Defensa del artesano

Hoy estoy alegre por que salí de vacaciones. Son sólo algunos días, hasta después de la navidad, y es probable que no salga de Santiago, pero el solo hecho de desconectarme del trabajo, de algunas malas caras y sobre todo de tener que cruzar todo Santiago (incluídas dos combinaciones de metro y después una persecución de micro de temer) me alivia demasiado.

Pedí la semana previa a la navidad, para poder realizar con mi madre una actividad que venimos desarrollando juntas hace años: creación y venta de artesanías. Ella es artesana desde que tengo memoria, y de ella he aprendido a valorar esta actividad y a desarrollar productos de este carácter. Es algo de lo que estoy muy orgullosa y se lo agradezco.

El trabajo del artesano es muy gratificante, en el sentido de ver que con tus manos puedes crear objetos utilitarios/decorativos que le darán un poco de alegría y hasta poesía a otras personas. Lo que quiero decir con esto, es que generalmente para expresar afecto a alguien (ya sea en estas fiestas o para otras fechas importantes) mucha gente acostumbra hacer regalos a veces suntuosos y carísimos, siendo que con un pequeño presente pero hecho con cariño podemos decir tantas cosas.

Tampoco se trata de enloquecer y dedicarse a comprar regalos como locos, por que al final esos objetos son sólo una representación de algo mucho más importante, pero si en esta navidad van a hacer regalos, yo les aconsejo que regalen dos cosas: artesanía o libros (era que no).

Es probable que en un "todo a mil" encuentren cosas más baratas para regalar, o para el amigo secreto, pero la calidez de un regalo hecho a mano es algo totalmente diferente.

Cuando he dicho que para financiar mi existencia me gustaría tener una tienda de artesanías (aunque sea un local chiquitito), mucha gente se ha reído y me han dicho si quiero irme a vender collares en la playa y tomar vino en melón, por lo que he observado que existe cierto estúpido prejuicio hacia el artesano, por supuesto no quiero generalizar, pero al menos en gente de un determinado sector socioeconómico.

El año pasado cuando trabajaba en proyectos de diseño en mi casa, y a ratos también estaba cesante (esa inestabilidad ...), a fin de año como siempre participé en la feria de navidad, y un ex - amigo pseudo cuico me preguntó ¿oye te imaginas si pasa x y te ve?. Ese tipo de preguntas estúpidas son el tipo de prejuicio del que hablo, para mí es un orgullo esta actividad, la encuentro mucho más noble que el trabajo que realizo el resto del año.

Este año también he escuchado preguntas estúpidas. Alguien me preguntó si mi mamá era viuda o si mi papá nos había abandonado cuando era guagua y por eso mi madre se dedicaba a la artesanía ¿? cuando dije que no, la otra persona dijo "A entonces es un hobby", y cuando yo argumenté que no, que esa era la actividad oficial y permanente de mi madre, sencillamente no lo podía creer.

Es decir, hay gente que cree que la artesanía es un arte menor, una actividad chica, qué se yo, y en el fondo un prejuicio socioeconómico que no comprendo.

También es cierto que hay mucha artesanía con poca identidad, que copia técnicas e imágenes extranjeras, pero una persona que crea a partir de sus vivencias, inquietudes, y rescatando elementos de su cultura de origen, me parece a mí que hace un trabajo valiosísimo.

Por eso hoy quise escribir esta especie de defensa del artesano.