Matar al gigante
Este fin de semana me dediqué a hacer algunas de las cosas que en "Dispersa" enunciaba como esas cosas que quisiera hacer y para las cuales no me alcanza el tiempo. Bueno, empecé por algunas, como por ejemplo ir más al teatro, ir más al cine y ver el cortometraje que hace muchos días me prestó un compañero de trabajo (quién además dirigió el corto).
La verdad es que tuve un muy buen fin de semana, como se lo podrán imaginar, ya que además de ver "Gulliver", "Fuga" y "A término medio", el sábado me fui a Pirque con una amiga y mi hermana, a recorrer el lugar por que tenemos la idea de ojalá más temprano que tarde, armar un negocio ahí. Igual ahora me parece como un sueño, pero aunque sea cliché decirlo trabajando los sueños se pueden hacer realidad ¿por qué no?.
Pirque es un lugar que me gustó mucho en términos de espacio y de paisaje, aunque en otros sentidos me cargó.
Había ido hace muchos años atrás y ya no me acordaba bien cómo era. Es lindo, es semi-rural, campestre, pero tiene muchas contradicciones. Así como hay casas de adobe, que se están cayendo, abiertas y sin protección, donde te invitan a comprar quesos, pan amasado, y otras cosas típicas de la zona; hay también mansiones (no exagero) que con sólo ver el imponente portal, uno se puede imaginar la casa y hectáreas de lujo que hay adentro. Son lindas sí, pero me provocaron una enorme tristeza, y no por que aspiracionalmente quisiera vivir en un lugar así, sino por que me recordaron la enorme desigualdad en la que vivimos en este país. Esa desigualdad con la que vivimos todos los días, pero a la cual nos hemos acostumbrado y por lo tanto ya no la vemos, o simplemente por que es más fácil no enterarse, desentenderse. Pero sigue ahí profunda, marcada, aguda, por decir algo. ¿qué hago yo al respecto? La verdad es que nada, excepto acordarme de cuando en cuando, y agradecer a dios (o a lo que sea) por haber nacido afortunada, y haber tenido la posibilidad de haber estudiado en un colegio bueno (académicamente hablando) y haber tenido la posibilidad de cursar una carrera universitaria, que ahora entiendo lo que nos decían los profes de primer año, es una oportunidad que pocos tienen, y que más bien eramos parte de una elite.
No sé si hay o habrá en algún momento una salida a todo esto, son temas tan macro (educación, distribución de la riqueza, leyes laborales, etc) que ni siquiera sé como puedo aportar yo. Por el momento intento ser lo menos discriminadora posible, aunque debo admitirlo a veces me sorprendo con unas salidas bien desubicadas, y con actitudes poco tolerantes, pero estoy trabajando en eso.
Sigamos con el fin de semana ... voy a ir de atrás para adelante. En la noche vi un cortometraje llamado "A término medio", dirigido por Mauricio Ríos. Hace mucho tiempo que no veía un corto, para ser más exacta desde un "CineAdicción" en el que vi durante horas muchos, de diferntes calidades y argumentos. En general son entretes los cortos, son un lenguaje en el que se tiene que desaroollar todo muy rápido, y en el que simplemente enganchas o no. Con "A término medio" enganché bastante, cuenta la historia de un jefe de hogar que va a comprar carne a una carnicería clandestina para un asado que organizó su señora. La carnicería es atendida por un freak y guapo carnicero (interpretado por Nicolás Fontaine) que mata y corta amorosamente a las mujeres que seduce. Se imaginarán entonces cual es el tipo de carne que vende. Es sencilla la idea, y tal vez no tan original (me recuerda un poco a Delicatessen), pero está muy bien contada, en términos visuales y te mantiene atenta todo el rato. Hay una atmósfera de "clase media emergente" en ese asado familiar, con la que cualquier chileno se puede sentir identificado, y hay algunas imágenes muy lindas, como por ejemplo el tumulto de bolsas de agua "espanta moscas", el fetichismo de guardar los zapatos de tacones de las víctimas, y el descenso del carnicero en un plano a contraluz, muy, muy lindo y además de la carga simbólica de dicha imagen.
Más hacia atrás ... en la tarde vi FUGA, de Pablo Larraín, que ha sido catalogada como un thriller músical en el que un grupo de músicos mediocres intenta robarle a un atormentado músico una sinfonía que está en su cabeza. Me parece a mí, que la película es harto más que eso, y espero que nuestros medios no la encasillen y quede ahí. Es cierto que básicamente el argumento es ese, pero a Eliseo Montalbán (el músico atormentado, interpretado por Benjamín Vicuña) se le arma esta sinfonía en la cabeza, tras presenciar la muerte de su hermana, quién es asesinada en una clase de piano. La imagen del pentagrama con sangre será la que le gatille esta "macabra" sinfonía. Me gustó mucho la película, aunque hay algunas cosillas que yo hubiera cambiado. Claro un poco patuda decir "yo cambiaría esto" ya que nunca he participado en la realización de una película, con suerte he postproducido un videoclip (Crecer, de Truman) y escrito un guión de largometraje pésimo (Indagación), pero patudamente diré que sería menos obvio si la sinfonía no se llamara macabra, y si no se hubiera estrenado un viernes 13. Eso, y un par de confusiones temporales (aunque creo que eso fue producto de mi percepción cansada) son lo malo, vamos ahora con lo bueno:
- La dirección de arte y la fotografía. Nunca pensé que diría algo sí de una pelícla ya que en general me cargan este tipo de comentarios tan pretenciosos, pero de verdad visualmente la película es una joya, es bellísima, los planos, el color, la luz, el estilo sombrío, nostálgico.
- Las actuaciones, muy buenas, todas, todas todas, especialmente Alfredo Castro, que para variar como en cualquier proyecto en el que esté metido "se roba la película" ¿es verdad que es su debut en el cine?, eso dijieron en TVN, pero puede ser que como tantas otras veces la tele mienta.
- Curosidades como DON Juan Radrigán (dramaturgo) oficiando de cardenal en la misa del funeral de la niña asesinada. Un dramaturgo oficiando una ceremonia religiosa, no creo que sea azar, es toda una ceremonia, es la liturgia de la representación.
- La escena de amor ingenuo y a primera vista en que Eliseo Montalbán conoce a Gerogina tocando Celo en la calle y le pregunta ¿Celo? y ella responde -No, piano- ante lo cual los dos sonríen como diciendo "menos mal", después de esto el le deja las llaves en la caja del instrumento, le da un beso muy tierno y le dice "piénsalo".
- Las alucinaciones de Eliseo Montalbán con efectos muy bien logrados (pianos cayendo, arrastrando sangre, la sinfónica alrededor de su cama y los músicos achoclonados haciendo Madame Butterfly, ect.)
- Algunos textos del guión que me los hubiera anotado, pero andaba sin lápiz. De lo que me acuerdo Montalbán, desorientado, sentado frente a sus padres dice: "Estoy cansado de tener pena, estoy cansado de este ruido y esta gente, ¿quiénes son estas personas?". Hay otros igual de buenos, pero ya no me acuerdo.
- El "casting" de enfermos mentales que participarán en el montaje de sinfonía macabra en el instituto psiquiátrico. Es realmente muy bueno.
Podría seguir, pero todavía tengo que hablar de "Gulliver" y no quiero que esta entrada sea tan eterna, pero sin duda les recomiendo esta película, vayan ya a verla, creo que no ha ido tanta gente, y espero que esta situación se revierta. Además de todo lo dicho anteriormente, la recomiendo por que es una mirada a una realidad de la cual (al igual que la desigualdad) solemos desentendernos: El abandono y la incomprensión en la que viven los enfermos psiquiátricos.
Más hacia atrás ... El sábado vi "Gulliver", y fue sin exagerar toda una experiencia, un regalo. Hasta me dieron ganas de releer a Swift, si alguien más se entusiasma en esta dire la Chile lo tiene como el autor de la semana http://autordelasemana.uchile.cl/swift/gulliver.pdf con comentarios y textos.
Bueno esta versión libre de "Los viajes de Gulliver" fue dirigida y realizada por Jaime Lorca (sí, el ex Troppa), este solo antecedente ya es como para ir prejuiciada positivamente. En el montaje hay un personaje interpetado por un actor (Gulliver) y los otros interpetados por unas marionetas (de una belleza y confección impresionantes) que cobran vida producto de las hábiles manos de los marionetistas y una iluminación mágica, que genera una atmósfera espléndida.
Es un viaje, en el que el espectador es invitado a participar, al inicio hay un hombre que asea el escenario escuchando una canción que básicamente dice "pasa la vida", en ese momento uno no le presta mucha atención a la cancioncilla, pero al final comprende lo importante que es.
A esta cándida obra, le agradezco el poder haber ido al teatro y ver un montaje muy muy bueno, que además es positivo, alegre y esperanzador. Estoy acostumbrada a ver obras buenas, pero que te dejan mal, angustiada (como "Desvastados" de Sara Kane, dirigida por Alfredo Castro, que me dejó traumada y con flashbacks paranoides durante por lo menos dos semanas). Con esta obra pasa todo lo contrario, te genera felicidad, te hace volver a sentirte niño, a maravillarte con cosas simples, a ser espontáneo, etc. Es muy entretenida, y no por esto con menos contenido, al contrario es una alegoría del crecimiento (no en vano, Gulliver está personifcado por el actor y por varias marionetas iguales pero de diferentes edades y tamaño) y una invitación a "Matar al gigante que no nos deja crecer". Me quedé pensando en eso, el gigante pueden ser nuestros padres, nuestros temores e inseguridades, las instituciones, las formalidades, etc. Cada uno sabe cuál es su gigante, y cómo debe luchar para enfrentarlo. Yo estoy en eso ¿y ustedes en qué están?
La verdad es que tuve un muy buen fin de semana, como se lo podrán imaginar, ya que además de ver "Gulliver", "Fuga" y "A término medio", el sábado me fui a Pirque con una amiga y mi hermana, a recorrer el lugar por que tenemos la idea de ojalá más temprano que tarde, armar un negocio ahí. Igual ahora me parece como un sueño, pero aunque sea cliché decirlo trabajando los sueños se pueden hacer realidad ¿por qué no?.
Pirque es un lugar que me gustó mucho en términos de espacio y de paisaje, aunque en otros sentidos me cargó.
Había ido hace muchos años atrás y ya no me acordaba bien cómo era. Es lindo, es semi-rural, campestre, pero tiene muchas contradicciones. Así como hay casas de adobe, que se están cayendo, abiertas y sin protección, donde te invitan a comprar quesos, pan amasado, y otras cosas típicas de la zona; hay también mansiones (no exagero) que con sólo ver el imponente portal, uno se puede imaginar la casa y hectáreas de lujo que hay adentro. Son lindas sí, pero me provocaron una enorme tristeza, y no por que aspiracionalmente quisiera vivir en un lugar así, sino por que me recordaron la enorme desigualdad en la que vivimos en este país. Esa desigualdad con la que vivimos todos los días, pero a la cual nos hemos acostumbrado y por lo tanto ya no la vemos, o simplemente por que es más fácil no enterarse, desentenderse. Pero sigue ahí profunda, marcada, aguda, por decir algo. ¿qué hago yo al respecto? La verdad es que nada, excepto acordarme de cuando en cuando, y agradecer a dios (o a lo que sea) por haber nacido afortunada, y haber tenido la posibilidad de haber estudiado en un colegio bueno (académicamente hablando) y haber tenido la posibilidad de cursar una carrera universitaria, que ahora entiendo lo que nos decían los profes de primer año, es una oportunidad que pocos tienen, y que más bien eramos parte de una elite.
No sé si hay o habrá en algún momento una salida a todo esto, son temas tan macro (educación, distribución de la riqueza, leyes laborales, etc) que ni siquiera sé como puedo aportar yo. Por el momento intento ser lo menos discriminadora posible, aunque debo admitirlo a veces me sorprendo con unas salidas bien desubicadas, y con actitudes poco tolerantes, pero estoy trabajando en eso.
Sigamos con el fin de semana ... voy a ir de atrás para adelante. En la noche vi un cortometraje llamado "A término medio", dirigido por Mauricio Ríos. Hace mucho tiempo que no veía un corto, para ser más exacta desde un "CineAdicción" en el que vi durante horas muchos, de diferntes calidades y argumentos. En general son entretes los cortos, son un lenguaje en el que se tiene que desaroollar todo muy rápido, y en el que simplemente enganchas o no. Con "A término medio" enganché bastante, cuenta la historia de un jefe de hogar que va a comprar carne a una carnicería clandestina para un asado que organizó su señora. La carnicería es atendida por un freak y guapo carnicero (interpretado por Nicolás Fontaine) que mata y corta amorosamente a las mujeres que seduce. Se imaginarán entonces cual es el tipo de carne que vende. Es sencilla la idea, y tal vez no tan original (me recuerda un poco a Delicatessen), pero está muy bien contada, en términos visuales y te mantiene atenta todo el rato. Hay una atmósfera de "clase media emergente" en ese asado familiar, con la que cualquier chileno se puede sentir identificado, y hay algunas imágenes muy lindas, como por ejemplo el tumulto de bolsas de agua "espanta moscas", el fetichismo de guardar los zapatos de tacones de las víctimas, y el descenso del carnicero en un plano a contraluz, muy, muy lindo y además de la carga simbólica de dicha imagen.
Más hacia atrás ... en la tarde vi FUGA, de Pablo Larraín, que ha sido catalogada como un thriller músical en el que un grupo de músicos mediocres intenta robarle a un atormentado músico una sinfonía que está en su cabeza. Me parece a mí, que la película es harto más que eso, y espero que nuestros medios no la encasillen y quede ahí. Es cierto que básicamente el argumento es ese, pero a Eliseo Montalbán (el músico atormentado, interpretado por Benjamín Vicuña) se le arma esta sinfonía en la cabeza, tras presenciar la muerte de su hermana, quién es asesinada en una clase de piano. La imagen del pentagrama con sangre será la que le gatille esta "macabra" sinfonía. Me gustó mucho la película, aunque hay algunas cosillas que yo hubiera cambiado. Claro un poco patuda decir "yo cambiaría esto" ya que nunca he participado en la realización de una película, con suerte he postproducido un videoclip (Crecer, de Truman) y escrito un guión de largometraje pésimo (Indagación), pero patudamente diré que sería menos obvio si la sinfonía no se llamara macabra, y si no se hubiera estrenado un viernes 13. Eso, y un par de confusiones temporales (aunque creo que eso fue producto de mi percepción cansada) son lo malo, vamos ahora con lo bueno:
- La dirección de arte y la fotografía. Nunca pensé que diría algo sí de una pelícla ya que en general me cargan este tipo de comentarios tan pretenciosos, pero de verdad visualmente la película es una joya, es bellísima, los planos, el color, la luz, el estilo sombrío, nostálgico.
- Las actuaciones, muy buenas, todas, todas todas, especialmente Alfredo Castro, que para variar como en cualquier proyecto en el que esté metido "se roba la película" ¿es verdad que es su debut en el cine?, eso dijieron en TVN, pero puede ser que como tantas otras veces la tele mienta.
- Curosidades como DON Juan Radrigán (dramaturgo) oficiando de cardenal en la misa del funeral de la niña asesinada. Un dramaturgo oficiando una ceremonia religiosa, no creo que sea azar, es toda una ceremonia, es la liturgia de la representación.
- La escena de amor ingenuo y a primera vista en que Eliseo Montalbán conoce a Gerogina tocando Celo en la calle y le pregunta ¿Celo? y ella responde -No, piano- ante lo cual los dos sonríen como diciendo "menos mal", después de esto el le deja las llaves en la caja del instrumento, le da un beso muy tierno y le dice "piénsalo".
- Las alucinaciones de Eliseo Montalbán con efectos muy bien logrados (pianos cayendo, arrastrando sangre, la sinfónica alrededor de su cama y los músicos achoclonados haciendo Madame Butterfly, ect.)
- Algunos textos del guión que me los hubiera anotado, pero andaba sin lápiz. De lo que me acuerdo Montalbán, desorientado, sentado frente a sus padres dice: "Estoy cansado de tener pena, estoy cansado de este ruido y esta gente, ¿quiénes son estas personas?". Hay otros igual de buenos, pero ya no me acuerdo.
- El "casting" de enfermos mentales que participarán en el montaje de sinfonía macabra en el instituto psiquiátrico. Es realmente muy bueno.
Podría seguir, pero todavía tengo que hablar de "Gulliver" y no quiero que esta entrada sea tan eterna, pero sin duda les recomiendo esta película, vayan ya a verla, creo que no ha ido tanta gente, y espero que esta situación se revierta. Además de todo lo dicho anteriormente, la recomiendo por que es una mirada a una realidad de la cual (al igual que la desigualdad) solemos desentendernos: El abandono y la incomprensión en la que viven los enfermos psiquiátricos.
Más hacia atrás ... El sábado vi "Gulliver", y fue sin exagerar toda una experiencia, un regalo. Hasta me dieron ganas de releer a Swift, si alguien más se entusiasma en esta dire la Chile lo tiene como el autor de la semana http://autordelasemana.uchile.cl/swift/gulliver.pdf con comentarios y textos.
Bueno esta versión libre de "Los viajes de Gulliver" fue dirigida y realizada por Jaime Lorca (sí, el ex Troppa), este solo antecedente ya es como para ir prejuiciada positivamente. En el montaje hay un personaje interpetado por un actor (Gulliver) y los otros interpetados por unas marionetas (de una belleza y confección impresionantes) que cobran vida producto de las hábiles manos de los marionetistas y una iluminación mágica, que genera una atmósfera espléndida.
Es un viaje, en el que el espectador es invitado a participar, al inicio hay un hombre que asea el escenario escuchando una canción que básicamente dice "pasa la vida", en ese momento uno no le presta mucha atención a la cancioncilla, pero al final comprende lo importante que es.
A esta cándida obra, le agradezco el poder haber ido al teatro y ver un montaje muy muy bueno, que además es positivo, alegre y esperanzador. Estoy acostumbrada a ver obras buenas, pero que te dejan mal, angustiada (como "Desvastados" de Sara Kane, dirigida por Alfredo Castro, que me dejó traumada y con flashbacks paranoides durante por lo menos dos semanas). Con esta obra pasa todo lo contrario, te genera felicidad, te hace volver a sentirte niño, a maravillarte con cosas simples, a ser espontáneo, etc. Es muy entretenida, y no por esto con menos contenido, al contrario es una alegoría del crecimiento (no en vano, Gulliver está personifcado por el actor y por varias marionetas iguales pero de diferentes edades y tamaño) y una invitación a "Matar al gigante que no nos deja crecer". Me quedé pensando en eso, el gigante pueden ser nuestros padres, nuestros temores e inseguridades, las instituciones, las formalidades, etc. Cada uno sabe cuál es su gigante, y cómo debe luchar para enfrentarlo. Yo estoy en eso ¿y ustedes en qué están?
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