Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

abril 08, 2006

Yo no he sabido nunca de su historia


Hoy me levanté muy temprano a ordenar el departamento en el que vivo. Me digné, por que mi espacio ya parecía el de una esquizofrénica (honestamente, sin exagerar ni un poquitito).
Como soy valiente, abrí el closet, donde encontré una masa uniforme, en la que estaban mezclados, discos, ropa, papeles y cachureos varios. Por ahí rescaté un disco pirata, se que es feo el pirateo, pero esta es una compilación que me regalaron ¿que le voy a hacer? El disco es un regalo que me hizo una amiga antropóloga que tiene escrito "Año Nuevo", no sé por qué, por que no me lo regaló para esa fecha, pero bueno, tiene temas de Congreso, Intillimani, Quilapayún, Osvalo "gitano" Rodríguez, Víctor Jara y otros de ese corte. Pura música, que a excepción de Congreso, no escuchaba hace siglos. Mientras ordenaba el living, y lavaba la loza, escuchaba esta compilación "Año Nuevo", que me alegró y me trajo buenos recuerdos.

Lindo reencontrarse con estas canciones que en algún momento de la vida escuché tanto, y que ahora entremedio de tanto portishead, rediohead, y un montón de otros británicos cool pero depresivos, tenía abandonadas.

Escuchando este disco me cuesta creer que esta hippie amiga antropóloga, sea la misma con la que crecí, y que de adolsecente iba religiosamente todos los fines de semana a bailar a los Yoshiwara para teenagers de Las Condes (Eve, Notidormi). Puedo decir que afortunadamente no fui nunca a esos lugares, aunque admito haber ido un par de veces al Stradivarius (que si lo analizamos bien, viene a ser como lo mismo). ¿Qué tanto?. No hay que avergonzarse del pasado, más bien hay que agradecer haber crecido un poco, y haber tenido la posibilidad de acceder a otras realidades para ser algo menos ciega.
Mientras hacía el aseo, escuché Cándido, Sambalandó, La Muralla, El Aparecido, etc. En eso llegó mi hermana del supermercado y me empezó a contar la historia de un amigo de ella que está con dramas con la señora y no sabe qué hacer, por que no quiere estar lejos de sus hijas, a pito de eso me pregunta si acaso nosotras fuimos, muy, muy, felices al crecer con "la situación de nuestros padres". No contesté, por que este es el tipo de preguntas que más me cargan en la vida ... y seguí ordenando.
Entre medio de tanto aseo, encontré entre otras cosas entretenidas, unas copias de contacto de unos negativos que hicimos con mi hermano más chico y con mi papá hace tiempo en Valparaíso. Justo en ese momento, por uno de esos azares que no busco comprender (perdón por el plagio descarado), empezó a sonar la canción de "gitano" Rodríguez: "Yo no he sabido nunca de su historia, un día nací allí sencillamente el viejo puerto vigiló mi infancia ...". Y aunque yo no nací en Valparaíso, ni nunca he tenido un miedo inconcebicle a la pobreza, me encanta ese lugar, no sólo por su estética contradictoria, si no por que lo tengo asociado a buenos momentos de la vida. Ya sólo el hecho de vivir mirando el mar te cambia la perspectiva, y aunque suene obvio y cliché, esto es algo muy importante.
Hubo una época en que con mis papás y mis hermanos nos ibamos todos los fines de semana a Valparaíso a recorrerlo a pata, subiendo en sus ascensores, que ha todo esto espero no sea cierto que los van a "remodelar" pasándose por la raja más de un siglo y medio de historia. En esa época (que no fue hace tanto tampoco) hacíamos fotos con mi reflex, y aunque con la digital te vas más a la segura, y de doscientas fotos demás que te sale bien un par; igual tenía mucha más magia ese misterio de saber si habrá quedado bien o no, si estuvo bien la exposición, la emoción de encontrar en las copias algún detalle que en ese momento pasó desapercibido, etc. También es cierto que es un proceso mucho más caro, y que si no tienes acceso a un laboratorio (como es mi caso ahora) uno manda a hacer las copias, y siempre se queda con la sensación de que podrían haber quedado mejor, que el contraste, que un reencuadre hubiera estado ok, etc. La verdad es que mirando estas copias, me volvió mi viejo sueño de tener no un laboratorio fotográfico abacanadísimo, pero sí almenos una ampliadora decente en un cuarto oscuro enano. Como veo muy lejos esa posibilidad, quizás el próximo fin de semana, me pueda conformar retomando la reflex, para llenarme de negativos y copias de contacto, que "algún día ampliaré". ¿Who knows?
Siguiendo con el orden, en el closet, tambien encontré entre otras rarezas y chorezas, las siguientes cosas:
- El disco "Buen Invento" de Julieta Venegas, disco que a pesar de ser buenísimo, ya no escucho por que me recuerda el período más psycho - afectivo de mi vida, y momentos en los que descubrí el verdadero significado de la palabra obsesión.
- Una rockaleta, que me regalaron, y que nunca comería, pero que la guardé por freak. Es un dulce mexicano cuya gracia consiste en tener 7 capas de ají.
- Un tazón de "Vía-X" que por testarudez de la "brillante" y bruja que tenía de jefa en esa época, tiene el logo impreso al revés.
- Unos nastizol del invierno pasado, que espero no estén vencidos.
- Una caja que antes solía llenar de "recuerdos".
Podría seguir, pero me quiero ir a nadar pronto, por que en la tarde veré DVD´s de Jodorowsky, con mis hermanos y con mis papás, que aunque se equivocaron harto mis viejos, lo intentaron y se los agradezco. Son como esas películas que aunque no están muy bien hechas te conmueven, por que se equivocan, pero toman el riesgo de equivocarse.