me comí, era otra cosa. Era también las ganas de leer el guión de "Los lunes al sol", era esa sensación de que todo se termina, y por supuesto la incertidumbre egoísta de pensar quién será el próximo.
Además en este lugar somos un equipo pequeño de personas (antes 11, ahora 9) y las ausencias se notan más, y el no saber, y la inseguridad.
Yo preocupada de los dos seres humanos que se van, pensando en el dividendo de la casa de uno, y en el viaje del que hablaba el otro, y mi distancia y rencor casi biológico hacia las empresas como instituciones, y la culpa que me baja por que mi jefe me tiene tanta buena onda que mientras escribía esta entrada me llamó para "conversar de cosas entretes" y me habló de guiones, de teatro, y entre medio me pregunta mi opinión del despido ... y yo puntos suspensivos, puntos suspensivos, qué digo, le doy la dire del blog para que se lea la entrada? (no obvio), le digo toda esta maraña de ideas que estoy intentando explicar?, le hablo de mi experiencia anterior laboral-traumática? Le hablo de qué cresta?
Finalmente ante la confusión y la opción del cinismo convencional, opto por la honestidad y le digo que me sorprendió mucho, demasiado. A lo que el replica con una cara de sorpresa mayor.
Ahora se su versión, que no es la oficial que se leía ayer en el mail, y por qué tiene que haber una historia pública y otra para algunos ... pero de todas maneras las cosas me siguen pareciendo raras y no me gusta nada esto.
No me gusta pensar tanto, y no me gusta que confíen en mí cuando yo ando desconfiando.
Mejor de todo este capítulo me quedo con la mencionada sonrisa (mis córneas ... me duelen los ojos de recordarla), aunque sea light decirlo (ni tanto).
Ayer, en la empresa en que trabajo despidieron a dos personas.
Todos alguna vez hemos sido despedidos, y los que aún no ... pues vayan sabiendo que alguna vez les tocará, y a pesar de la rabia y/o confusión inicial, al final creo que es un proceso que si uno se lo toma bien, puede ser muy positivo no obstante la complejidad.
De todas maneras siempre es incómoda una situación así, no sólo para el que lo vive directamente, si no también para los compañeros que les toca despedirlos, me imagino también que para el mismo jefe que toma la decisión, y por supuesto para la familia de los afectados.
Ayer de manera bastante sorpresiva para el resto del equipo (o al menos para mí que ando con la cabeza en cualquier otra parte y llena de pajaritos y parece que no me doy cuenta de nada) despidieron a dos compañeros que, considero yo, hacían muy bien su trabajo, y sí eran necesarios.
Ahora es cierto, yo desconozco la mirada macro de la persona a cargo de la empresa, y querámoslo o no, esto es un negocio, y lo que se ven son números, cifras, rendimientos y no personas. Esta es la parte que encuentro más triste, no sólo de este caso en particular, si no en general de las relaciones empresa-trabajador.
Saber que uno le pone tanta energía a los proyectos, que se involucra más de lo necesario (o de lo sano) y que al final da igual, en cualquier momento te pueden decir, hasta acá muchas gracias.
En algún momento yo lo viví, y por lo mismo ahora pongo tanta distancia, me cuido, no me la creo, no le regalo ni un segundo extra a mi empleador, y mucho menos ni un pensamiento fuera del horario de oficina. Aunque tampoco me gusta andar así de descreída por la vida, cuando es tan lindo creer en las personas, y es malo sentir que (laboralmente hablando) perdí esa ilusión inicial, y siento que hasta eso me envejece un poco.
Todo esto es algo que he experimentado hace algún tiempo, a partir de experiencias pasadas, y ya casi nunca me permito pensarlo, pero a raíz de lo sucedido ayer me volvieron todas las inquietudes a la cabeza.
Esto mezclado con que aunque suene obvio somos humanos, y las partidas dan siempre pena. Un almuerzo incómodo en que la mitad hablaba hasta por los codos para llenar el vacío con palabras, y la otra mitad estaba en silencio conteniendo la pena y la rabia. Yo entremedio de los dos grupos observando todo. A uno de los chicos que se fue lo vi muy, pero muy triste, al borde del llanto diría yo, y al otro tranquilo, incluso sonriente (y que sonrisa dios mío, con ojitos y todo...), aunque a ratos le bajaba la rabia. Yo un poco incómoda en ese momento, mezclando el enrarecimiento del almuerzo con recuerdos de otros despidos, de la empresa en que trabajé antes en que todos los viernes sabíamos que se iba uno o dos, y que cualquiera podía ser. También se me vino a la mente mi propia cesantía, y la de la Dani, que por fin encontró una pega, que aunque no es estable almenos dura hasta febrero.
No sé, soy rara, todo me afecta demasiado, me dolía la guata, y no era por esa ensalada mal aliñada y llena de mayonesa que al final no me comí, era otra cosa. Era también las ganas de leer el guión de "Los lunes al sol", era esa sensación de que todo se termina, y por supuesto la incertidumbre egoísta de pensar quién será el próximo.
Además en este lugar somos un equipo pequeño de personas (antes 11, ahora 9) y las ausencias se notan más, y el no saber, y la inseguridad.
Yo preocupada de los dos seres humanos que se van, pensando en el dividendo de la casa de uno, y en el viaje del que hablaba el otro, y mi distancia y rencor casi biológico hacia las empresas como instituciones, y la culpa que me baja por que mi jefe me tiene tanta buena onda que mientras escribía esta entrada me llamó para "conversar de cosas entretes" y me habló de guiones, de teatro, y entre medio me pregunta mi opinión del despido ... y yo puntos suspensivos, puntos suspensivos, qué digo, le doy la dire del blog para que se lea la entrada? (no obvio), le digo toda esta maraña de ideas que estoy intentando explicar?, le hablo de mi experiencia anterior laboral-traumática? Le hablo de qué cresta?
Finalmente ante la confusión y la opción del cinismo convencional, opto por la honestidad y le digo que me sorprendió mucho, demasiado. A lo que el replica con una cara de sorpresa mayor.
Ahora se su versión, que no es la oficial que se leía ayer en el mail, y por qué tiene que haber una historia pública y otra para algunos ... pero de todas maneras las cosas me siguen pareciendo raras y no me gusta nada esto.
No me gusta pensar tanto, y no me gusta que confíen en mí cuando yo ando desconfiando.
Mejor de todo este capítulo me quedo con la mencionada sonrisa (mis córneas ... me duelen los ojos de recordarla), aunque sea light decirlo (ni tanto).
8 Comments:
Uf. sabes, hace cuatro años resolví no depender de ningún empleador.... las he vistos grises y negras... pero me las banco para pagar mi dignidad.
10:38 p. m.
Supongo que es dificil, afortunadamente no me ha tocado. Pero en estos tiempos asi estan las cosas respecto al trabajo, no queda mas que echarle ganas mientras estas ahi.
Saludos, nena.
11:54 p. m.
roxi, tanto al normandie como al alameda voy depende de la pelicula, pero soy un aficionado al hoyts de la reina, tal vez ahi estuvimos juntos en la fila
un abrazo, boris
pd: fuerte el tema de tu post, espero que sea una nueva oportunidad para ellos
1:04 p. m.
Hola Roxi! uf dificil, yo entre mis extremistas visiones de mi vida (desde muy buena suerte hasta muy mala) por el lado pega soy un agradecido (tambien lo soy por el lado familia, amigos), trabajé en la universidad y despues caí en una organización científica metido en la parte computín electrónica, no tengo idea de lo que son los mugrosos pesos, ni competencia, ni mercado... y feliz, ahora cuando despiden a alguien siempre se genera ese ambiente pesado, desde rumores de que se lo merecía hasta compasión... pero lo que dices y dejas entrever al final es muy decidor, hay una razón, y lo mas importante tu eres una persona especial que mereció una explicación, aunque no la quisieras, pero eso es super bueno y habla re bien de ti y de como te valoran, viste cuando le pones tu energía se nota?
la vida.... tu colegas van a encontrar otra pega, arriba el ánimo, todo pasa por algo (ya me la estoy creyendo).
un abrazote.
2:34 p. m.
si, ese tipo de situaciones da lata, especialmente cuando se forjan lazos entre la gente del equipo, se notan las ausencias, además de pensar que tb a uno le puede pasar eso, y de q un dia para otro uno vaa tener que levantarse desocupado, pero con cuentas y responsabilidades por delante
pero uno tiene que estar preparado para ese tipo de sitiaciones, por que en la actualidad asi está el mercado laboral
saludillos ¡¡¡
8:35 p. m.
xuta q peluo, eso de ser cesante de verdad q es un drama, y cuand dicen q todo trabajo da dignidad es cierto, uno se siente tan inutil, basura si no hace nada si no aporta on un grano de arena a la sociedad sino ayuda a alguien.
ojala nunca me pase, aunq a la velocidad exponencial q van saliendo mis colegas por todas partes creo q me tendre q ir a haiti a ejercer XC
9:33 p. m.
Cuánto sentimiento en lo que has escrito, Roxi. Y muchos sentimientos, además.
Me vi representado en uno de los personajes, en mis intentos de trabajador independiente tras muchos años contratado y con un buen sueldo mensual. Ahora hay más libertad, más creatividad incluso, ideas, proyectos, guiones, cuentos, pero menos estabilidad y lucas. Son momentos y ya se verá lo que pasa.
Abrazo,
AAB
3:05 p. m.
Lo que me espera :O
kurotashiO!
8:53 p. m.
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