Una disgresión, de alguien que pretende dedicarse a escribir. Una especie de collage irregular, con ideas, uno que otro chiste, algún titular de diario, canciones, inquietudes, cualquier cosa que me diga algo, y que le diga algo a los demás.

abril 06, 2006

Para los cinéfilos del futuro 2

Siguo con el ejercicio de arqueología cinéfila (que será todos los jueves a todo esto), recopilando esas piezas que me conmovieron hace un par de años, y que dejaron un rastro en mi y probablemente en muchas otras personas. Para que con el tiempo no se desvanezcan, como pasa con casi todo. Acá quedará un registro de In America de Jim Sheridan, que fue hecha el 2002, y estrenada afuera en Diciembre del 2003, por lo que supongo que yo la debo haber visto a principios del 2004 acá en Chile, no lo tengo claro, pero así fue como la percibí entonces.
In America : ¿Por qué ficción?
¿Por qué ficción?
No, todo es vida en nosotros.
Vida que es revelada a nosotros mismos.
Vida que ha encontrado su expresión.
Fragmento de “ Trovarsi ” (Encontrarse), de Luigi Pirandello.

Puede parecer una contradicción, pero una película de “ficción” puede retratar mucho mejor la realidad que el más brillante de los documentales. Siempre y cuando el director sea capaz de transmitir el máximo de emociones posibles, respetando la realidad que las ha suscitado pero sin transcribirla descriptivamente.
En esto Jim Sheridan, es excepcionalmente bueno, por que es capaz de alcanzar la intimidad de esa realidad, dándose a ella y reconstruyéndose en ella.
Es imposible ver “In America”, y desconocer que en su génesis hay vivencias personales del director, que sirven como fuente de inspiración. Sin embargo estas, traspasan lo cotidiano y quedan disponibles para que todos los espectadores nos apropiemos de ellas, les otorguemos un nuevo valor, y nos reconozcamos.
¿Cómo es posible esto?, Sólo a través de la magia. Ya nos lo advierte Sheridan desde el principio, con los pensamientos de Ariel acerca de los deseos, y con el estribillo de una canción que suena en la radio ... ¿Crees en la magia?.
La magia, es el principal eje en el viaje de esta familia, y cada uno de sus integrantes la enfrenta de diferente manera: Ariel, consciente de la importancia de la magia, la cuida, dosificando sus deseos; Christy, con su curiosidad y espontaneidad, es magia en sí misma, magia transparente, propia de la infancia; Sarah vive la magia, pero a través del simulacro, tiene el deseo de dominar la situación, reproduciéndola, actuando, incluso fingiendo, con el objetivo de mantener unida a su familia, de crear un entorno que proteja a sus hijas; Jhonny, es el más desafortunado en su relación con la magia, por que sencillamente no cree en ella, no cree en dios, no cree en sí mismo.
Todos ellos emprenden un viaje, sintiéndose ansiosos de observar y encontrar cosas nuevas, con la inquietud propia de cualquier inicio, dispuestos a reír ante los imprevistos. Este viaje, será una oportunidad para reconstruirse como individuos y como familia, tras la pérdida de Frankie, que deberán enfrentar, superando los recuerdos, y aclarando muchas situaciones no resueltas y emociones no expresadas (al menos no en voz alta).
El espacio en el que inician este camino a su reconstrucción es una ciudad caótica, desconocida, una totalidad inestable. Se podría decir que es una proyección, del hervidero de emociones que están por desatarse (el calor que los sofoca también cumple la misma función de analogía). La casa en la que viven es una fusión de espacios y personalidades (conviven con drogadictos e inmigrantes latinos) que refuerza la sensación de trastorno.
Descubriendo esta nueva realidad, van aflorando los temores, las culpas, y las recriminaciones, cada vez con mayor violencia, pero una violencia necesaria, imprescindible para precipitarse hacia delante. Esta violencia, se presenta hábilmente alternada con situaciones divertidas (igual que en la vida real), y los textos que nos hacen reír, resultan ser los más ciertos y los más crudos. Por ejemplo Ariel diciéndole a Jhonny, que nunca más la llame “pequeña niña” ya que hace muchos meses ella carga con toda la familia a cuestas.
Tanta energía dando vueltas, producto de este proceso de catarsis, es en instantes desbordante, y necesita ayuda para ser canalizada. Aquí, aparecen Mateo y el bebé, que serán claves en la reconstrucción de la familia.
Ambos están cercanos a la muerte (Mateo enfermo de sida, y el bebé con peligro de morir o producirle la muerte a su madre), pero regalan vida. Mateo regala vida, haciéndole ver a Jhonny su incapacidad de CREER, e impulsándolo a recuperar su capacidad de ser vulnerable. El bebé le regala vida a su madre, por que le regala una motivación, que es mucho más fuerte que sus temores.
Este gesto de regalar vida, crea una conexión especial entre Mateo y el bebé en gestación. Una conexión mágica (una vez más la magia presente) que se refuerza y explicita con la muerte de Mateo que infunde su vida al bebé.
Con gran parte de la reconstrucción hecha, la familia vuelve a la casa y se respira la armonía que hemos esperado durante toda la película. Sin embargo falta lo más difícil. Todos, y en particular Jhonny, deben dejar partir a Frankie. En este momento una vez más nos sorprende la fuerza de Ariel (una niña con la claridad y la decisión que cualquier adulto desearía), quién con ingenio impulsa a su padre a despedirse de Frankie, ayudándolo a recuperar sus emociones bloqueadas.
Para terminar, tengo que decir que Jim Sheridan, con su película de ficción, fue capaz de arrancarle a la vida algunos de sus secretos más profundos.